El valle de Bedoya en la prensa. Año 1974 Reseña de las noticias sobre el valle de Bedoya generadas en el año 1974, donde podemos ver temas relacionados con la demografía en el valle, entrevistas y odas al valle de Bedoya. Se adjuntan también algunas fotografías y grabados de la época. |
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Viajeros De Eibar a Bedoya, don Manuel Prellezo y familia Nacimientos Basilio Rodríguez Cuevas, hijo de Luis y Pilar (Cobeña), en Potes Luz de Liébana, nº 157, de fecha Enero de 1974 |
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(A todos los que salieron hace años de Liébana, en particular a Maura de las Cuevas Soberón) Corrían los años treinta, más exactamente el verano del treinta y tres. Para quien no conociera la Castilla de aquella época será difícil que alcance a comprender porqué se me antojaba aquel pueblo el verdadero castigo de Dios. Sólo a doscientos kilómetros estaba el Edén, ¿por qué no? y atrás quedaba el desierto de cal, de sol, de sequía, de frío, de hielo, de hambre, de una tierra en que Dios había olvidado poner la flor, el árbol, y había dejado a aquellos hombres luchando en un mundo sin vida. Tan difícil asimilar esta realidad de adobe y paja que hasta respirar dolía….. ¡Cómo no iba a pensar que esta tierra estaba maldita!, y yo entraba en mí mundo de recuerdos: El monte de Lobá, frondoso de colosales hayas, a cuyos troncos se amparaban titilantes campanillas, fresnos, melétanos, azucenas: al lado del sendero, flores y flores que se asomaban por las brechas de las piedras, los avellanos cerca del rio de piedras tan grandes, tan lisas y tan frescas..., (y aquí sólo un arroyo cuajado de pecina). En Bedoya todo el campo era suave, verde, el agua de plata rezumaba la tierra. Con tanto verde soñaba que hasta el aire se me antojaba como un pálido esmeralda. ¡Cómo recordaba las mañanas en que lo primero que veía al levantarme eran los Picos!. Daba el sol en las crestas instintivamente pensaba: "Todavía hay nieve en los Picos", y yo respiraba el aire verde mezclado de manzanas, torta de maíz que mi madre cocía en la piedra lisa frente a la lumbre. Campanos de las vacas bebiendo en los cocinos, del humo con olor a cecina que iba al cielo verde, del Cug: “chachu madrugasti muchu”, de los geranios repletos del amargo sabor del nogal. Después, miraba la cuesta de Lusía de ásperos helechos, que se cubría de las flores amarillas de las escobas, y del Valle Lusía, donde iban a comer los chones las cerezas negras. (Los chones de Bedoya comían cestaños de briñones, manzanas, castañas, y en ésta tierra no había ni pan, suena a paradoja, pero así era. Aquella Castilla no era miseria de leyenda. Cómo no se me iban a llenar los ojos de desesperación en una tierra donde sólo se comían unas sopas y el suero ya era un lujo, y cómo no iba a sufrir presentando jamones, queso, nueces asadas, torta caliente con mantequilla y miel y tantos regalos que Dios hizo a Liébana, viendo a estos hombres que iban a luchar con el mar de arcilla y en unas enormes alforjas, perdón, pero así era, pan y cebolla. Hasta no haber vivido al otro lado de los Picos no empezaba el mundo. Se me antojaba que Bedoya era una de las gotas en que se dispersó el Paraíso. Cuando soplaba el viento del Norte cerraba los ojos, respiraba, quizá trajera una brizna de las montañas. Sería tanto recordar el rosario al obscurecer, el agua de la fuente anochecer, los lumiagos en la riega donde caían manzanas tan ruines. ¡Qué bellos los obscureceres de octubre, cuando el ventarrón, todavía caliente, sacudía sin piedad las ramas de los nogales y caían las nueces tic-tac-tac despertando a la mañana. ¡Cuánto la mente me recuerda!. A doscientos kilómetros ¿alguien estuvo más lejos y más cerca?. Cuando volví por primera vez por los montes, ¡ojo con las alambradas!, la carretera estaba cortada. Llovía, llovía mucho, no lo soportaba. Yo venía de una tierra reseca. Llegué a Sierra-Tama, y allí florecía mi Valle, ¡qué hermoso y fuerte esta mi Valle!, ¡qué peñas tan altas tenía mi Valle!, qué perfumado estaba mi Valle..... y respiré las bardas, respiré el atajo, respiré también mis lágrimas: Alguien estaba en el corredor de mi casa. Quizá Dios les dijo: Grité…, grité. ¿Me oirían? Lloré, lloré, ¿me oirían?. Corrí, corrí por el senderuco hasta llegar abajo, me faltaba sitio para andar, los montes se me echaban encima, o era que se me inclinaban ¿para abrazarme?. No sé si los montes me abrazaban o me cortaban el paso, pero siempre que he vuelto he tenido la misma sensación. ¡Quién sabe!, quizá estén verdes porque lloren por nosotros los ausentes. Luz de Liébana, nº 158, de fecha Febrero de 1974 |
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Corzos La mayor vigilancia llevada a cabo para la protección de las especies cinegéticas, está dando óptimos resultados en toda la comarca. Nos quisiéramos referir al aumento de corzos en nuestros montes, y nada más cierto que preguntar a los vecinos de Bedoya para que confirmen su presencia, o a Luis el del comercio de Vada, que los ve frente a su casa con frecuencia, o a los vecinos de Armaño en cuyos bosques se está repoblando el bello animal. Por eso no todo son dañinos jabalíes, señores. También prolifera este inofensivo y cándido animal que adorna nuestros paisajes Luz de Liébana, nº 160, de fecha Abril de 1974 |
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EL CORREO EN EL PUEBLO DE BEDOYA En el valle de Bedoya no hay, según nuestras referencias, ningún buzón para la recogida de la correspondencia y por tal motivo, bien porque no ven al cartero o por otras circunstancias no tienen por quién enviar la correspondencia de una manera segura, teniendo que recurrir a pedir un favor al panadero o a cualquier otra persona que de casualidad se encuentre viajando hacia el pueblo de Tama. ¿Tanto costaría poner un buzón para hacer la recogida de la correspondencia?. Brindamos esta idea a quien corresponda realizarla. Luz de Liébana, nº 160, de fecha Abril de 1974 |
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Defunciones Heliodoro Cuevas Cuevas, de San Pedro de Bedoya, a los 57 años Luz de Liébana, nº 160, de fecha Abril de 1974 |
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Diario "ALERTA" El corresponsal de "Alerta" en Liébana entrevista a Conchita Payno de Miguel, vecina de Bedoya, sobre la fabricación casera de jabón, y entre otras cosas dice el reportaje: "Son muchos los hogares lebaniegos en los que con cierta frecuencia se elabora un estupendo detergente que de forma diaria viene cubriendo las necesidades de la limpieza domiciliaria, con un producto que sin la machacona propaganda de los medios informativos en que de continuo se señalan las propiedades anticalcáreas, biodegradables y enzimáticas con persistente cursilería que ya abruma, es lo cierto quo las amas de casa están fabricando un jabón económico, espumoso y de gran calidad. A este hogar de Bedoya hemos llegado, precisamente cuando Conchita Payno, ayudada por María Rábago, está fundiendo las grasas como primer paso en el proceso de la fabricación.
María Rábago, persona de gran experiencia en estos menesteres y mujer amable, nos añade que existen dos formas do elaboración, en caliente y en frío. Ella prefiere la segunda, pero las diferencias esenciales parecen poco importantes. Nos habla también de la necesidad del fuego lento para el desarrollo del proceso de elaboración y de la forma casi ritual de hacerlo en caldera de cobre y revolverlo con herramienta de madera. Volvamos al precio. Gastando veintiocho pesetas se obtienen seis kilos; de ellos se hacen unas veintidós pastillas do regular tamaño, luego cada trozo cuesta poco más de una peseta. Solamente tenemos en cuenta el valor del talco y la sosa; colorantes no añadimos, aunque se pudiera hacer. El tocino y toda la grasa que decía antes, no lo damos valor alguno y es que en realidad no lo tiene y esta es acaso la única forma de revalorizado. Respecto al trabajo tampoco lo anotamos ya que se hacen estas “fabricaciones" a ratos perdidos. Y hecha la mezcla para que se combinen los elementos de la fórmula, suavemente, sin prisas, con precisión, las dos mujeres vierten el jabón aún liquido en un molde donde al enfriar se irá solidificando. Más tarde se troceara y ya estará dispuesto para su uso. Una forma admirable de ahorrar dinero y dar aplicación a unos subproductos que apenas si la tenían. Carlos Ganza Luz de Liébana, nº 160, de fecha Abril de 1974 |
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PEÑA BAR DEVA DE POTES La Peña Bar Deva que tiene su bolera adosada al bar del mismo nombre, propiedad de don Leandro Alonso, quiere seguir fomentando el deporte de los bolos, típico de la Montaña formando uno de los equipos de segunda especial en la comarca. Componen la directiva de la Peña los señores siguientes: Don Leandro Alonso, don lsidoro Mier, don Marcelino Fernández. don Esteban Ruiz Modino y don Ricardo Heras. Los jugadores de la plantilla son: don Celedonio Ruiz, de Villanueva; don David Agueros, don Patrocinio Agüeros, don José Miguel Angel. don Ramón Agüeros, de Cabañes: don José Antonio Fernández, de Vilde, don Juan Carlos, de Potes y don Luis Vega, de Bedoya. La Peña Bar Deva agradece a través de Luz de Liébana, a los socios y público que asiste a los encuentros su colaboración, pues gracias a ellos podemos seguir conservando el deporte de bolos de raigambre tan profunda en la Montaña y en especial en la comarca lebaniega. Luz de Liébana, nº 161, de fecha Mayo de 1974 |
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Carretera En el Boletón Oficial de la Provincia han salido a subasta (segunda fase), entre otras, la carretera de Cobeña, con un presupuesto de 5.775.682 pesetas y el plazo de ejecución será de 9 meses. La financiación de estas obras corre a cargo de los Servicios Técnicos de la Provincia y de la Diputación. Luz de Liébana, nº 163, de fecha Julio de 1974 |
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Nacimientos María Asunción Fuente Gómez, de Salarzón, hija de Emilio Pablo y María Asunción Matrimonios Fortunato Vicente Salceda, de Bores, con Carmen Dobarganes Gómez, de Salarzón, en Santo Toribio. Defunciones Nicolás Soberón Pérez, de 75 años, en Pumareña. Viajeros De Barcelona a Bedoya, don Pedro Prellezo y familia. Luz de Liébana, nº 165, de fecha Setiembre de 1974 |
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Jabalíes Setenta melocotoneros con quinientos kilos de fruta son destruidos por los jabalíes en la zona de Lusía, de la finca experimental. Arbolado y frutos fueron tasados en 50.000 pesetas en la comunicación pasada a ICONA. Luz de Liébana, nº 166, de fecha Octubre de 1974 |
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Nacimientos Jorge Cuevas González, hijo de Jorge y Genoveva, en Trillayo. Matrimonios Daniel Hoyal Briz, de Espinama, con Clementina Cuevas Gómez, de Cobeña, en Santo Toribio. Defunción Ya a la hora de cerrar la edición, nos llega la triste noticia del fallecimiento en Salarzón, de forma inesperada, de Casilda Soberón Salceda, que dejó de existir el martes día 1 de Octubre a los 51 años de edad. Por su alma, pedimos una oración a los lectores. Luz de Liébana, nº 166, de fecha Octubre de 1974 |
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Nacimientos José Antonio Dobarganes Posada, hijo de José Antonio y María Rosa, en Salarzón Luz de Liébana, nº 168, de fecha Diciembre de 1974 |
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Datos recopilados por José Angel Cantero Cuevas en el año 2018 |
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