El valle de Bedoya se viste de amarillo
04/06/2009 |
Todos los años en el mes de Mayo ocurre lo mismo. El paisaje del valle de Bedoya cambia de una forma sustancial. Lo que unos meses antes era una blanca capa de nieve, ahora se transforma en un reluciente amarillo. El Dobro, que hasta hace pocos años estaba plantado de viñedos, en la actualidad debido a un paulatino abandono por parte de los viticultores, dió paso al resurgir de unas plantas que científicamente se llaman Cytisus grandiflorus y que los lebaniegos llamamos escobas. Sus flores decoran y engalanan, con un manto amarillo, el valle de Bedoya dándole un colorido resplandeciente que nos anuncia la inminente llegada del verano.