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Rogativas en el valle de Bedoya pidiendo agua

San Pedro fue sacado varias veces en procesión para pedir la lluvia salvadora 

 

Rogativas del año 1997. Foto: Cristina Campo - Diario Montañés

San Pedro Advíncula en la Iglesia de Toja

San Pedro en la iglesia parroquial (Año 1.997). Foto: Cristina Campo - Diario Montañés

Procesión

Antiquísimo campano que acompaña al santo en las procesiones

Días pasados se celebró en Toja la festividad de San Pedro Advíncula y debido a la pertinaz sequía que existe en Liébana, se oyeron comentarios si sería conveniente hacer unas rogativas al santo en petición de lluvia, como se hizo ya en diferentes épocas y, parece ser, que con buenos resultados.
Aquí quedan reflejadas las crónicas del Diario Montañés referentes a dichas rogativas

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Los vecinos del valle de Bedoya inician una novena en petición de lluvia (Año 1986)

Los vecinos del valle de Bedoya, en el municipio lebaniego de Cillorigo, iniciaron el pasado lunes un novenario en petición de lluvia, dada la grave sequía que afecta a la comarca. Con este motivo han decidido trasladar la imagen de San Pedro de Toja, situada en una ermita en uno de los puertos del municipio, hasta el templo parroquial de San Pedro Advíncula. Los vecinos muestran una gran veneración por éste santo, que en tiempos pretéritos y según los testimonios de los más mayores, resolvió situaciones similares.

Desde el pasado lunes, el denominado valle de honor de Bedoya, término del Ayuntamiento de Cillorigo, celebra rogativas “ad petendam pluviam,”. Tal vez los habitantes de este valle sean de los más religiosos de la comarca lebaniega, pero no es menos cierto que la sequía que azota lo que debieran ser sus fértiles campos, en pocas ocasiones se ha registrado en la zona. Con tal motivo, y después de 30 años nada menos, los fieles del lugar han decidido trasladar desde las alturas de uno de sus puertos, la imagen de San Pedro de Toja hasta el templo parroquial, bajo la advocación de San Pedro Advíncula.

Los historiadores y la tradición fijan en el lugar de Toja, la existencia de un cenobio medieval y hasta se cree en le existencia de construcciones de viviendas, que bien podrían salir a la luz de efectuarse excavaciones.

Cada año, el primer día de Agosto, tiene lugar una procesión portando la imagen los romeros que de distintos pueblos de la región se llegan al lugar. Curiosamente un antiquísimo campano de grandes proporciones es tañido durante el desfile procesional; campano al que le atribuyen los lugareños estar fundido en un metal extraño. Sin embargo, con el paso del tiempo, éste se encuentra deteriorado habiendo sido deseo de los feligreses una restauración del mismo para remendar sus oquedades. Según señalan los vecinos, ésta operación no ha sido posible por no admitir el mismo ningún tipo de soldadura.

Tradiciones y leyendas.

El valle de Bedoya es pródigo en gentes muy longevas y frecuente es escuchar a los más mayores que en una ocasión, tras haber tenido lugar el traslado de la venerada imagen a San Pedro, que es la parroquia de uno de los pueblos que configuran el valle, terminado el tradicional Novenario en petición de lluvia, uno de los fieles tomó la original decisión de sumergir por unos instantes al santo en las aguas de un cristalino arroyo que discurre por la zona. Todos coinciden en que casi al instante se produjo una tormenta de agua tan intensa que hasta llegó a sembrar el pánico entre los asistentes.

El pasado lunes, tras bajarse la imagen a San Pedro de Bedoya, ha dado comienzo el novenario, hecho que no se producía, como hemos señalado, desde hace nada menos que 30 años y entre las gentes se tiene una firme esperanza de que las ansiadas precipitaciones se produzcan. Recordando unas frases del cardenal de Toledo, un sacerdote nos señalaba que “estas rogativas son un acto de fe y de esperanza”.

Otro sacerdote, muy popular y querido en Liébana, don Marcial Martínez, asegura que cuando en una ocasión le pedían que hiciese unas rogativas invocando las lluvias, respondió con su inigualable humor: “cómo queréis que llueva, si ni siquiera está nublado”.
En otras épocas, los devotos de San Pedro de Toja hacían el recorrido procesional tanto en el descenso de los cuatro kilómetros que separan la ermita del poblado como a su regreso, entonando en latín las letanías de los santos. En la actualidad se canta el rosario durante todo el itinerario.

A un manantial que brota junto a la ermita le atribuyen los fieles altas propiedades curativas de distinto tipo y muy especialmente de enfermedades cutáneas, pero según el rito popular, las abluciones han de ser hechas siempre antes de que el sol se proyecte sobre las aguas y refieren innumerables casos de curaciones milagrosas.

Diario Montañés 26-06-1986 - Nacho VIAJE - Carlos GANZA

 

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Rogativas contra la sequía (Año 1997)

Liébana ha tomado medidas drásticas contra la «pertinaz sequía», que amenaza con arruinar los pastos. Los vecinos del valle de Bedoya (Cillorigo de Liébana) han instado al párroco a reclamar, en forma de rogativas, la intercesión celestial para que la lluvia riegue los campos yermos. La imagen de San Pedro Advíncula, que se guarda todo el año en la ermita erigida en la bella pradería de Toja, en la cabecera del valle, hasta que cada 1 de agosto es paseada en procesión por los romeros.

En la tarde del pasado lunes, la efigie fue bajada hasta San Pedro de Bedoya para presidir las rogativas. Hubo una suerte de referéndum para decidir si al santo se le bajaba en todo terreno o ya en procesión desde su intrincado refugio y ganaron por poco (42-37) los que tuvieron en cuenta a las personas mayores para quienes supone excesivo esfuerzo llegar hasta la ermita.

La imagen de San Pedro de Toja, del siglo XVII, transitó por el pueblo instalado en unas altas andas, precedida por la cruz procesional sin crucifijo y el antiquísimo campano que siempre la acompaña, y seguida por casi un centenar de vecinos de todos los pueblos del valle: San Pedro, Salarzón, Esanos, Pumareña, Trillayo y Cobeña. La procesión, la Letanía de los Santos, la novena, conforman las rogativas menores, el ritual cristiano que instituyó San Mamerto, obispo de Viena, mucho antes de que en el siglo VI lo regulase el Concilio V de Orleans para aplicar «en tiempos calamitosos y para aplacar las iras del cielo».

Manuel Gutiérrez, párroco de ocho pueblos de Cillorigo de Liébana, precisa: «No hacemos magia. Simplemente le pedimos a Dios, de quien nos llegan todos los bienes, que nos eche una mano contra la sequía. Estamos aplicando el Evangelio: Pedid y se os dará».

San Pedro de Toja ya fue invocado contra la «seca» en 1956, 1986 y en 1990, con buenos resultados, según recuerdan los vecinos.

Diario Montañés, MIERCOLES, 16 DE ABRIL DE 1997 -  Jesús Serrera

Agosto 2022

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