Bedoya en el siglo XIX

Recortes de lo que escribió la Prensa lebaniega referente al valle de Bedoya a finales del siglo XIX, donde nos narran, entre otras cosas, de los escándalos, atropellos y protestas de la población por la sustitución del Cura párroco en la parroquia de San Pedro de Bedoya, al parecer influenciada por los políticos de turno.

Resumen año 1865

Ayuntamiento de Cillorigo

En el pueblo de Salarzón de éste distrito municipal, se halla prendado y puesto en custodia desde el día 12 del actual, un novillo de las señas siguientes: edad de 3 a 4 años, color ablancado, la ojera negra, llave blanca y bien puesta, cola larga y bien tendida. Cuyo novillo fue cogido por andar hace tiempo vagando por las mieses de éste pueblo sin causar daños.

La persona que se crea su dueño puede acudir a recogerlo, pagando los gastos de custodia y los de la inserción de éste anuncio en el Boletín Oficial.

Cillorigo 18 de Noviembre de 1865 - Enrique Linares

Resumen año 1867

D. José Balbino Barroso, Jefe honorario de Administración Civil y en propiedad de la expresada sección, hago saber:

Que D. Plácido de la Torre Cuesta, vecino de ésta capital, ha presentado una solicitud de registro de una pertenencia con el nombre de la “Casualidad” de mineral calamina, al sitio que llaman del Melero, término del lugar de Cobeña, Ayuntamiento de Castro Cillorigo, que linda al Oriente con dicho Melero y virdio de la Ventosa, al Poniente con encina de Cobeña. Norte, virdio de la Canal Mayor de la Peña de la Ventosa y Sur sierra de la Cubina y tejera.

La designación que hace es la siguiente: Se pondrá por punto de partida el sitio del Candón y Carraleta con dirección al virdio de la Canal Mayor de la Peña la Ventosa 130 metros. Después de él se medirán al Norte 100 metros y se fijará la primera estaca; desde ésta al Este 200 la segunda; desde ésta al Sur otros 200, la tercera y desde ésta dirección mediodía 115 metros.

Y habiendo admitido el Sr. Gobernador por decreto de esta fecha la indicada solicitud, se publica la Orden de S.S. y en cumplimiento de lo que previene el artículo 23 de la Ley del ramo vigente para los efectos que expresa el 24 de la misma.

Santander 24 de Noviembre de 1867
J. Balbino Barroso

Resumen año 1884

Abril 3 de 1843. En este día murió en Fuentes de Duero el Excelentísimo señor D. Vicente Gómez de la Cortina, que había nacido el 7 de abril de 1765 en Salarzón, lugar del Ayuntamiento de Castro-Cillorigo, valle de Cillorigo en el partido de Potes.

Era hijo de D. Servando, de quien nos ocuparemos en efeméride de 26 de Octubre de 1765, y a la muerte de éste, heredó el título de Conde de la Cortina. En Méjico acrecentó mucho la fortuna que le había dejado su padre.

Fue Caballero del Hábito de Santiago, Gentil-hombre de Cámara con ejercicio y Caballero Gran Cruz de Isabel la Católica. Hizo construir a su costa, dice D. Ildefonso Llorente, la buena Iglesia que hay en Salarzón, su pueblo natal; y allí, en un panteón de bronce descansan los mortales restos del opulento Conde.

Don Vicente era hermano de D. Pedro, que nació también en Salarzón el año 1767 y murió en Madrid el 8 de Junio de 1826. Los restos mortales de éste montañés ilustre yacen en el mismo panteón que los de su hermano. Fue Doctor en Teología, Chantre y  Consejero de Ordenes en Méjico.

El Excmo. Sr. D. Joaquín Gómez de la Cortina, más conocido en Madrid, y en el resto de España de las personas instruidas, por el Marqués de Morante, de cuyo título fue el primer poseedor, era hijo del D. Vicente; nació en Méjico y su madre era lebaniega también.

D. Joaquín nació el 6 de Setiembre de 1808. Era una de las personas reputadas de muy eruditas. Poseía una biblioteca que adquirió reputación de escogida y muy notable, y constaba de unos  80.000 volúmenes.  Era aficionadísimo al latín, lengua madre de la nuestra y tan menospreciada y perseguida por los sabios superficiales y por los que  no siendo sabios ni superficiales, sino ignorantes por necesidad con ínfulas de poder dar lecciones de todo a las personas que pasaron toda su vida leyendo y estudiando; creía rebajarse si no echasen pestes contra la lengua latina, de que no conocieron ni el “musa musae”.

En latín escribió el Marqués de Morante el catálogo de los libros que formaban su valiosa biblioteca, escribiendo así mismo con D. Raimundo Miguel un Diccionario Latino-Castellano.

Fue Rector de la Universidad de Madrid y ocupó, en el ramo de la Instrucción pública, elevados puestos. Su amor al país en que nacieron sus padres, prueba los sentimientos de respeto que estaba poseído. Pasaba ordinariamente los estíos en el palacio de Salarzón, heredado de sus mayores.

Murió el 19 de Junio de 1858 y sus restos fueron traídos al panteón familiar de su familia, de que ya hemos hablado. Un hermano suyo llamado D. José heredó el título de Conde de la Cortina.

Abril 4 de 1860

Resumen del año 1897

Ayuntamiento de Cillorigo

No habiendo comparecido al acto de la concentración para su destino a cuerpo activo, los mozos Felipe Gómez Madrid, número 567 del sorteo de 1890, hijo de José y de Petra, natural de Bedoya y el recluta excedente de cupo del remplazo de 1894, Raimundo Sánchez Berdeja, hijo de Angel y de Rosa, natural de Llayo, de éste Ayuntamiento, se han instruido en su consecuencia los oportunos expedientes  de prófugos y por su resultado la Corporación municipal en sesión del día 16 del corriente, acordó declararles prófugos con las condenaciones consiguientes, a tenor de lo dispuesto de los artículos 108 y 111 de la vigente Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército.

En tal concepto se les cita, llama y emplaza para que comparezcan inmediatamente ante mi autoridad, a fin de ser remitidos a disposición de la Exma. Comisión Provincial, apercibidos de ser tratados  en caso contrario con todo el rigor de la Ley.

Y por lo que afecta al buen al buen servicio del Estado y cumplimiento de las Leyes, ruego y encargo a todas las autoridades  y sus agentes se sirvan procurar la busca, captura y remisión a ésta Alcaldía de los mencionados prófugos, o su presentación a disposición de la Comisión Provincial.

Cillorigo, 18 de Enero de 1897. El Alcalde Tomás Cantero

Boletín Oficial de Santander

Resumen del año 1898

Sr. Director del Cantábrico
Muy señor mío:

Las elecciones se aproximan y no hemos de ser nosotros los que profesemos ni practiquemos el principio de que era para un buen fin todos los medios son buenos. Lucharemos, sí, con energía, pero sin acudir a medios que rechaza toda sana concencia. Por eso no querernos que se nos confunda con aquellos que atropellan por todo invocando para ello los nombres más sagrados y las ideas más puras y elevadas.

Por eso también hemos de protestar de hechos que, como lo ocurrido hace poco en Bedoya, llevan la perturbación y el escándalo al seno de las conciencias honradas, no permitiendo que nuestros nombres vayan unidos a los de los autores de tales atropellos. Existe en Bedoya una institución piadosa, fundada por el difunto marqués de Morante, con arreglo a la cual una Junta especial, presidida por el Párroco del pueblo, debe repartir anualmente una crecida suma entre los pobres de aquel Concejo.

Forma parte de este Junta, y puede decirse que es su principal agente, el Alcalde señor Ibañez, que con los señores Linares y Reda comparte la dirección de la politica viesquista en el Ayuntamiento de Cillorigo, fuera de los ratos que le deje libres el proceso que se le sigue hace algún tiempo por hurto de maderas.

De ésta Junta era presidente, como Párroco del pueblo, don Luis Rodríguez. El señor Ibañez, que además de tener una casa en América, como saben todos los vecinos de aquel Ayuntamiento, tiene la manga un poco ancha, como no lo ignora casi ninguno, quería mangonear también a su antojo la voluntad del presidente y no digo que pretender repartir el dinero de la Fundación solamente entre sus familiares y amigos poíticos, como por aquí dice mucha gente, porque eso cuesta un poco creerlo. Pero es lo cierto que el no poder disponer a capricho de la voluntad del párroco debía trastornar algo sus planes.

Uníase a esto el que otros dos virtuosísimos y celosos sacerdotes tempoco se prestaban a ciertos manejos de los señores Linares, Reda e Ibáñez, por lo cual, reunidos en fraternal consejo, resolvieron formular tres denuncias contra los tres citados sacerdotes ante los Obispos de las respectivas Diócesis.

¿En qué se fundaban las denuncias?. Dios y ellos lo sabrán. Por mi parte, tengo entendido que una de ellas se fundaba en que uno de los denunciados era ¡¡ Presidente del Comité republicano de Liébana!!.

¡Señor Director!, ¡¡Republicanos en Liébana!!. En Liébana no hay más republicanos que los viesquistas que están con un pie en el Partido Conservador, con el otro en el Liberal, con el otro en el Republicano y  con el otro en el Carlista.

Qué cúmulo de intrigas o qué procedimientos adoptarían los tres señores citados para lograr su objeto. No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es  que hoy pueden disponer de los fondos de la institución benéfica de Bedoya, como no podían disponer en tiempos que formaba parte de ella don Luis Rodríguez.

Esta transformación se operó mediante el traslado de dicho señor sacerdote, don Luis Rodríguez, desde (la parroquia) de Bedoya a otro pueblo (parroquia) de Trillayo y trayendo a Bedoya a don Santiago Pérez, que fue más afortunado ésta vez que en cinco o seis ejercicios anteriores y que se ha distinguido y se distingue por la devoción…... a la política viesquista.

Contra éste traslado se elevó al señor Obispo de Palencia una exposición suscrita por casi todo el vecindario de Bedoya, porque aquel vecindario, como todo otro sensato, está por la tranquilidad y no por la perturbación en los espíritus, y según de público se dice, contra el traslado informó también el señor Arcipreste; pero nada se consiguió, por cierto que debía correrles a los caciques mucha prisa, porque se ordenó en una época en que las nieves y escarchas hacían poco menos que impracticables los caminos de Bedoya a Trillayo.

He tratado de averiguar los motivos en que se funda éste traslado y no he podido saber más que se hizo “ad maioren Dei gloriam et animarum”. Pudieron algún día los viesquistas soñar, creer o hacer creer a los demás incautos abusando de su incredulidad, que las instituciones gubernamentales estaban interesadas en su triunfo; pudieron soñar, creer, o hacer creer que hasta el Sumo Pontífice estuviera interesado en la victoria de don Santiago López y por tanto, en la de ellos; pero seguramente, lo que nunca soñaron ni creyeron, ni pretendieron hacer creer a nadie, es que un traslado de un sacerdote hecho a disgusto de casi toda la feligresía y en provecho de políticos como los que acaudilla el marqués de Viesca, hubiera de decirse que se hacía “A mayor gloria de Dios y de las almas”.

Que don Luis Rodríguez, perdónenos la hipótesis, fuese indigno de llevar el hábito sacerdotal, que las pruebas constantes de respeto, simpatía y consideración que recibió de sus feligreses que protestaron de su traslado por escrito y con actos  bien ostensibles, fuesen, por el contrario, actos de enérgica protesta contra su persona; vamos a suponer que todo esto ha sucedido; que está, por tanto, muy bien trasladado. Pero ¿con quién se le sustituye? ¿con un sacerdote sobrio, púdico, amante de la paz y no precursor del disturbio y menos aún apasionado por los asuntos políticos?. Podrá serlo don Santiago, pero hoy vemos en su parroquia el Coro de las Hijas de María disuelto, muchos feligreses que se niegan a confesar con él, su nombre falto de prestigio y del respeto que exige el cargo que desempeña, el desorden y el escándalo, en fin, por todas partes. ¿Y esto se ha hecho  “Ad maiorem Dei gloriam et animarum?”.

Digamos con el Evangelio: “Sacerdotalem arborem non agnosco elius enim sacerdotii fructus abisto”. Todo ferviente católico ha de lamentar que entren en el sagrado templo los especuladores de lo más santo que hay en la tierra: ¡La Religión sacrosanta subordinada a una política ruin y miserable!. ¡La Religión del amor, de la paz, de la justicia entregada a una política de odio, de lucha rastrera, de injusticia y de atropello!.

Nosotros, como lebaniegos, como católicos, como hombres honrados, abominamos ésa política farisaica,  que será muy apta para ocupar con rapidez los más elevados puestos de la jerarquía eclesiástica, pero que repugna al espíritu de bondad y de divina justicia que informa nuestra santa Religión.

Apártese don Santiago López de esa política y de esos políticos que no pueden conducirle más que al abismo profundo de su desprestigio para campar después solos por sus respetos.

Dispense usted, señor Director, me haya extendido tanto en éstas consideraciones, que juzgo necesarias para el esclarecimiento de las diversas actitudes de cada cual, y anticipándole las gracias por su publicación queda de usted afmo.
Un lebaniego - Potes 3 de marzo de 1898

El Cantábrico

Resumen año 1898

8 de Abril
DON VICENTE GOMEZ DE LA CORTINA

Del pueblo de Salarzón, Ayuntamiento de Castro-Cillorigo, de la familia de Gómez de la Cortina tienen su procedencia algunos ilustres lebaniegos que aquí, en España, y al otro lado de los mares, en Méjico, han sabido conquistarse envidiable posesión y un nombre respetado.

Tales fueron don Servando Gómez de la Cortina, primer Conde de la Cortina, y sus hijos don Pedro, doctor en Teología, y don Vicente.

Nació éste último en Abril de 1765 y falleció el día 3 de igual mes de Abril de 1842, habiendo alcanzado una avanzada edad.

Sucedió a su padre, don Servando, en el título de Conde y habiéndose trasladado a Méjico, donde radicaban la mayor parte de los intereses de aquel, se distinguió en los sucesos que produjeron la emancipación del virreinato de la soberanía de España, tomando parte a favor de ésta. Terminada la guerra permaneció en el territorio de la República atendiendo los negocios mercantiles, acrecentando así la no pequeña fortuna que heredó de su padre.

Fue don Vicente Caballero del Hábito de Santiago, gentil-hombre de Cámara con ejercicio y Caballero gran Cruz de Isabel la Católica. A su piedad y munificencia se debe la iglesia de Salarzón, su pueblo natal. Fue padre del Excmo. Don Joaquín Gómez de la Cortina, eruditísimo literato, Rector que fue de la Universidad Central  y más conocido por el nombre de Marqués de Morante.

El Cantábrico 1898

Resumen año 1899

Juicio oral

Ayer se vio en el juicio oral, ante la Sección primera, la causa seguida en el Juzgado de Potes, a virtud de denuncia del señor Gobernador Civil de ésta Provincia, contra el Alcalde de Cillorigo (hoy suspenso), Cosme José Ibáñez Noriega, vecino de Trillayo, por desobediencia a dicho Gobernador, al no cumplir las órdenes de éste referentes a la reposición del Secretario del Ayuntamiento con José García y entrega del archivo correspondiente.
El Ministerio público pidió se impusiera al procesado Ibáñez la pena de once años y un día de inhabilitación especial temporal, multa de 200 pesetas y costas.

La defensa alegó que no había incurrido en pena alguna su patrocinado, por entender que los hechos por éste ejecutados, no constituyen delito.

El Cantábrico

Resumen año 1899

Por la Audiencia provincial ha sido suspendido el Alcalde de Cillorigo don José Ibáñez. No ha tenido que cesar de su cargo, porque, previniéndolo sin duda, había obtenido y comenzado a usar licencia,
El Cantábrico

Por don Joaquín de las Cuevas y Villegas, vecino de Panes, ha sido declarado absuelto de la querella de calumnia, propuesta por don José Ibáñez Noriega, vecino de Trillayo.

La Atalaya 1899

Atrás

Resolución recomendada:1024x768
©Página creada por José Angel Cantero Cuevas
En Internet desde: 26-01-2.004