Cuadrilla 31

La cuadrilla 31 bajó con el cupo de Cuesta Bernizo

Primera cacería de la temporada para la cuadrilla 31. Toca cazar en el lote Cuesta Bernizo que abarca desde el pueblo de Lomeña hasta Vendejo, una buena zona para bajar con las ruedas de los remolques con poco aire. Este año, para garantizar y guardar las políticas sanitarias, se decidió que cada cuadrilla buscase un punto de reunión para evitar concentrarse con otras posibles cuadrillas. Como el gestor de la parrilla de Mieses y su hijo cazan con ésta cuadrilla, se eligió éste lugar. Así todo queda en casa. Allí se presentaron los cazadores, guardando las medidas de seguridad, con sus mascarillas y observando las distancias entre ellos. Así se hace.

Aún no había amanecido cuando iban presentando sus acreditaciones ante la guardería. Los pronósticos del tiempo anunciaban agua, cosa que no ocurrió, ya que estuvo un día fresco pero con la ausencia del agua. Vamos…., que era el día ideal para subir al monte.

Entre los componentes de la cuadrilla se observaban algunas caras nuevas. Cosa muy común a principios de temporada que siempre hay altas y bajas. Entre las bajas citaré a José María Agüeros, que perteneció a ésta cuadrilla durante muchos años y en referencia a las altas hay que hacer constar la presencia del género femenino en la cuadrilla: la joven Felisa Salceda, de la Vega.

“Estuvimos mirando el monte varias veces y la verdad es que está bastante andau. Hay material. Vamos a echar lo primero desde el límite de Barcenilla hasta los invernales de Lomeña. Por la tarde cambiaremos para la zona más alta”, les avisaba Juan Carlos el jefe de la cuadrilla.

Pasadas las nueve de la mañana entraron ya los monteros y los perros de Rufino, el Mellizu y Fonso fueron los encargados de estrenarse sacando a los jabalís de sus encames. Cerca de los invernales de Lomeña le entró de bruces un jabalí a Pablo que deprisa y corriendo le tiró. “Le pegué….., le dí, le dí...., va dejando un rastru de sangre”, avisaba el cazador. Pero el marrano desapareció sin que se supiera más de él.

Todos sabemos que Héctor sabe jugar bastante bien a los bolos, pero tampoco se la da mal la escopeta. A la hora de lanzar desde el tiro lo hace a la perfección en los dos deportes. Hoy lo demostró con un único y certero lanzamiento que en el mundo de los bolos sería un emboque, pero en lo cinegético se transformó en ver rodar un bonito jabalí por la pendiente. Ni los “pinadores” fueron capaces de ponerle en pie debido al peso que tenía. Un bonito ejemplar.

Desconozco si Adrián juega a los bolos, seguro que también, por lo menos también lo quiso demostrar y de qué manera. Estaba cruzando el hayeu y se encontró con un jabalí que corría monte arriba. No era muy grande, pero tampoco fue muy lejos ya que Adrián demostró que éste año viene fuerte y con buena puntería.

Estaba Adrián indagando dónde le había dado, cuando se le presenta otro jabalí, éste de buen porte, y rápidamente arrimó la culata del rifle a su cara para hacer un par de disparos y ver al jabalí rodando por el monte. Era ya el tercero de la mañana.

Pasaban ya de las once de la mañana y el jefe de la cuadrilla les avisa que “vamos a cambiar los puestos, vamos a hacerlo en corto; está el monte muy cerrado y vamos a echar desde los invernales de Lomeña a los praos de Jelechea”. Y acertaron de lleno.

Javi Flores es montero, pero por todos es conocido que cuando se le presenta la ocasión la sabe aprovechar. Iba con sus perros tranquilamente cuando los sabuesos se paran bruscamente. Empiezan a ladrar con ganas, pero Javi no ve nada. Estaba seguro que allí algo se cocía, así que prepara el arma y se va acercando lentamente hasta que……. un bulto se encrespa del suelo para emprender la huida. Era una hermosa jabalina que no fue muy lejos. Hoy tuvo un nefasto despertar de su encame.

Borja Iglesias fue otro de los que tuvieron la oportunidad de gastar munición y la empleó con buen acierto ya que se encargó de frenar la huida de un hermoso jabalí que traían los perros de Clemente y de su yerno Carlos. Dos disparos fueron suficientes.

Un invitado se encargó frenar al siguiente. Se trata de Diego González, que tuvo que echar valor y rapidez para detener a un jabalí que cruzaba el monte, pero que, debido a la maleza, Diego no encontraba el momento para tirar. Por fin en una pequeña “ralá” le pudo disparar y dejarle a merced de los perros.

En la pista que sube a Jelechea, estaba de puesto Choche. Por la emisora avisaban de la presencia de un jabalí que subía delante de los perros de Clemente. Choche pensó que posiblemente le entraría a él y bien pensado. Minutos después tuvo la oportunidad de dispararle y dejarle en la misma pista con las patas “parriba”.

El joven David Andrés, hijo de José Antonio, se estrenaba hoy con la cuadrilla. Era su primer año y quiso demostrar a sus compañeros que habían hecho un buen fichaje. Estaba en la misma pista antes citada, pero no dejó cruzarla al jabalí que subía sin perros. David estaba atento y de un único disparo le tumbó. Bien por David, el fichaje les salió barato.

Este año las cuadrillas lebaniegas acordaron rebajar el cupo de 15 jabalís que marca el Reglamento a ocho ejemplares, así que Juan Carlos les avisó que el trabajo estaba hecho por hoy. Todos contentos bajaron del monte, ya que disfrutaron del bonito día que tuvieron, donde se gastó bastante munición y donde los perros pudieron trabajar lo que quisieron. Era el primer día y todavía el entrenamiento es escaso, pero tampoco hizo calor en demasía para que acusaran el cansancio. Buen comienzo de la temporada.

Informó: Adrián

Bicobres Sur