Las Hijas de María de Trillayo

Polémica entre el corresponsal de La Voz de Liébana y las Hijas de María

En éstas fechas de principios de 2015, se cumplen 100 años de una polémica que tuvieron las Hijas de María del pueblo de Trillayo con el corresponsal en Cillorigo de la revista La Voz de Liébana, que por entonces se publicaba en Potes. Todo comenzó por este comentario que hizo dicho corresponsal en la Revista:

Por la Asociación Hijas de María de Trillayo, ha sido adquirida una preciosa imagen de Nuestra Señora del Carmen que ha sido puesta al culto el primero de mes y año.

Quiera Dios que la nueva imagen sea generosa con sus adquiridoras concediéndolas cuanto con fervor la pidan, que desde luego va a ser mucho y algunas ya con sobrada justicia.

La Voz de Liébana, nº 436, de fecha 2 de Enero de 1915

Noticia rectificada

En el número de La Voz de Liébana correspondiente al 2 de Enero, aparece una noticia del corresponsal de Cillorigo concebida en éstos términos: "Por la Asociación Hijas de María de Trillayo, ha sido adquirida una preciosas imagen de Nuestra Señora del Carmen que ha sido puesta al culto el primero de mes y año.

Quiera Dios que la nueva imagen sea generosa con sus adquiridoras concediéndolas cuanto con fervor la pidan, que desde luego va a ser mucho y algunas ya con sobrada justicia".

Vamos pues a demostrar al señor corresponsal que está completamente equivocado en cuanto a la noticia en cuestión se refiere: En primer lugar, señor corresponsal, la adquisición de la sagrada imagen, con que hoy contamos, no lo ha sido ni mucho menos por la Asociación de Hijas de María, sino por los fondos reunidos y bien administrados de la Virgen de la O y obtenidos éstos por medio de limosnas que en el año y voluntariamente dan todos y cada uno de los vecinos del pueblo. Más también de los que las dignas mayordomas de la O recolectan por medio de rifas destinadas a dicho objeto.

Por lo tanto no es a nosotras a quienes se nos debe su obtención, sino al vecindario entero, juntamente con las mayordomas ya indicadas. Esta es pues la verdad de los hechos y debe hacerse justicia.

En segundo lugar el citado corresponsal hace alusión a que debemos pedirle mucho (claro, como que es inmensamente rica) y ya algunas con sobrada justicia. ¿Es que teme usted alguna invasión?. Sin embargo le agradecemos la advertencia, pero sepa que hasta la fecha nada hemos necesitado pedir, pues Ella nos ha concedido bastante: como es el ser sus dignas hijas, y con esto está todo dicho; y el día que la justicia esa que usted indica fuera tan apremiante, no repararíamos en invocar a San Antonio, que (dicho sea de paso y no con desprecio) le tenemos muy hermoso, pero sin novenas, e iríamos verdaderamente confiadas en que siempre alcanzaríamos aunque no fuera más que un viudo o una viuda, pues eso llegaron a alcanzar algunos y les consideramos favorecidos. Parece mentira, señor corresponsal, que a pesar de hallarse de vacaciones, no haya procurado informes más exactos para darlos a la publicidad. Por Dios, tenga compasión de los lectores de La Voz y no vaya a inundarlos de errores. Y después dice usted que necesitaba la frescura de Poldo, ¿aún la quiere usted mayor?.

Por ésta vez no la ha dado resultado la palmadita y la frente y nos permitimos aconsejarle que otra vez se un poquito más fuerte y surtirá mejor efecto. Nada más tenemos que decirle, sino que todos tenemos arma en armario para defendernos cuando a ello se nos obliga como en la presente ocasión.

El consecuente y digno Director de La Voz sabrá dispensarnos éste mal trazado escrito y admitirle en su digno semanario, por lo cual le anticipamos las gracias; y no hemos de terminarle ya sin hacer constar que la sagrada imagen de referencia fue colocada el día de Año Nuevo en la Capilla del Cementerio, para donde venía destinada y que en solemne y nutrida procesión fue llevada por los jóvenes del pueblo y colocada por nuestro digno sacerdote, don Regino Mª Gómez, en la bonita hornacina que al efecto estaba preparada. Hubo volteo de campanas e infinidad de voladores, contribuyendo todo a que resultara una entusiasta y satisfactoria fiesta.

Terminamos, pues, dando las gracias al pueblo donante y entonando una copla a la Virgen:

A la Virgen del Carmen
quiero y adoro
porque saca las almas
del purgatorio

Las Hijas de María - Trillayo y Enero - 9 - 1915

Tomado de La Voz de Liébana, nº 439 de fecha 23 de Enero de 1915

Para las Hijas de María

Nada tengo que rectificar. Sabía yo que entre vosotras había alguna Cándida, pero no podía creer que fuerais tan cándidas todas las que firmáis la rectificación. Habéis prestado maternidad a un artículo tan burdo, como falto de lógica. Verdad es que ésta señora no está al alcance de todas las fortunas. Entre vosotras se deja ver una inspiración extraña a la Cofradía y os habéis dejado engañar, sirviendo de pantalla, para que ése o ésa quidam vomite el virus venenoso en que se baña su alma; pero ni el fantasma, ni vosotras, habéis podido, a pesar de los esfuerzos, demostrar lo que pretendíais. Vamos por partes.

Tratáis de probar primero que la imagen "no fue adquirida" por la Asociación Hijas de María. Veámoslo: las mayordomas Quica, la hermana del sacristán, y Cándida, la del tíu Tino, fueron la fuente de la información, al suplicarme hiciera constar en La Voz esa noticia. Oportunamente las pregunté si había sido alguna donación particular, a lo que contestaron: "No, la compramos nosotras con los fondos de la Virgen". Si la Virgen tiene fondos, sean limosnas, rifas o donaciones, que la procedencia no hace al caso, esos fondos los administran, como es natural, las mayordomas y éstas son las encargadas de adquirir lo necesario y enagenar lo inservible. El pueblo contribuye con su óbulo a engrosar esos fondos, pero sin fijaros su distribución, a no ser que en Trillayo ocurra lo contrario que en los demás pueblos, que creo que no. No digáis, por Dios, que fue adquirida por los fondos; esto es un disparate que pesa muchísimo más que todos los errores del corresponsal; y a éste paso, vosotras y yo, vamos a dejar a La Voz sin suscriptores.

¿No comprendéis que los fondos es una cosa pasiva y para adquirir algo hace falta desplegar alguna actividad?. Los errores del sentido común hacen más daño a los lectores que los errores de redacción. No lo olvidéis para otra vez.

Pasemos a la segunda parte, que fue lo que os hizo pupa . Decía "que algunas pedirán mucho y ya con sobrada justicia". Esa es otra verdad, será amarga, pero es verdad. Vosotras os habéis encargado de demostrarlo y por tanto es un trabajo que me ahorráis y que os agradezco, porque son muchas ahora mis ocupaciones.

Yo quitaré, si os molesta, lo que tenga de amarga; porque no quiero amargar más vuestra existencia; pero lo que tiene de verdad, no puedo quitarlo. ¿Que el transcurso de los años os roba vuestros encantos juveniles, si es que alguno teníais?. Pues, paciencia que para el tiempo no hay diques. ¿Que por la misma causa cambiáis de pelo, sin poder cambiar de estado?. Resignación, al fin las canas dan mucha autoridad. Francamente un celibato forzoso es difícil de llevar con paciencia y de ahí vuestra irritante exasperación.

Dudo mucho de la especialidad que atribuís a San Antonio, pero si éste, o Santa Rita mejor, os concede un novio (aunque sea viudo, si es honrado, laborioso y bueno) no cometéis ningún pecado en aceptarle. ¡Quién sabe si seríais más felices con ése, que seducidas por el oro de algún anillo, que sólo tenga oro la epidermis!. Probablemente, si. El quijotismo dura hasta que sale al camino la negra realidad. Hay botones de muestra, pero no quiero descender a la vida privada, porque me nivelaría a vosotras, y es muy humillante para mí.

¿Que si temo una invasión?. Nada tendría de particular, pero os adelanto, que yo ahora sólo puedo atender a las necesidades de mi casa.

Dicen que "a todo hay quien gane" y es verdad. Vosotras ganáis en frescura a todos los corresponsales, por muy frescos que seamos. En lo mucho que he leído, no he visto afirmaciones más gratuitas que las vuestras. ¿Que tenéis arma en al armario para defenderos?. Podeís sacarla cuando os haga falta, pero os advierto que está enmohecida y además no la sabéis esgrimir. Perdonad que sea tan claro. ¿Da resultado la palmita?. Ya veis que el corresponsal de Cillorigo no inunda La Voz de errores, como equivocadamente suponéis, sino de verdades como puños. Este corresponsal, como los demás, si algún error de información, o al correr de la pluma tiene alguna palabra molesta, está siempre pronto a retirarla, como es su deber, porque tiene un proceder más noble que algunas Hijas de María. En los tres años que llevo de corresponsal sólo tres veces he necesitado rectificar. La primera fue por haberme informado mal un miembro de la familia a quien afectaba. Las otras dos han sido, como veis, para pegar unos zurriagazos.

También afirmáis ser dignas Hijas de María (fuera modestia) y yo esa dignidad la pongo en tela de juicio, a juzgar por los antecedentes; pero lo que si me interesa hacer público es que habéis usurpado la firma de algunas de vuestras hermanas de asociación, que son, cuando menos, tan dignas como vosotras, pero que sí son más distinguidas y educadas. Ya de antemano suponía yo que no todas habían manchado sus manos en el lodo de vuestro infecundo artículo. Su propia dignidad y la dignidad de sus padres no podían consentirlo.

Tengo aquí una seguidilla muy bien hecha, que me manda un amigo para vosotras, porque sabe que yo en materia de verso soy tan malo como vosotras escribiendo prosa; pero, aunque os retrata bien, me parece un poco picaresca y la dejo para otro día.

El corresponsal de Cillorigo - En su casa el 25 de Enero de 1915

La Voz de Liébana, nº 440 de fecha 31 de Enero de 1915

Por galantería

Enemigos de que en las columnas de La Voz se entablen polémicas que desde un principio toman un carácter personal, que, aparte de no interesar a la generalidad de los lectores, dan lugar a frases y expresiones que si no llegan a ser una ofensa por lo menos molestan, rogamos a nuestro corresponsal "Poldo" que desistiera de publicar un comunicado, que "para alusiones" y dirigido a las Hijas de María de Trillayo, nos había remitido la semana pasada.

Con una deferencia, que sinceramente agradecemos, nuestro estimado amigo nos autorizó para que no publicáramos sus cuartillas si así lo juzgábamos conveniente.

Creíamos con ello terminada ya la enojosa cuestión a que dio lugar una noticia de nuestro corresponsal de Cillorigo, referente a las Hijas de María de Trillayo, cuando éstas nos envían un nuevo comunicado contestando al del corresponsal de Cillorigo publicado en el número anterior.

No nos parecía conveniente publicarle y así se lo hicimos presente por carta a las Hijas de María, al devolverles su comunicado; pero no conformes ellas con nuestro consejo, visitaron nuestra redacción insistiendo en sus deseos de que fuera publicada su contestación.

Como sobre esas señoritas no tenemos autoridad moral bastante para que nuestros ruegos sean atendidos y su condición de damas no nos permite hacer valer nuestro derecho, por una sola vez y tan solo por galantería hemos accedido a la publicación de su comunicado. Y con esto queda terminada la discusión.

La Voz de Liébana, nº 441 de fecha 6 de Febrero de 1915

Al Corresponsal de Cillorigo

Sin precedentes

Asombrado habrá quedado el lector y poco menos que horrorizadas nosotras al hacernos cargo del virulento comunicado que se nos dedica en el número de La Voz de Liébana correspondiente al 30 de Enero último, firmado por un corresponsal que parece haberse propuesto incluir en aquel, toda serie de desatinos de que sólo es capaz una mollera desequilibrada. Un corresponsal que con el más censurable de los desahogos reporteriles, dedica tan peregrinas frases a honradas jóvenes, que no han cometido otra falta que la de ser "Hijas de María" y algunas el de no haber contraído matrimonio con más antelación, o sea, cuando el señor corresponsal cree que debieron haber cumplido aquel trámite, por lo cual hoy las echa en cara descortesmente su fealdad o imperfecciones, y se goza y ensaña en atribuirles muchos años. ¡Como si todos estuviéramos obligados a ser hermosos!. Indudablemente que él se considera una beldad. Pero no censure ni haga culpable de sus canas a quien las ostente. Tenga en cuenta que éstas pueden aparecer, lo mismo que cualquiera otro defecto físico, que la Providencia en su Omnipotente poder y sabiduría quisiera enviarnos. Bien puede afirmarse que tan censurable conducta no tiene precedentes, ni se registra en los anales de la prensa.

Fue siempre cualidad enaltecedora de españoles la hidalguía y caballerosidad con la mujer; y todo hombre bien nacido supo en todo tiempo galantearla dignamente y con nobleza, sin traspasar los límites de la corrección, de la sensatez y de la cultura, guardándola y teniendo para ella las deferencias y consideraciones que le son debidas. Pero...¡¡¡ Váyale usted con éstas cosas al corresponsal de Cillorigo!!!. Para él sólo están bien educadas las que no le exigen rectificaciones, y pasan por lo que él afirma por incierto que sea. Nosotras no negamos que las por él aludidas tengan educación (como cada una de tantas) lo que sí ponemos en tela de juicio es la suya. Claro está, como se dedica a darla a los niños, no es extraño que al aludir a las Hijas de María no la encuentre a su alcance.

Pero hombre de Dios, ¿tan falto de recursos intelectuales se hallaba para verse necesitado a recurrir a semejante terreno, descendiendo a estilo tan chabacano y empleando frases tan poco correctas que molestan y ofenden?.

Tenga usted más caridad con el prójimo, señor corresponsal. Ignorábamos nosotras que el corresponsal poseyera conocimientos de platería para poder apreciar la falsedad de los anillos. En cambio no distingue otras cosas de más bulto. No sabe él que entre los que gastan anillos puede haber (y hay), como entre los que no los gastan, hombres dignísimos y perfectos caballeros, que con su trabajo y honradez labran por completo la felicidad de sus familias y a quienes el corresponsal no pone tampoco reparo en molestar, sin tener en cuenta que sus mismos discípulos pueden llegar a ostentarlos mañana, ya sea dentro o fuera de la nación.

¿Que no quiere usted rectificar?. Perfectamente, así dará usted una prueba más de orgullo y soberbia, más perdonables al fin, que los demás despropósitos que acumula en su censurable escrito, cuyo contenido sólo inspira lástima, o mejor, desprecio; porque revela en su autor cierto estado de ánimo que verdaderamente merece compasión. No rectifique, no. Estamos muy satisfechas con que su desventurada pluma deje de escribir tanta barbaridad. Condénela al silencio y todos saldremos ganando. ¡Cuánto más valiera que la dejase enmohecer como juzga se han enmohecido las nuestras!.

¡Y estará usted muy gozoso del resultado de la palmadita!. Nosotras lo dejamos a discreción de las personas sensatas y de sano criterio. ¡Ah! Y sepa el señor corresponsal que hacemos aquí caso omiso de ciertos periódicos de su exabrupto; pues ello encierra tal pestilencia que el rubor cubre nuestras mejillas con solo recordar perfidia tanta.

Para no dar lugar a que el hecho se repita y en evitación de que los lectores de La Voz vuelvan a escandalizarse leyendo nuevos desatinos de usted, damos aquí por terminado éste incidente; bien entendido, de que si prosiguiese su perniciosa labor, nosotras por toda venganza, rogaríamos fervorosas a la Virgen (de la que nos honramos en ser sus dignas hijas) y decimos porque felizmente y con su ayuda hasta la fecha somos honradas, condición indispensable para ser congregante de la Inmaculada Concepción y pediríamos si, para usted le vuelve la razón y ese sentido común de que tanto alardea en su escrito y que el lector no ve por ninguna parte.

Ninguna firma hemos usurpado hasta la fecha, ni lo acostumbramos, pues la mayoría nos afirmamos una vez más en la rectificación, y para probárselo nos repetimos.

Hijas de María - Trillayo, Febrero - 2 - 1915

La Voz de Liébana, nº 441 de fecha 6 de Febrero de 1915

Posteriormente y al hilo de la noticia y ciñéndose exclusivamente al acontecimiento religioso, La Voz de Liébana publicó lo siguiente:

El Martes último se celebraron en Trillayo solemnes cultos en honor y reverencia de la nueva imagen de Nuestra Señora del Carmen, recientemente adquirida por la Asociación de Hijas de María, con limosnas del pueblo y fondos propios. Hubo Misa cantada que celebró el Arcipreste de Bedoya y párroco de Castro don Remigio Gómez y elocuentísimo sermón por el R.P. Higinio Fernández, de la orden dominicana, quien por la tarde, después de haber rezado el Rosario, pronunció otro notable discurso cantando las glorias de la Virgen y encomiando la piedad del pueblo.

La concurrencia de fieles, no solo del pueblo que acudió en masa, sino de otras aldeas del valle, y aún de Potes, fue extraordinaria. Por la tarde huido animado baile popular.

Sufragó los gastos de la festividad religiosa el culto y joven indiano don Julián Monasterio, recientemente llegado de la Argentina.

La Voz de Liébana, nº 450, de fecha 10 de Abril de 1915

Atrás

Resolución recomendada:1024x768
©Página creada por José Angel Cantero Cuevas
En Internet desde: 26-01-2.004