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Me suele ocurrir muchas veces. Mientras estoy sentado delante del ordenador, uno tiene tiempo para pensar muchas cosas. ¿Leerá o verá alguien ésto que estoy haciendo?. ¿Les gustará?. ¿Estaré haciendo el tonto?. ¿Merece la pena estar aquí tanto tiempo?. Total para lo que gano...., encima me cuesta dinero. Estas y otras muchas interrogaciones tienen, en principio, difícil respuesta. Pero de vez en cuando y sin pretenderlo, surge esa contestación que uno estaba esperando.
Con fecha 27 de Julio de 2.009 recibí el siguiente correo que adjunto. Con su lectura, creo que las interrogaciones quedan en un segundo plano. La respuesta a todas ellas está aquí, en ésta bella y emotiva historia que os presento. Solamente ya por ésto merece la pena seguir.....:
"Hola José Angel:
Tal vez te sorprenda mi correo, incluso no te acuerdes de quien soy. Hace tiempo encontré la página del valle de Bedoya, donde escribí un comentario en el Libro de visitas, dejando mi nombre y mi correo electrónico.
Ahora quiero compartir una historia contigo, una historia de amistad. Se que no nos conocemos y que incluso puedas llegar a pensar que soy muy confianzuda, pero quiero compartir esto contigo.
Hace muchos años, cuando estaba en la Secundaria, tuve una amiga de nombre Cristal. Fuimos inseparables. Te puedo decir que fue la época más feliz de mi vida y la última en que fui feliz. Vivíamos en un pueblo muy pequeño, ya sabes lo que suelen decir: “pueblo chico, infierno grande”. Ella era hija de madre soltera y no sabia quién era su padre, y todo lo que ella deseaba era encontrarlo. Ya sabes como son los adolescentes, piensas que todo es posible y cuando encuentras una causa, la llevas hasta las últimas consecuencias. Estuvimos los tres años buscándolo. Ella se emocionaba con cada pista, sin pensar en que lo que descubriríamos, nos separaría. Él resulto ser el esposo de una de mis hermanas. Aún no se porqué, y no puedo justificarme por ello, pero yo me alejé de ella. Nos dejamos de hablar. Este descubrimiento lo hicimos un par de días antes de la graduación. Terminamos la escuela y yo me mudé de ciudad y lo mismo hizo ella.
Un par de años después me gradué de Preparatoria y me fui a estudiar a la capital del Estado. La volví a encontrar por casualidad. Ella estudiaba en el mismo Campus que la persona con quien yo compartía departamento. Platicamos. Me preguntó por sus hermanos (mis sobrinos) y pasamos un buen rato, y nos separamos..... pensando que yo la volvería a ver….., después de todo, frecuentábamos los mismos lugares, lo cual fue un gran error.
No viene al caso platicarte lo que fueron esos años, porque no quiero parecer patética. Lo que te puedo decir, es que un par de semanas después de verla, tuve una depresión muy fuerte que me llevó al intento de suicidio, por lo cual mis padres me mandaron a ver a un psiquiatra. Me mudé una vez más de ciudad, a una muy lejos…..
Ahora esos tiempos quedaron atrás, estoy recuperada. Regresé a vivir con mis padres. Una vez más entré a la Universidad. Estudio Derecho y debo presumir que soy la mejor de mi generación, mi promedio es de 97 de 100..., pero aun así, a veces recuerdo mi pueblo, las personas con las que crecí ….. y a Cristal, siempre Cristal, pensando en que ella pudo ser parte de mi familia, a la que debí apoyar, a la que quiero tanto...... Estos días en especial me he acordado de ella. La busqué en el Campus cuando regresé, pero no la encontré. No supe si se cambió de Universidad, si desertó o qué fue de su vida, hasta el día de hoy, que recibí un correo…...
Me decía que su nombre es Cristal, que hace muchos años vivió en Colombia, en un pueblo llamado Pradera, Departamento de Caldas, que recuerda mucho a una amiga que tuvo en la Secundaria, a la que quiere mucho y con quien quiere ponerse en contacto, pero que la ha buscado y que no ha podido encontrarla, y que para su gran sorpresa, puso su nombre en Google y lo encontró en una página de un lugar llamado “valle de honor de Bedoya”…..., me pregunta si soy la misma persona y si me puede ver.
Esto pasó hace solo media hora. Ya le he contestado, que sí, que soy yo…..., quiero saber dónde se encuentra, y qué ha hecho, y si ella quiere venir y presentarse ante mi familia, definitivamente la voy a apoyar... ¿sabes?. Parece cosa de Dios. Estos días he estado deprimida, pensando estupideces, sintiendo mi vida vacía, y de pronto recibo este correo. De verdad que no sabes lo que ella significó en mi vida. Yo lo tomo como una señal: la felicidad esta por regresar a mí…... y todo gracias a tu página.
Nunca imaginé que al entrar y escribir eso en tu página estaba recuperando una parte de mí que hace mucho se me escapó. Ahora solo espero su respuesta, POR DIOS!!!, estoy llorando!!!.
Como te dije, solo quería compartirlo contigo y decirte GRACIAS..... y que puedes tener en tu conciencia el haber reunido a dos amigas......, MIL GRACIAS.
María Celeste Jaramillo"
(Nota.- Por expreso deseo de la remitentee, los nombres de las protagonistas son ficticios.)
Agosto - 2.009