Iglesia y rincón de Castro
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Primera Misa en Castro
El 5 de Julio será de imperecederos recuerdos para la parroquia de Castro-Cillorigo, por los solemnes festejos que se verificaron con motivo de la primera misa celebrada por el humilde hijo de aquel pueblo y becario y alumno del Seminario de Palencia, don Benigno Verdeja González.
Todo el pueblo, dado el cariño que le tiene, adornó de preciosos arcos, banderas y guirnaldas, la casa del misacantano, la iglesia y la calle por donde había de pasar la comitiva.
Bajo primoroso arco de flores llevado por las señoritas Rogelia Monasterio, Petra Briz, Aurora Alles y Felisa Gómez, iba el nuevo sacerdote con su padrino eclesiástico don José Barallo, Arcipreste de Bedoya, y con sus padrinos seglares, el ilustrado Notario de Bilbao D. Celestino del Arenal y su distinguida esposa doña Felisa Martínez de Bedoya. Seguían después diez sacerdotes, autoridades y un bien escogido coro de cantoras con pandereta y tambor, entonando canciones alusivas al acto y según estilo del país.
Al entrar en el templo, que estaba engalanado, se oyen vivas a la Religión y al nuevo ministro del Señor. Allí celebra su primera Misa, asistiéndole los señores curas de Bárago y de Salarzón. Un buen número de cantores, dirigidos por el rico propietario y exseminarista, don Mariano Bustamante, cantaron la Misa con la afinación que saben hacerlo.
Ocupó la sagrada cátedra don Timoteo del Blanco, párroco de Lebeña, cantando las excelencias del sacerdocio católico.
Después del Tedeum desfilaron ante el nuevo sacerdote, besándole la mano, todo el pueblo y distinguidas familias de todos los pueblos lebaniegos que quisieron de éste modo manifestar su alegría por éste acontecimiento.
En la Casa Rectoral se sirvió un espléndido banquete a los numerosos invitados y a los vecinos del pueblo, costeando todos los gastos los señores padrinos.
Por la tarde hubo función religiosa y mucha animación en el baile típico.
Desde el “DÍA DE PALENCIA” felicitamos al joven sacerdote lebaniego, a su padre, hermanos y al pueblo de Castro por la explendidez que ha dado a éste acto, y que el Señor le colme de toda clase de bienes para cumplir su espinoso cargo.
El Día de Palencia, Julio de 1930 |