Cuadrilla 141

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Frío, mucho frío ..... y muchos jabalís en Margaperas

Se mataron seis en una apasionante y gélida jornada

 

Aquilino que el sábado mató dos jabalís

Eran las siete y media de la mañana cuando empezaron a llegar los coches de la cuadrilla 141 a La Viñona. Hoy toca cazar en Margaperas que está situado por encima de Pesaguero, en territorios de La Parte y Avellanedo, pueblos que están muy altos y que la nieve de días atrás había dejado tapados, pero ya solo quedaba algún resto.

Había preocupación entre los cazadores por esta causa. ¿Se suspenderá la cacería? Se preguntaban unos a otros. Alguno seguro que no le importaría volverse para casa, ya que con unas condiciones climáticas adversas, amenazaba lluvia y si así sucedía, todos tenían muy claro que el agua se volvería nieve. Corría una brisa que dejaba una sensación de aún más frío que el que en realidad hacía. "El coche marca cero grados", dijo Mariano Gaipo. "Eso está bien, ni frío ni calor....," le respondió un socarrón Tasio.

Pues no se suspendió. El guarda dio el visto bueno y después de recoger la documentación de todos los componentes y Tino ordenar cómo se tenían que situar, todos partieron a los lugares que les señalaron.

Mientras los tiradores se iban hacia sus puestos y sin haber dado Tino la orden de soltar los perros, ya se oye un tiro..... y unos instantes después un segundo. "¿Qué pasó por ahí?" preguntaban a través de la emisora. "Que ya cayó el primeru..". Todos quedaron atónitos ante semejante noticia.

Lo que ocurrió fue que se dirigían David, Miguel, el de Cosío, y su hijo con los perros, aún atados, hacia el lugar que les ordenó Tino para el inicio de la cacería. Subían por un matorral, cuando algo inaudito se les presentó a la vista. "Mira, mira dónde está unu....." le susurró Miguel a David. Estaban a menos de veinte metros del jabalí que permanecía entre unos brezos encamado; tenía las orejas pinadas, pero sin ningún ánimo de levantarse de la cama. Vamos, que ese día se le pegaron las sábanas. Miguel le apunta y le soltó un disparo. El jabalí por fin se acabó de despertar y pegó un bote, quedando en el sitio, pero aún con vida. Los monteros sueltan los perros que se lanzan furiosos al jabalí y éste les hace frente. Estaba herido, se pinaba de medio alante y tanto los perros, como los mismos monteros que estaban al lado corrían peligro. "Papá, ¡¡¡ mátale .!!!!", gritaba el hijo de Miguel a su padre. "¡ Mátale, papá !, que viene a por nosotros" le seguía voceando. Miguel volvió a poner su rifle en posición de disparo y soltó un nuevo pepinazo que acabó con la vida del jabalí. Dio un peso cercano a los cien kilos, con unos desafiantes colmillos. Así de sorprendente dio comienzo la cacería.

No eran aún las diez de la mañana cuando los perros del joven Fidel, el de Armaño, levantaron dos jabalís, que llevaron hasta los dominios donde estaba Raúl Piñal, de Caloca, y éste les soltó dos disparos que fueron suficientes para acabar con la vida de uno de ellos. No era muy grande, dio un peso de unos 35 kilos.

El joven Fidel con sus perrosMinutos más tarde, Aquilino, de Mogrovejo, para dejar claro que con un rifle en las manos es el terror de los jabalíes, tumbó a otro de un solo disparo. Su peso rondaba los 30 kilos. Y para certificar lo dicho, también mató a otro marrano, aunque necesitó las tres balas del cargador. Era muy parecido al anterior.

Los pies y las manos de los cazadores estaban congelados. Tanto es así que hubo quien pensó en abandonar el puesto y retirarse a casa. Una de ellas fue Ivana que, viendo cómo ahumaban las chimeneas de Avellanedo, quiso acercarse a calentar las manos. Hubo que convencerla para que desistiera de ello.

El que estaba cerca del pueblo era Cecilio, apenas trescientos metros le separaban. Eran ya minutos antes de las doce y las campanas de la iglesia de Avellanedo tocaban a misa. Cecilio había pasado una mañana tranquila, con el lógico frío, pero a la vez estaba entretenido porque de vez en cuando veía cómo salía gente de sus casas a por astillas para la lumbre. Era ya la hora de ir a la iglesia y las mujerucas iban en grupos hacia allá. La conversación entre cazador y mujeres, aunque no muy larga, por lo menos fue lo suficiente para que Cecilio perdiese la oportunidad de pegar unos tiros a un rebaño de jabalíes. "Ahí van, Cecilio, .. ahí van." le decían por la emisora, pero para Cecilio, en ese momento, era más importante "dar el pico" con aquellas mujeres que los jabalíes. Hasta un total de nueve animales llegaron a contar, los cuales emprendieron una veloz marcha, cruzaron la carretera general y se pasaron para otro monte que ya no pertenecía al lote de Margaperas. Y Cecilio ni siquiera los vio.

Generalmente a los que se les escapan las piezas, tienen luego que soportar las bromas de los compañeros y hoy Cecilio tuvo que aguantar un poco. Pero no fue solo a Cecilio al que se le escaparon, pues Jorge tuvo en el punto de mira tres buenos marranos. Jorge, en éste caso, les disparó, pero hoy los dedos, debido al frío, no estaban para muchas florituras. Total que pudieron seguir su marcha algo asustados, pero nada más. "Por lo menos limpié la escopeta....", decía luego Jorge, cuando le echaban en cara su fallo.

El que también la limpió fue Francisco, de Cosgaya, pero éste con un resultado diferente, ya que, de un único disparo en el costillar, tumbó un cochino que tampoco era muy grande (unos 40 kilos), pero lo suficiente para que la cuenta se agrandase a cinco.

No se quedó ahí la cosa, cuando la cacería ya daba los últimos coletazos, Aníbal que estaba de invitado, quiso dejar constancia de su presencia y necesitó dos disparos para echar por tierra el sexto y último de la jornada. Para no desentonar de los otros, dio también un peso alrededor de 30 kilos.

Y por fin, terminó la cacería con el lógico contento de cazadores y monteros. Ya nadie se acordaba del frío que tuvieron todo el día, algunos incluso pisando nieve. Se levantaron muchos jabalís, a otros se les pegaron las sábanas, se mataron también muchos y los perros pudieron afilar sus dientes con ellos. Ahora, ya se piensa en la cacería del día 16. "Esa será muy gorda.....", decía un entusiasta Tino. Dicha cacería se celebrará aquí en Bedoya y como es lógico será la "reina" de la temporada. Por lo menos, así pensamos todos.

  
CUADRILLA 141
Fecha
Monte
Jabalíes
Cazadores
14-09-08
Monte Cubino
1
Aquilino
05-10-08
Dobra Regaos
3
José Angel, Chico y Felipe
11-10-08
Vallejas San Pablo
1
Teyín
18-10-08
Arabedes
6
Sito, Luis Miguel, Chico, David, Ramón y Teyín
25-10-08
Poda Cordancas
2
Aquilino y Clemente
01-11-08
Margaperas
6
Aquilino (2), Miguel, Raúl, Francisco y Aníbal
16-11-08
Bicobres Norte
6
Ivana (2), Aquilino (2), Clemente y Jorge (hijo)
20-12-08
Monte Cubino
1
Tino
11-01-09
Bicobres Norte
5
José Angel, Chanchel, Raúl, Tasio y Clemente
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