Hay caballos de carne y hueso, de metal, de potencia, de madera, de cartón, de piedra, pero también hay caballos-reloj, como el que vemos todos los días desde el valle de Bedoya. Bueno….., diré que solamente los días que luce el sol, ya que éste caballo-reloj es un tanto original: no necesita darle cuerda, ni pilas, no tiene agujas, ni minutero, ni segundero. Hasta hace no muchos años, pongamos que 50 ó 60, los relojes en Bedoya eran tan escasos que pocos eran los vecinos que disponían de ellos. Para paliar ésta carencia, nuestros antepasados se guiaban por una sombra que aparece en Los Picos de Europa, por encima del pueblo de Colio. Dicha sombra se asemeja a la figura de un caballo con un jinete encima de sus lomos. Cuando la silueta está debidamente formada, es la una de la tarde, es el mediodía, hora de dejar los trabajos y partir para casa a comer. Pero el caballo aparece cuando luce el sol, así que los días que “Lorenzo” no tiene ganas de levantarse, tanto jinete como caballo también interrumpen su cometido tomándose un descanso. ¡ Pobre caballo y jinete..…..!, tanto trabajo y tanta penuria cabalgando por los Picos, que bien merecen un respiro. Aquí puedes observar varias fotos del "caballo" en diversas horas del día. (Pincha en las imágenes para agrandarlas) |
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