El valle de Bedoya en la prensa

Año 1918

Recortes de lo que escribió la Prensa lebaniega referente al valle de Bedoya en el año 1.918. Añado también algunos relatos que hacen referencia a la fatídica "gripe del 18" que asoló la comarca lebaniega, así como las dificultades que tenían los lebaniegos con los transportes públicos a la hora de desplazarse fuera de la región. Adjunto también algunos de los anuncios de la época.

 

Visita

Ha regresado a San Vicente de la Barquera, después de una estancia de breves días en el pueblo de Salarzón, nuestro distinguido amigo el diputado provincial don Indalecio Soberón de la Fuente.

La Voz de Liébana nº 588 de fecha 15 de Enero de 1918

Vacaciones

Desde hace algunos días se halla en Prieto (Provincia de Buenos Aires) con el objeto de proporcionarse una temporada de descanso y disfrutar de las delicias del campo, nuestro estimado amigo don Ramón Monasterio, de Trillayo. Le deseamos grata permanencia y feliz regreso

La Voz de Liébana nº 589 de fecha 25 de Enero de 1918

Fallecimiento

En Arenas de Iguña falleció el 16 del actual la respetuosa señora doña Asunción de Hornedo, esposa de don Felipe Ceballos. En Liébana, donde dispone su esposo de importantes proyectos y disfruta de numerosos parentescos y amistades, la muerte de dicha señora ha causado un gran sentimiento. A sus hijos don Manuel, don Antonio y doña Joaquina y al resto de su familia enviamos nuestro sentido pésame.

La Voz de Liébana nº 589 de fecha 25 de Enero de 1918

Boda

En Castro contrajo matrimonio la semana pasada nuestro amigo don José Cuevas, de Trillayo, con la señorita Celestina Róiz, de Bejes. Los recién casados salieron en viaje de novios para Santander. Les deseamos muchas felicidades.

La Voz de Liébana nº 591 de fecha 15 de Febrero de 1918

Quintos

Los jóvenes de Bedoya que se tallaron éste año fueron:
Aurelio Gaipo Caviedes, de Esanos
Moisés Cuevas Caviedes, de San Pedro
Feliciano Fernández Soberón, de Salarzón

La Voz de Liébana nº 593 de fecha  5 de Marzo de 1918

Viaje

Procedente de la Habana, en cuya población se hallaba hace ya varios años dedicado al comercio, ha llegado a Pumareña don Santos Soberón, acompañado de su esposa e hijos. Sea bienvenido.

La Voz de Liébana nº 594 de fecha  15 de Marzo de 1918

Vacaciones

Del colegio de Llanes ha llegado para pasar con su familia las vacaciones de verano el joven de Bedoya Pedro de la Fuente, que ha obtenido brillantes notas en los exámenes de fin de curso.

La Voz de Liébana nº 604 de fecha  25 de Junio de 1918

Fallecimientos

En el pueblo de Pumareña falleció el día 2 del actual, a la avanzada edad de 84 años, la señora doña Vicenta González, madre del secretario del Ayuntamiento de ésta villa, nuestro amigo don Román Piñal, a quien enviamos nuestro sentido pésame. También falleció en Pumareña el niño Miguel Vega.

La Voz de Liébana nº 608 de fecha  5 de Agosto de 1918

Maestra

Desde el primero de Setiembre volverá a hacerse cargo de la escuela de Trillayo doña Nicolasa González Rey.

La Voz de Liébana nº 609 de fecha 15 de Agosto de 1918

Accidente

En la noche del 25 de Setiembre último regresaban de Covadonga nuestros estimados convecinos don Cástor del Rio, su esposa doña María Gómez y doña María Miguel, en un coche de alquiler de don Braulio Noriega, y al llegar a un punto de la carretera entre el río de Cicera y el puente de Juancho, comenzaron a caer sobre la carretera piedras desprendidas de la peña, que mataron a los caballos del coche y rompieron la cubierta y las ruedas de éste.

El cochero que se apercibió desde el primer momento del peligro que corrían los viajeros, no perdió la serenidad y saltando del pescante, después de cortar los tirantes, se dirigió a las portezuelas del coche y llamando a los viajeros que aún no se habían dado cuenta del peligro, les ayudó a salir del carruaje, sobre el que continuaban cayendo piedras, y una vez retirados los viajeros del lugar del peligro, marchó el cochero a pie a la Hermida, distante a unos siete kilómetros del lugar del suceso, a buscar un coche y reclamar auxilios.

Regresó poco después de una hora con otro coche y acompañado por la Guardia Civil del puesto de la Hermida y gran número de vecinos; recogieron a los viajeros que se quejaban de algunas contusiones y vieron el carruaje deshecho y los caballos muertos.
Milagroso parece que los viajeros y el cochero hayan podido salir del accidente sin más que unas ligeras contusiones y el consiguiente susto.
Al día siguiente, al mediodía, llegaron a ésta don Cástor del Río y su esposa doña María Gómez y doña María Miguel, viéndose obligados los dos primeros a guardar cama durante algunos días.
Lamentamos lo ocurrido y felicitamos a dichos señores por haber salido con vida del accidente.

 La Voz de Liébana nº 614 de fecha 5 de Octubre de 1918

Visita

Hemos tenido el gusto de saludar a nuestro amigo don Indalecio Soberón, diputado provincial por éste distrito, que ha pasado breves días en Liébana, acompañado de su distinguida esposa doña Hilaria Escandón.

La Voz de Liébana nº 614 de fecha 5 de Octubre de 1918

Coches

El que quiera darse un paseo a pie desde Unquera a Potes, que tome flete de asiento en el coche de línea que sale del primer puesto a las once de Ia mañana y llega al segundo a la hora que Dios quiere. La cuesta de San Pedro la habrá de subir el viajero pasito a pasito; después, a  cada instante, habrá de echar pie a tierra para ayudar a los pobrecitos caballos que no pueden con su sombra, y por último, tendrá que recoger su atillo y echar carretera adelante tragándose kilómetros como un emigrante sin suerte. No sabemos cómo se consiente tanto por quien tenga el deber de repasar e inspeccionar éste servicio.

Suponemos que alguien podrá hacer que entren en vereda los contratistas de ésta industria, pues este mismo coche trae el correo, correo que llega a los pueblos altos muchas noches cuando no es hora de reparto, irrogando con esto incontables perjuicios  a los lebaniegos.

Si no estuviese pasada la temporada taurina, aguardaríamos con la esperanza de que los caballos que hoy no quieren tirar de los coches, cumpliesen como buenos en alguna plaza de toros; pero tenemos por delante el invierno y con él una porción de meses de caminos agrios y nos tememos que con caballos flacos y sin empuje. Por eso protestamos. Esperando que llegue un día en que el servicio de coches corresponda al estipendio que a los viajeros se les exige. Firman: UNOS LEBANIEGOS QUE SUELEN VIAJAR

La Voz de Liébana nº 615 de fecha 15 de Octubre de 1918

La gripe del 18

Es el tema de actualidad. España entera se halla invadida por una enfermedad que la ciencia llama gripe,  aun cuando sus manifestaciones suelen ser muy diversas en unos y otros casos. La epidemia se ha propagado con gran rapidez a todas las provincias y en algunas poblaciones ha sido tan grande el número de invadidos y tal la gravedad de la enfermedad que ha cundido el pánico entre los habitantes.

No era fácil que Liébana se librara del contagio, aunque no hubiera estado de más que las autoridades hubieran tomado algunas medidas para lograrlo. Pero no solo no se tomó ninguna, sino que, como en otras ocasiones, las medidas que suelen tomarse, o se toman tarde, o son contraproducentes.

Muchos de nuestros lectores recordarán que cuando hace años se declaró una epidemia de viruelas en el seminario de Corbán, las autoridades acordaron cerrar aquel centro de enseñanza y enviar a los seminaristas a sus casas y efectivamente, a los pocos días aparecía la epidemia en varios pueblos, entre ellos Potes, donde duró varios meses y acarreó bastantes víctimas.

Pues bien, ahora ha ocurrido una cosa bastante parecida. Se hallaba señalada la vista de dos juicios orales por jurados, uno para el día 7 y otro para los días del 8 al 12 del mes actual, a los que como jurados y testigos tenían que asistir unas 150 personas de Liébana, y cuando ya se hallaban en Santander la mayor parte de los que en dichos juicios tenían que intervenir y los demás se encontraban ya en camino, es decir, el mismo día 7 a las diez de la mañana se recibe en el Juzgado de Instrucción de Potes por Telégrafo la orden de suspensión del segundo de dichos juicios orales, acordado el mismo día, fundándose la suspensión en la existencia de la epidemia.

Y ahí tienen ustedes a 150 personas que tuvieron que dejar sus ocupaciones habituales y dejar abandonada su casa y sus intereses durante tres días y hacer gastos extraordinarios de viaje, y lo que es más grave: exponerse a adquirir el contagio de la enfermedad y a propagarle por la imprevisión de las autoridades correspondientes.

Si el estado sanitario de la capital y de la provincia aconsejaba que se evitara el viaje a la capital de tan gran número de personas, ¿por qué no se acordó la suspensión del juicio oral con la antelación suficiente para que la medida hubiera sido eficaz?. Así ha ocurrido lo que era de esperar, que algunos de los que fueron a Santander cayeron enfermos al regresar a sus casas y han llevado el contagio a sus familias.

No queremos llevar la alarma a nuestros lectores, pero sí advertirles de la existencia del mal, y de su contagio. La ciencia, como medicina preventiva, aconseja mucha higiene; que se observe una gran limpieza, que se renueve constantemente el aire en las habitaciones, que se respire el mayor tiempo posible el aire libre, fumigaciones y desinfecciones, que se  requiera la asistencia del médico en cuanto se presenten los primeros síntomas.
La Alcaldía cumpliendo los acuerdos tornados por Ia Junta local de sanidad publicó un bando en el que se ordena:

  1. Recomendar al vecindario procure por todos los medios el aseo y limpieza de las viviendas diariamente y de los retretes y escusados.
  2.  Obligar a los interesados a la limpieza diaria de los corrales, cuadras y cubiles, echando el estiércol a una distancia de la población de 100 metros por lo menos, dentro de 48 horas.
  3.  Queda prohibida la circulación de los cerdos por las calles públicas.

El vecindario suele hacer de los bandos de la Alcaldía el mismo caso que de las coplas de Calaínos, porque sabe que si no cumple lo ordenado no habrá nadie que se lo haga cumplir, ni autoridades, ni dependientes de la autoridad. Y tan es esto así, que no hacía ocho días que se había publicado el bando, cuando un par de cerdos se paseaban tranquilamente por mitad de la Plaza principal de Potes, en ocasión que pasaba por allí el Algüacil del Ayuntamiento y como lo viera un vocal de la Junta de Sanidad, y que el dependiente de la autoridad no parecía dispuesto a tomar ninguna medida para que se castigara la infracción del bando, le dijo, “cuando otra vez venga usted a citarme para asistir a la Junta de Sanidad, que asista el Nuncio, para el caso que el Alcalde y usted se hacen de que se cumplan los acuerdos tomados, es lástima perder el tiempo”.

De poco valen las medidas que individualmente se tomen, si ante circunstancias tan graves como las  presentes la Autoridad se encoge de hombros, y no procede con energía. Las calles siguen siendo depósitos de basuras; todo el que quiere deposita en ellas las barreduras de su casa; los estercoleros continúan en las inmediaciones de la población, o dentro de ella, y a las orillas de los caminos. Y ésto lo ve el Alcalde y los dependientes de la Autoridad, y es objeto de censuras y de quejas, y no obstante no se toma ninguna medida coercitiva contra los infractores del bando.

La Voz de Liébana nº 616 de fecha 25 de Octubre de 1918

Más sobre la gripe

Afortunadamente la situación sanitaria va mejorando en toda Liébana.  En Potes puede darse ya por terminada, pues hace bastantes días que no ocurren nuevas invasiones y los enfermos que existían, se hallan en vías de mejora; y en los valles disminuye el número de casos y son menos también las defunciones y es de esperar que dentro de poco tiempo nos veamos completamente libres de la terrible plaga que por espacio de más de un mes ha sembrado el dolor y la muerte en toda Liébana, ha causado graves trastornos en el país, perturbando la vida económica de la región y originando considerables perjuicios.

Motivos fundados nos han movido a no publicar las relaciones de fallecidos en éste triste periodo de tiempo. Una vez terminada la epidemia y desaparecidas aquellas causas, dedicaremos un número a la memoria de los muertos, entre los que contábamos con amigos, suscriptores y conocidos, a quienes de veras apreciábamos y cuya muerte sentimos profundamente, así como también nos aflige el dolor que embarga a quienes perdieron al hijo, a la esposa, al padre, al hermano. Que pocas serían las familias de Liébana que no tengan que llorar la pérdida de algún ser querido.

Hasta nosotros han llegado varias quejas de vecinos de distintos pueblos del valle de Cereceda. Nos dicen que el médico enviado por el señor Gobernador, para sustituir al titular enfermo, y a quien abonaba el Ayuntamiento la cantidad de 50 pesetas diarias, y el Estado otras 25 pesetas también diarias, o sea un total de 75 pesetas y tenía  además pagado coche y caballo, cobraba además dos pesetas por cada enfermo que visitaba, de modo que si en una casa había tres enfermos, reclamaba seis pesetas; si había cinco enfermos, diez pesetas. En algunos casos reclamó tres y en otros cinco pesetas por una visita.

Y esos pobres labradores, que se hallan en perpetua crisis económica, pues pocas veces logran liquidar sus exigüos presupuestos sin déficit, y para quienes suponía no pequeño sacrificio abonar las seis, ocho o diez pesetas, según el número de enfermos que tenían en casa, por cada visita que el medico les hacía, hicieron presente a éste su protesta, pues creían que la retribución de 75 pesetas que el médico percibía, con mas los gastos de locomoción, eran para asistir gratuitamente a los enfermos del valle. El médico por el contrario decía que esas 75 pesetas diarias era solo la retribución por la asistencia a las familias incluidas en la lista de pobres del Ayuntamiento. Claro es que con esta explicación no quedaban conformes los aldeanos, pues decían: nosotros pagamos en virtud de un ajuste nuestra asistencia médica, si quien viene a sustituir al titular reclama los honorarios por las visitas ¿quién está obligado a pagarlos?. No somos nosotros los llamados a contestar a la pregunta, doctores tiene.....

Nos hemos lamentado en estas columnas de la deficiente asistencia que han tenido durante la actual epidemia en las aldeas de Liébana los enfermos. Un solo médico no podía visitar ciento o doscientos enfermos, diseminados en doce o catorce pueblos distintos, separados por largas distancias y con vías de comunicación en pésimas condiciones. Luego ocurrió aquí, como en otras partes, que varios médicos cayeron enfermos cuando mayor era la intensidad de la epidemia, y no había quien los sustituyera. A las reclamaciones que se hicieron, se contestó con ofrecimientos que no se cumplieron. Solo se envió un médico para el valle de Cereceda, por haber caído enfermo el titular de aquel Ayuntamiento en los primeros días.

La Voz de Liébana nº 619 de fecha 25 de Noviembre de 1918

Nacimiento

Ha dado a luz con toda la felicidad un hermoso niño la señora doña Laura del Río, distinguida esposa de nuestro buen amigo don Angel Gutiérrez, agente que fue de la "Voz de Liébana" en Méjico. Sea enhorabuena.

La Voz de Liébana nº 620 de fecha 05 de Diciembre de 1918

Adjuntos

Han sido nombrados Adjuntos de los Tribunales Municipales del Ayuntamiento de Cillorigo entre otros:

  • Don Anastasio Caviedes Lamadrid, de Pumareña
  • Don Fidel Gómez Caviedes, de San Pedro

La Voz de Liébana nº 622 de fecha 25 de Diciembre de 1918

Funerales

El día 3 de Enero próximo, primer viernes del año, se celebrarán a las 9 y media de la mañana en el Santuario de Santo Toribio, ante la Santísima Cruz, solemnes honras fúnebres por el eterno descanso de los fallecidos en Liébana a causa de epidemia gripal.

El mismo día, y en la misma Iglesia, se celebrará a las diez y media, una Misa solemne en acción de gracias por la desaparición de la epidemia, por la terminación de la sangrienta guerra europea y para implorar que se establezcan las bases de una paz justa y duradera. El sermón está a cargo del elocuente orador reverendo señor don Ignacio R. de Cosgaya. No dudamos que Liébana entera acudirá ese día, si el tiempo lo permite, a Santo Toribio a elevar sus oraciones al Altísimo por tan loables fines.
El Ilustrísimo señor Obispo de León concede 50 días de indulgencia aplicable a las almas del Purgatorio.

La Voz de Liébana nº 622 de fecha 25 de Diciembre de 1918

Alguno de los nacidos en el valle de Bedoya durante el año de 1918:

María Jesús Soberón Ibáñez, en Tama
Marcial Gómez Mayo, en Pumareña
Remedios Pérez Lamadrid, en Pumareña

Recopilación de datos hecha por José Angel Cantero Cuevas en el año 2016

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