Recortes de la Prensa Regional sobre Bedoya. Finales siglo XIX
Periódicos o Revistas, como el Diario Montañés, la Hoja del Lunes, la Verdad, el Cantábrico, el Aviso, la Atalaya, el Pueblo Cántabro, la Montaña, el Siglo Futuro, la Región, la Voz de Cántabra son algunos de los rotativos de donde se sacaron éstas notas.
En el pueblo de Bedoya, Ayuntamiento de Cillorigo, se halla en custodia una potra de seis cuartas, quincena, de color rojo y con la cola cortada
El Atlántico nº 18 – 19-11-1886
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La Guardia Civil del puesto de Potes ha detenido a Florentino Posada, natural de Trillayo y a su hija Justa Posada como presuntos autores de los deterioros hechos en el tejado de la cuadra de Escolástica Sánchez, vecina de Pendes.
La Verdad nº 1351 – 17-07-1887
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Juicio por robo
Ayer se vio en juicio oral ante la Sección primera y tribunal de Juzgados, la causa instruida en el suprimido Juzgado de Potes contra Pedro de la Puente Alonso, vecino de Bedoya, por sustracción de efectos en las moradas de Felipe García Gómez y de José Cuevas Lamadrid.
En vista del resultado de las pruebas, el señor Abogado fiscal presentó escrito de conclusiones definitivas consignando que la sustracción en la casa de Felipe no puede atribuirse al procesado por falta de prueba, y que la otra sustracción al Cuevas constituye un delito de robo del que es autor el sumariado con la agravante de nocturnidad por lo que pidió se le condenara a tres años, seis meses y veintiún días de presidio.
La defensa alegó que el hecho realizado por su patrocinado merece la calificación de hurto, y por no concurrir circunstancias modificativas, solicitó la imposición de dos meses y un día de arresto mayor.
Los Jurados pronunciaron veredicto de culpabilidad y la Sección, que antes del veredicto había sobreseído libremente en cuanto al primer delito por falta de acusación, dictó sentencia por lo que respecta al segundo hecho que estimó constitutivo del delito de robo, condenando al Pedro de la Puente como autor, y por no apreciar circunstancias modificativas de la responsabilidad, a tres años de presidio correccional, accesorias consiguientes y pago de costas, declarando de abono en favor del condenado la mitad del tiempo de la prisión provisional que ha sufrido.
El Atlántico 04-10-1893
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En el Juzgado de Soria pende juicio de abintestato, con motivo del fallecimiento de doña Jacoba Raimunda de las Cuevas, natural de Bedoya, en ésta provincia.
Los que se crean con derecho a los bienes de la finada, le deducirán en el plazo de 30 días.
El Aviso, nº 149 – 19-12-1895
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Ha sido nombrado maestro de la escuela de niños de Bedoya, don Anacleto Martínez
La Atalaya nº 1247 – 16-06-1896
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En la Alcaldía se halla a disposición del soldado Santos Soberón Gómez, natural de Bedoya, que regresó por inútil a la Península y fijó su residencia en Santander y pertenece al cuerpo de Infantería de Marina, la licencia absoluta que ha sido remitida a ésta Alcaldía para su entrega al interesado.
La Atalaya nº 1612 – 29-06-1897
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Cambio del cura de Bedoya por motivos políticos
Las elecciones se aproximan y no hemos de ser nosotros los que profesemos ni practiquemos el principio de que para un buen fin todos los medios son buenos; lucharemos, sí, con energía, pero sin acudir a medios que rechaza toda sana conciencia. Por eso no queremos que se nos confunda con aquellos que atropellan por todo invocando para ello los nombres más sagrados y las ideas más puras y elevadas. Por eso también hemos de protestar de hechos que, como lo ocurrido hace poco en Bedoya, llevan la perturbación y el escándalo al seno de las conciencias honradas, no permitiendo que nuestros nombres vayan unidos a los de los autores de tales atropellos.
Existe en Bedoya una institución piadosa, fundada por el difunto marques de Morante, con arreglo a la cual, una junta especial, presidida por el párroco del pueblo, debe repartir anualmente una crecida suma entre los pobres de aquel Concejo. Forma parte de esta junta, y puede decirse que es un principal agente el Alcalde señor Ibáñez, que con los señores Linares y Reda comparte la dirección de la política viesquista en el Ayuntamiento de Cillorigo, fuera de los ratos que le deja libres el proceso quo se le sigue hace algún tiempo por hurto de maderas.
De esa junta era presidente, como párroco del pueblo, don Luis Rodríguez. El señor Ibáñez, que además de tener una casa en América, como saben ya todos los vecinos de aquel Ayuntamiento, tiene la manga un poco ancha, como no lo ignora casi ninguno, quería mangonear también a su antojo la voluntad del presidente y no digo que pretendiera repartir el dinero de la fundaci6n solamente entre sus familiares y amigos políticos, como por aquí dice mucha gente, porque eso cuesta un poco creerlo. Pero es lo cierto que el no poder disponer a capricho de la voluntad del párroco debía trastornar algo sus planes. Uníase a esto el que otros dos virtuosísimos y celosos sacerdotes tampoco se prestaban a ciertos manejos de los señores Linares, Reda e Ibáñez, por lo cual, reunidos en fraternal consejo, resolvieron formular tres denuncias contra los tres citados sacerdotes ante los Obispos de las respectivas diócesis.
En que se fundaban las denuncias, Dios y ellos lo sabrán. Por mi parte, tengo entendido que una de ellas se fundaba en que uno de los denunciados era presidente del Comité republicano de Liebana. !Señor director!. ¡Republicanos en Liebana…!. En Liebana no hay más republicanos que los viesquistas, que están con un pie en el partido conservador, con el otro en el liberal, con el otro en el republicano y con el otro en el carlista.
Qué cúmulo de intrigas, o qué procedimientos adoptarían los tres señores citados para lograr su objeto; no lo sabemos; pero lo que sí sabemos es que hoy pueden disponer de los Fondos de la institución benéfica de Bedoya, como no podían disponer en tiempos que formaba parte de ella don Luis Rodríguez.
Esta transformación se opera mediante el traslado de dicho señor sacerdote, don Luis Rodríguez, de Bedoya a otro pueblo llamado Trillayo, trayendo a Bedoya a un don Santiago Pérez, que fue más afortunado esta vez que en cinco o seis ejercicios anteriores y que se ha distinguido y se distingue por su devoción….. a la política viesquista.
Contra este traslado se elevó al señor Obispo de Palencia una exposición suscripta por casi todo el vecindario de Bedoya, porque aquel vecindario, como todo otro sensato, está por la tranquilidad y no por la perturbación en los espíritus, y según de público se dice, contra el traslado informó también el señor Arcipreste, pero nada se consiguió, y por cierto que debía correrles a los caciques mucha prisa, porque se ordenó en una época en que las nieves y escarchas hacían poco menos que impracticables los caminos de Bedoya a Trillayo.
He tratado de averiguar los motivos en que se funda este traslado y no he podido saber más que se hizo «ad majorem Dei gloriam et animarum». Pudieron algún día los viesquistas soñar, creer, o hacer creer, a los demás incautos, abusando de su credulidad, que las instituciones gubernamentales estaban interesadas en su triunfo; pudieron soñar, creer, o hacer creer, que hasta el Sumo Pontífice estuviera interesado en la victoria de don Santiago López y, por tanto, en la de ellos; pero, seguramente, lo que nunca soñaron, ni creyeron, ni pretendieron hacer creer a nadie, es que un traslado de un sacerdote, hecho disgusto de casi toda la feligresía y en provecho de políticos como los que acaudilla el marqués de Viesca, hubiera de decirse que se hacía “a mayor gloria de Dios y de las almas”.
Que don Luis Rodríguez, perdónenos la hipótesis, fuese hasta indigno de llevar el hábito sacerdotal, que las pruebas constantes de respeto, simpatía y consideración que recibió de sus feligreses que protestaron de su traslado por escrito y con actos bien ostensibles, fuesen, por el contrario, actos de enérgica protesta contra su persona; vamos a suponer que todo esto ha sucedido; que está, por tanto, muy bien trasladado. Pero, ¿con quién se le sustituye?. ¿Con un sacerdote sobrio, púdico, amante de la paz y no precursor del disturbio y menos aún apasionado por los asuntos políticos?. Podrá serlo don Santiago, pero hoy vemos en su parroquia el coro de las Hijas de María disuelto, muchos feligreses que se niegan confesar con él, su nombre falto de prestigio y del respeto que exige el cargo que desempeña, el desorden y el escándalo, en fin, por todas partes.
¿Y esto se ha hecho “¿ad majorem Dei gloria et animarum?”. Digamos con el Evangelio: “Sacerdotalem arborem non agnosco alius est enim sacerdotii fructus abisto”.
Todo ferviente católico ha de lamentar que entren en el sagrado templo los especuladores de lo más santo que hay sobre la tierra. ¡La religión sacrosanta subordinada a una política ruin y miserable!. ¡La Religión del amor, de la paz, de la justicia entregada a una política de odio, de lucha rastrera, de injusticia y de atropello….!.
Nosotros, como lebaniegos, como católicos, como hombres honrados, abominamos esa política farisaica, que será muy apta para ocupar con rapidez los más elevados puestos de la jerarquía eclesiástica, pero que repugna el espíritu de bondad y de divina justicia que informa toda nuestra santa Religión.
Apártese don Santiago López de esa política y de esos políticos que no pueden conducirle más que al abismo profundo de su desprestigio para campar después solos por sus respetos.
Dispense usted, señor Director, me haya extendido tanto en estas consideraciones, que juzgo necesarias para el esclarecimiento de las diversas actitudes de cada cual, y anticipándole las gracias por su publicación queda de usted afmo.
Un Lebaniego
Potes, 3 de marzo de 1898
El Cantábrico, nº 1046 – 07-03-1898
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Hurto de leñas
Hoy se ha visto en la Sala primera el juicio oral de la causa procedente del Juzgado de Potes contra Marcelo Gómez Fuente, vecino de Trillayo, por hurto de leñas secas del monte de dicho pueblo, Llano del Pozo, tasadas en 75 céntimos de pesetas.
La acusación pidió se impusiera al procesado la pena de dos meses y un día de arresto, y el defensor la absolución por falta de delito, o en otro caso, por haber obrado en el ejercicio legítimo de un derecho.
El Aviso, 13-12-1898
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Resumen año 1898
DON VICENTE GOMEZ DE LA CORTINA
Del pueblo de Salarzón, Ayuntamiento de Castro-Cillorigo, de la familia de Gómez de la Cortina tienen su procedencia algunos ilustres lebaniegos que aquí, en España, y al otro lado de los mares, en Méjico, han sabido conquistarse envidiable posesión y un nombre respetado.
Tales fueron don Servando Gómez de la Cortina, primer Conde de la Cortina, y sus hijos don Pedro, doctor en Teología, y don Vicente.
Nació éste último en Abril de 1765 y falleció el día 3 de igual mes de Abril de 1842, habiendo alcanzado una avanzada edad.
Sucedió a su padre, don Servando, en el título de Conde y habiéndose trasladado a Méjico, donde radicaban la mayor parte de los intereses de aquel, se distinguió en los sucesos que produjeron la emancipación del virreinato de la soberanía de España, tomando parte a favor de ésta. Terminada la guerra permaneció en el territorio de la República atendiendo los negocios mercantiles, acrecentando así la no pequeña fortuna que heredó de su padre.
Fue don Vicente Caballero del Hábito de Santiago, gentil-hombre de Cámara con ejercicio y Caballero gran Cruz de Isabel la Católica. A su piedad y munificencia se debe la iglesia de Salarzón, su pueblo natal. Fue padre del Excmo. Don Joaquín Gómez de la Cortina, eruditísimo literato, Rector que fue de la Universidad Central y más conocido por el nombre de Marqués de Morante.
El Cantábrico, Abril 1898 |
Por resolución del rector, ha sido aprobado el nombramiento hecho por el patronato de la escuela de Bedoya a favor de don Anacleto Martínez; pero sin opción a los derechos que en la Ley se concede a los maestros públicos, o lo que es lo mismo, que a dicho señor se le comprende en el apartado 5º de la R. O. de 27 de Febero de 1864.
El Aviso, nº 4149 – 13-05-1899
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Don Anacleto Martinez, nombrado maestro de la escuela de Bedoya, ruega a la Junta de Instrucción pública ordene al Alcalde le dé posesión, pues se presentó dicho señor en 17 de Mayo último y la Alcaldia se negó a ello, fundándose en que habia consultado a la Junta quien era Ia autoridad encargada de poner el “cumplase” en el título administrativo, y que habiendose presentado de nuevo el 21 de Junio, obtuvo igual negativa alegando el Alcalde no haber recibido contestación de la Junta.
El Aviso, nº 4190 – 13-07-1899
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Juicio oral
Ayer se vio en el juicio oral, ante la Sección primera, la causa seguida en el Juzgado de Potes, a virtud de denuncia del señor Gobernador Civil de ésta Provincia, contra el Alcalde de Cillorigo (hoy suspenso), Cosme José Ibáñez Noriega, vecino de Trillayo, por desobediencia a dicho Gobernador, al no cumplir las órdenes de éste referentes a la reposición del Secretario del Ayuntamiento con José García y entrega del archivo correspondiente.
El Ministerio público pidió se impusiera al procesado Ibáñez la pena de once años y un día de inhabilitación especial temporal, multa de 200 pesetas y costas.
La defensa alegó que no había incurrido en pena alguna su patrocinado, por entender que los hechos por éste ejecutados, no constituyen delito.
El Cantábrico 1899 |
Por la Audiencia provincial ha sido suspendido el Alcalde de Cillorigo don José Ibáñez. No ha tenido que cesar de su cargo, porque, previniéndolo sin duda, había obtenido y comenzado a usar licencia.
El Cantábrico 1899 |
Por don Joaquín de las Cuevas y Villegas, vecino de Panes, ha sido declarado absuelto de la querella de calumnia, propuesta por don José Ibáñez Noriega, vecino de Trillayo.
La Atalaya 1899 |
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