Nos visitó el osu
Desde que los primeros moradores asentaron sus poblados en Liébana, el hombre y el oso convivieron en la misma tierra. En las estribaciones de Peñasagra, donde se encuentran los montes de Bedoya, el oso siempre tuvo su aposento natural y no hace aún muchos años su presencia era significativa . Pero a lo largo del siglo XX decreció de forma alarmante, llegando prácticamente a su extinción, quedando solamente algunos ejemplares en la zona limítrofe montañosa de León y Palencia. La principal causa de su extinción se debió a la persecución del hombre. Los daños que el oso ocasiona en cultivos, actividades apícolas, así como el ganado doméstico y en las especies cinegéticas, ha generado una ancestral persecución del oso por el hombre, que lo ha llevado casi al exterminio en amplios territorios.
Para hacerse una idea de la presencia de osos, basta decir que en el año 1.875 narraba un cazador del valle de Bedoya que ese año "había mucha grana de bellota y por tanto muchos osos, pero que no se mataron NADA MAS QUE DOS". Cifra que en aquella época les parecía ridícula.
Pero últimamente, los plantígrados comienzan a asentarse de nuevo en la zona de Liébana, apareciendo esporádicamente, bien de forma visible, bien dejando sus huellas y rastros.
En el mes de Junio de este año de 2014 dejó evidencias de su presencia en el lugar de “los Cotillos”, donde rompió varios ejemplares de cerezos en su afán de búsqueda de comida.
Y a mediados de Julio aparecieron también sus huellas cerca del invernal del “Cercau”, concretamente en el camino que se dirige a Salarzón, entre el citado invernal y la riega que baja a “Jaltrabe”. Allí quedaron moldeadas sus pisadas en el barro del camino (ver fotos).
¿Cómo son los osos?
Los osos son animales que en el fondo son nobles y muy silenciosos. De aspecto macizo, orejas cortas y redondas, cola corta y un pelaje pardo muy espeso. Es el mayor mamífero que podemos encontrar en el monte dentro de la fauna lebaniega. Es muy ágil, con una gran rapidez al galope y al verse acorralado suele atacar. Es un animal nómada, puede recorrer varios kilómetros en una noche en busca de alimentos. Su alimentación cambia según las estaciones. Aunque está considerado como carnívoro, también es omnívoro. En otoño acumulan grasas comiendo castañas, nueces, moras, manzanas, insectos, miel, bellotas, hayucos, etc,. Durante el invierno suelen invernar, mientras en la primavera vuelven a recuperar el peso perdido buscando carroña, musgos y helechos. En verano comen cerezas, moras, miel, hormigas, hierba, etc,.
El macho puede llegar a pesar 180 kilos, siendo la hembra de tamaño inferior. La vida media se estima en torno a los 20 a 25 años en libertad
Los osos tienen el sentido más desarrollado en el olfato. Es excelente y de él depende mucho para su supervivencia y búsqueda de alimento. El oído lo tiene también muy desarrollado y es extremadamente agudo. Por el contrario la visión la tiene muy limitada, aunque puede ver los colores durante la noche. A larga distancia reconocen formas pero no detalles, y detectan mucho mejor animales u objetos en movimiento que inmóviles. En algunas situaciones desfavorables pueden erguirse sobre sus patas traseras para aumentar su campo de visión. Gracias a este mecanismo pueden detectar a larga distancia muchas de sus fuentes de alimento.
La hembra, que es fértil a lo largo de toda su vida, entra en celo cada dos o tres años, normalmente entre junio y julio, y suele parir un solo osezno y esporádicamente dos.
Huellas y rastros
Inconfundibles son las huellas dejadas por los plantígrados. Su tamaño y sus caracteres son fáciles de distinguir. Marca los cincos dedos y uñas, además de parte de la planta de los pies y manos.
Otros rastros que nos permiten detectar su presencia son las guaridas u oseras, los restos de comida o carroña. Colmenares atacados, rascaduras, arañazos y mordiscos en cortezas de los árboles son también un rastro muy significativo. Las piedras movidas o levantadas, algunas de gran porte, también son un gran signo en cuanto que éste considerable esfuerzo físico solo puede hacerlo el oso. Hormigueros levantados o restos de pelos en alambradas o en espinos, también pueden ayudarnos a detectar su presencia en un territorio.
¿Qué hacer si te encuentras con un oso?
Lo primero decir que es muy difícil que eso ocurra, ya que los osos son animales de hábitos nocturnos. Además seguro que te detecta él antes a ti, que tú a él, y en cuando ésto ocurre, el oso normalmente huye. Aunque hay casos que no es así. Hace ya muchos años, más de cien, ocurrió un evento en Bedoya que una vez más voy a relatar: Ocurrió en la “Calleja de Sária”, un lugar en el que el camino se estrecha y solo queda una única salida: el empinado monte de "Lobá". Pues bien, subía un buen día por el citado camino un vecino de Esanos, conocido como el tíu Pólito, (Hipólito Soberón), y en una curva del camino se dio de bruces con un oso. Los dos se pararon de inmediato y se miraron de arriba abajo. Fue cuestión de menos de un segundo, pero al tíu Pólito ese segundo le pareció una eternidad. Al hombre le temblaban las piernas, pero fanfarrón era un rato. “O te apartas tu, o te aparto yo…..”, voceó al plantígrado. Se siguieron mirando un instante más y el oso agachó la cabeza y se introdujo monte arriba desapareciendo entre la maleza.
Pero la Fundación Oso Pardo recomienda que si ésto mismo nos ocurriera a nosotros, tenemos que hacer lo contrario de lo que hizo el tíu Pólito: “Lo peor es quedarse quieto, hay que hacerse notar moviendo los brazos, pero nunca en plan amenazador y si el animal no busca otra ruta, es mejor apartarse uno de ella. Es muy peligroso también aproximarse a las crías, pues cerca andará la madre que te puede arremeter. Recomiendan también que es arriesgado entrar en las oquedades que veamos en las rocas, por si resultan ser una osera".
Por si acaso……, vete con cuidado que cualquier día te puedes encontrar un oso en los alrededores de la Fuente Taruey, aunque allí tienes buenas praderas para correr……….
Fotos de Jorge Cuevas. Agosto 2014
pepi - 12-08-14
Me alegro que el oso haya estado entre nosotros, pero ahora me da algo de mieditis ir al monte. Si me tropiezo con él...... |
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