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La cuadrilla 141 mató cuatro jabalís en la Viorna |
La cuadrilla 141 inauguró hoy la temporada de caza y mañana, si Dios quiere y el tiempo lo permite, la terminará. Hoy toca cazar en Sobrebodia que abarca la zona de Santo Toribio y el monte de la Viorna. A las 8 de la mañana ya estaban los cazadores en el ferial de la Serna de Potes donde tenían que presentar las acreditaciones y donde José Antonio Llorente, el jefe de la cuadrilla, les iba informando de la forma que se iba a desarrollar la cacería. Pero había un problema: que la nieve bajaba hasta el mismo Potes, con los tejados blancos con una pequeña manta blanca que había caído durante la noche. A esas horas, ya no se veían nubes, pero el frío era intenso. "Cuando salí de Mogrovejo había unos cinco centímetros de nieve y aquí en Potes el coche marcaba 4º bajo cero", decía Aquilino. Con estos preámbulos, el jefe de la cuadrilla habla con el técnico auxiliar de Medio Ambiente (el guarda) y no encuentran inconveniente alguno en echar la cacería ya que la capa de nieve es muy pequeña. De hecho, más tarde luciría el sol y ya se hizo el día más llevadero, aunque en las zonas donde no entraba el sol, era una pista de hielo. Cuando estaban ya colocados en sus puestos el jefe de la cuadrilla ordena la entrada de los perros. Unos lo hacen por Bodia y Congarna y los restantes por el camping de Santo Toribio. Precisamente estos últimos fueron los primeros que cogieron demanda. Se trataba de un jabalí, que visto cómo había estado la noche, decidió acercarse hasta el camping para acampar. Pero no le dieron el oportuno permiso y se quedó a dormir por encima del camping. No contó con que bien temprano le iban a despertar la jauría de perros. Se levantó de las patas delanteras para otear el horizonte y viendo que cada vez tenía más cerca a los perros, emprendió la huida por los prados que están por encima de Mieses. Allí estaba "esperándole" Paco Caso, "el guardia" que estaba de invitado, y que cuando le encuadró en la mira le soltó un zambombazo que parecía suficiente para pararle los pies, pero tuvo que hacer un segundo disparo para ver al marrano ya completamente parado a merced de los perros. Más arriba estaba Santi, el de Camaleño, que vio cómo el sonido de los perros estaba cada vez más cercano. Se puso en guardia y no tardó mucho tiempo en ver la silueta de un jabalí que se le acercaba. De repente el marrano cambió de dirección y Santi tuvo que echar una pequeña carrera para poder cortarle el paso. Jadeante y algo nervioso se echó el rifle al hombro y soltó un disparo que hizo diana porque el jabalí dio un par de vueltas por el suelo. Volvió a levantarse pero Santi le volvió a disparar para verle inmóvil encima de un manto de nieve. Allí quedó el jabalí sin que Santi se acercase para verle la boca. Los cazadores veteranos saben que en ocasiones los jabalís no andan solos y en ésta ocasión el presentimiento le decía que había que esperar a que llegaran los perros. Y no se equivocó, delante de ellos venía otro jabalí y en ésta ocasión Santi necesitó un solo disparo para que los perros mordieran con ganas a los dos. Los perros de David levantan otro jabalí que emprendió la ruta monte arriba. "Atentos los que estáis en el cortafuegos que va en esa dirección" , avisaba el montero a los puestos. Por todos es conocido la dificultad de matar un jabalí en un cortafuegos, además este cortafuegos está bastante sucio, con escobas y carrascos. Todo ello tuvo como consecuencia que nadie vio pasar al jabalí. Tuvieron que ser los perros los que minutos más tarde marcaran la ruta que había seguido el marrano. Nadie le vio y nadie pudo recoger los perros, que se pasaron en dirección a Valmeo y tuvo que ir David a buscarlos por encima de Campollo. Peor suerte tuvieron, por encima del monasterio, los dos perros de Chanchel que después de dar vueltas y más vueltas a un hormazo, no eran capaces de sacar de allí a un jabalí que estaba "a gusto" en su caliente encame. Fue tanta la insistencia que el jabalí se enfadó y arremetió contra ellos con el resultado que ambos perros hubo que llevarlos al veterinario con unas buenas rajas. Fueron tan grandes los aullidos de los perros que enseguida llegó hasta allí el montero. Pero antes que él había llegado un perro de Rubén que logró sacar al jabalí del escondite, pero antes el marrano dejó también las huellas de sus colmillos en un costado del perro. Los tres tuvieron que pasar por clínica. El que no pasó por la clínica fue el jabalí que tuvo que ir a otro sitio peor, ya que los perros de Jose traían un jabalí que en su huida llegó hasta donde estaba Felipe que no necesitó nada más que un disparo para verle rodar encima del blanco hielo. No era muy grande. Y así se dio por finalizada la cacería, eran casi las cinco de la tarde y Llorente manda recoger los perros y bajar hasta Potes, que mañana, si el tiempo lo permite porque anuncian mucho frío y nieve, hay que volver a cazar precisamente en el valle de Bedoya y esa cacería la esperan todos con verdadero entusiasmo ya que es la cacería que están esperando todo el año. |
CUADRILLA 141 |
|||
Monte |
Fecha |
Jabalíes |
Cazadores |
Sobrebodia |
17-01-15 |
4 |
Santi (2), Paco Caso y Felipe |
18-01-15 |
12 |
Jorge Cuevas (4), Felipe, Francis, Ramón Gaipo, Marcos, Pascualín, Emiliano, Javier Bada y Mena |
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