El pasado día 31 de Octubre, la cuadrilla 130, comandada por Manuel Borbolla, cazó en el valle de Bedoya, logrando matar nueve jabalís.

Por la mañana echaron la zona de las viñas, Cobeña y Sierratama, donde se mataron ocho bonitos marranos.

Por la tarde echaron la zona alta del lote y en el Lomberu los perros levantaron un enorme jabalí. Era imponente, parecía un oso. Los sabuesos le llevaron hasta cerca del Chozu. El jabalí, debido a sus muchos kilos no corría mucho, y de vez en cuando se paraba ante el acoso de los perros. En una de esas paradas rajó a una perra que necesitó los cuidados del veterinario. Este jabalí sabía latín, griego y hasta álgebra.

El marrano se dio la media vuelta y regresó de nuevo al Lomberu. Allí estaba Sergio Díaz que le propinó dos disparos, pero el jabalí siguió impertérrito su camino hasta la riega de la Pandilla. Allí, encima del invernal, el plomo que llevaba dentro le provocó la muerte de forma fulminante.

Todo esto es normal, pero si añadimos que fue pesado en la báscula de San Pedro y que su peso se encaramó a los 132 kilos, eso ya suena de otra manera. Tenía una buena boca, aunque quizá menor que la que se podía esperar por su peso. Posiblemente sea, al final de la temporada, récord de la Reserva del Saja.

(Las fotografías son de Carlos Posada)