Los zamarrones corretean por Bedoya

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Hacía ya muchos años que en Bedoya no se oía el estruendo de los campanos agitados y zarandeados por los zamarrones durante los Carnavales; pero el pasado fin de semana unos animosos jóvenes nos hicieron reverdecer viejos tiempos donde el bullicio y la algarabía iban parejos con la diversión y la jarana.

Como atuendo más significativo, los zamarrones salen disfrazados tapando el rostro con caretas de animales; el cuerpo le cubren con una blanca sábana, o con pieles de ovejas, cabras, …, y como artilugios simbólicos y típicos suelen portar largas varas, o pértigas, y en bandolera, o colgados del cuello, los mayores campanos que hay por casa que no dejan de sacudir para hacer huir los malos espíritus hacia los pueblos cercanos, lo que normalmente origina grandes enfrentamientos entre unos y otros. Pero la sangre nunca llega al río ya que después se suelen juntar todos para celebrarlo en buena armonía.

La fiesta de Carnaval tuvo en tiempos pasados y aún no muy lejanos varios altibajos y unas veces por motivos religiosos, ya que es una fiesta pagana, otras por los formalismos y exigencias de la época, y también por la desidia por parte de la juventud, cayó en desuso.

Pero.....¡¡Bienvenidos otra vez los zamarrones¡¡. Ahora que cunda el ejemplo y lo que este año fue un simple proyecto, es de desear que en el futuro, con una participación más masiva y festivalera, sirva para reverdecer unas tradiciones que nunca debieron perderse.

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