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Federico Cuevas Vega "Si no hubiera habido tanta agua por el medio, me hubiera vuelto andando desde México"
Una llamada de teléfono me puso en contacto con Federico Cuevas. "Tengo un gran interés en saludarte, allá en México vemos mucho tu linda página y antes de regresar queremos mi esposa y yo hablar contigo y saludarte". "De acuerdo", le contesté, "¿te parece bien mañana a las doce?, además quiero yo hacerte unas preguntas sobre tus años jóvenes," le añadí. Y así sucedió. Al día siguiente me acerqué hasta San Pedro y allí me encontré con Federico Cuevas Vega, accesible y entrañable donde los haya, que me recibe en casa de su hermana Celia. Al momento llama a su esposa y después de los saludos de rigor, nos sacamos unas fotografías mutuamente y empezamos el diálogo. ¿Dónde naciste? Nací aquí, en San Pedro de Bedoya un 21 de Agosto del año 1.935. De aquella no había hospitales y nacíamos todos en los pueblos. ¿Cuál es el primer recuerdo que te viene a la memoria? No es precisamente el primer recuerdo, pero hay algunas cosas que no se me olvidan. Fue un Domingo y tendría yo 9 ó 10 años. Mi padre había ido a Esanos a jugar al julepe y me mandó que al caer la tarde tenía que ir a "Carondino" a buscar unas vacas que teníamos en un prado. Resulta que me lié a jugar con los demás niños y se me olvidó ir a por las vacas. Cuando regresó mi padre y vio que las vacas no estaban en la cuadra me dio unos tortazos que aún no se me olvidan. En otra ocasión, era el día de la romería de Esanos y me hice a algo de tabaco. Al llegar a casa fumé un cigarro y hice un pequeño agujero en una sábana. Mi hermana Celia lo vio y se lo contó a mi madre, que también me riñó mucho. ¿Llegaban los Reyes Magos a San Pedro?, aún no había carretera..... Pues llegar....., llegaban, aunque bastante pobres. Yo ponía la alpargata y a lo mejor te traían unos escarpines (los hacía Petra, la de Bejes), o unos pantalones, o unos calcetines de lana que había tejido mi madre, o un suéter, vamos algo de ropa. Juguetes pocos, no había para comer así que...., ya sabes. Por las navidades me acuerdo que mi madre hacía el turrón en casa y nos gustaba mucho y si mataba una gallina.....; también nos hacía tortos preñaos y en el horno metía nueces y avellanas y nos sabían a gloria. El día que amasaban era como una romería. ¿Alguna anécdota de pequeño? Tengo una muy buena. Yo era monaguillo y el cura era don Miguel, que también estuvo de cura en Castro. Me acuerdo que se quejaba de que la botella de vino se acababa muy pronto. A mi me encantaba el tostadillo y de vez en cuando le daba un toque. Pero luego había que confesar y como había que decirle la verdad....., me pegó unos buenos coscorrones. ¿Fuiste mucho a la escuela? Fui bastante a la escuela, a mi madre la gustaba que fuese y raramente me quitaban de ir. Cuando tenía 14 años murió mi padre y luego ya era otra cosa. ¿Te acuerdas del nombre de algún maestro? Generalmente eran maestras, pero no me acuerdo de sus nombres. Me acuerdo que iba a casa de Angel Gómez, que vivía aquí en San Pedro en la casa de los Narezo y me ayudó mucho. Me enseñaba quebrados y me corregía la ortografía, para mi fue una persona muy buena. ¿A qué jugabais en la escuela? Jugábamos a la "chona". Con un palo y una bola de madera intentábamos meterla en un hoyo. Era muy parecido al golf. A veces nos pegábamos con la bola en la cabeza. Y ya de un poco mayores? Yo jugaba bastante bien a los bolos, tampoco había otro juego, y ya te digo que yo era de los mejores. Para jugar bien a los bolos hay que ser primeramente pinador, hay que saber pinarlos y luego fijarse cómo jugaban los mayores. Yo jugaba con Gorio Fuente, el de Salarzón, formábamos siempre pareja. Bajábamos en bicicleta a Tama a jugar. En una ocasión nos llevaron a jugar hasta Llanes. Pero en bicicleta fuimos en varias ocasiones a Panes. Yo no tenía bicicleta y montábamos los dos en la de Gorio. Por culpa del peso, solíamos pinchar a menudo y había que poner aquellos parches que había y luego hinchar las ruedas con la bomba. En una ocasión me acuerdo que ganamos el primer premio en Panes ante jugadores destacados como el Zurdo de Bielba, Rilo y jugadores asturianos. Nosotros éramos muy jóvenes, tendríamos 17 ó 18 años. Ganamos 100 pesetas y una botella de Terry para repartir entre los dos. Es raro que no hubieras tenido nunca una bicicleta..... Pues no, nunca la tuve, aunque sabía andar en ella. Aprendí en la de otros. Me acuerdo una vez que me había hecho mi madre unos pantalones bombachos y bajábamos Gorio y yo en su bicicleta y en la vuelta de la "Prá" nos caímos. Íbamos a jugar a los bolos a Ojedo, pero me tuve que volver para casa porque rompí los pantalones por la rodilla y quería que mi madre me los remendara. Y así fue, les dio cuatro puntadas y otra vez para Ojedo. Aparte de los bolos, ¿qué diversiones teníais la juventud? Pues no nos perdíamos una romería de los alrededores y también celebrábamos mucho los aguinaldos. Como era en invierno había comida en las casas y nos solían dar lomo, chorizos, morcillas; luego lo celebrábamos todos juntos con baile y al juego de las cartas. Nos dábamos buenas panzadas de comida y de vino. ¿Se pasaba hambre por aquella época? Hambre no, necesidades muchas. Aunque siempre podía haber alguna familia que lo pasase mal. En casa había patatas, fréjoles, algún animal...., me acuerdo que a mi los nabos no me gustaban, pero había que comerlos si no quería quedarme sin comer. Decía mi madre: "para el que no quiere...., bastante hay", así que había que comer lo que hubiera. Una vez terminada la escuela, ¿qué trabajos hiciste? Cuando tenía 14 años fui con mi tío Luis Vega a segar hierba a Polaciones. Dormíamos en un pajar y me acuerdo que nos picaban mucho los mosquitos. El amo donde fuimos a segar, al verme la cara de niño, no tenía mucha confianza en mi y me quería pagar mucho menos que a mi tío. Mi tío, como sabía la necesidad que teníamos en mi casa, pues ya me faltaba el padre, me ayudó mucho. Me picaba él la guadaña y me mandaba segar por las orillas del prado, por donde no habían estado los ratones. Cuando me vio el amo segar, no tuvo ningún inconveniente en pagarme igual que a mi tío. Fue el primer sueldo que traje a mi madre. Me acuerdo también cuando en el otoño íbamos a apañar bellotas y las bajábamos a cuestas en sacos hasta casa. Nos dolían los riñones..... Por todos es sabido que entonces la juventud salía a trabajar a los pinos ¿No te tocó ir a ti? Sí, fui solo una vez. Tenía 17 años y me llevó Celso Soberón. Yo iba de pinche y estuvimos en Alsasua. Dormíamos en un invernal y pasamos mucho frío. Recuerdo que secábamos las mojaduras encima y siempre andábamos con calzado de goma. Yo echaba mucho de menos las albarcas porque son mucho más calientes. Aquí en Bedoya, ¿qué hacíais las largas noches de invierno? Algunas noches íbamos a casa del tío Angel Soberón a oír la radio. Era la única que había en el pueblo. Me acuerdo de un programa que nos gustaba mucho, se llamaba "Fiesta en el aire" donde cantaban de todo, música de la época, montañesas, asturianadas..., a mí me gustaba bastante la canción y creo que no lo hacía mal cuando me animaba a cantar. Creo que marchaste muy joven para México.... Sí, Eudosio Soberón, que era tío segundo mío, le dijo a mi madre que como ya se me aproximaba el tiempo de ir al servicio militar, me podía adelantar la marcha a México y así me podía librar de la mili. Eudosio llevaba ya muchos años en México y junto a sus hermanos tenían una tienda de abarrotes muy famosa allá, que se llamaba la "Puerta del Sol". Eudosio, sin decirme nada a mí, habló con mi madre y se lo propuso. Mi madre lo estuvo pensando y tampoco me lo había comentado, hasta que un día nos reunimos los tres en casa y entonces ya no tuvo más remedio que proponérmelo. "¿Quieres ir con Dosio a México"?, me dijo. Yo no sabía qué responder y Eudosio me animaba. Me decía que me pagaba el viaje y que me daba trabajo. Así que les respondí afirmativamente. Entonces me llevó a Potes a un sastre y me tomó las medidas para dos trajes. Compramos también cuatro camisas, dos pantalones y dos pares de zapatos. Yo nunca la había visto más gorda pues nunca me había puesto un traje. Recuerdo que para pagar todo esto, mi madre tuvo que vender una vaca. ¿De qué año estamos hablando? Del año 1.955, tenía ya cumplidos los 19 años cuando partí hacia allá. En principio me fui a vivir con mi tío Avelino Soberón. Me trataban muy bien y al día siguiente de llegar ya empecé a trabajar. Me compraron dos oberoles (en España buzos) y a barrer la tienda; así empecé y así estuve durante seis meses. Luego empecé a llenar las estanterías de latas y de abarrotes. Estoy muy agradecido de ellos, me subieron algo el sueldo, no estaba mal pagado, pero yo tenía metido en la cabeza que tenía que marchar de su casa, quería irme a una pensión e independizarme. Así, poco a poco empecé a trabajar, era un "mil usos", valía para todo. En cuanto gané algo de dinero, lo primero que hice fue mandar a mi madre 10.000 pesetas para que comprara una vaca. Solo le quedaba una vaca y de ésta manera las podía uncir a las dos. Estarías como un niño con zapatos nuevos.... Nooooo, a veces pensaba que quería regresar a España. Prefería comer patatas "solteras" que quedar allí. Si no hubiera habido tanta agua por el medio, lo hubiera hecho andando. Me arrepentí muchas veces de haber ido a México. Luego ya me fui acostumbrando y conocí a la que hoy es mi mujer. Fuimos novios durante cuatro años, mientras ahorraba algo para poder casarnos. Me comentaste que tu ilusión era independizarte de los tíos.... A los cinco años de estar en México dejé de trabajar con ellos y me puse por mi cuenta. No me fue bien. Entré en una sociedad con unos que eran de la parte de León; montamos un restaurante y lo perdimos todo, así que a buscar trabajo otra vez. Un señor de Santander, don Jesús del Cerro, había montado unas tiendas que se llamaban "Gigante" y me dio trabajo en Cuernavaca. Yo tenía mucha facilidad para comercial, se me daba muy bien eso de vender. Fui y me pagaba muy bien. ¿Te duró mucho tiempo ese trabajo? Pues allí estuve cuatro años, gané dinero y luego ya me casé. Después volví a Distrito Federal y estuve con unos vascos en una tienda que a la vez era también panadería. Me tenían a un sueldo y a la vez a comisión, según vendiera. Me fue también muy bien y compramos una casa. Trabajábamos los 365 días del año, solo descansábamos medio día a la semana. Estaban muy contentos conmigo y estuve 12 años con ellos. Recuerdo que nos daban vacaciones cada tres años y de esa manera pude venir a España. ¿Cuándo viniste por primera vez? En las primeras vacaciones que me dieron. Cuando cumplí los tres años con ellos regresé a España. No, no había vuelto y ya llevaba 16 años sin ver a mi madre. Me dieron 45 días y vine con los dos hijos mayores. Y ¿cómo abandonaste ese trabajo? Pues mira, ya te digo que estuve con ellos doce años, luego enfermé algo y tuve que dejar ese trabajo. Ahora ya estarás jubilado.... No, mientras tenga salud yo no me jubilo. Ahora tengo una tintorería en Querétaro y allí tengo doce "gentes", doce obreros, trabajando y allí me entretengo. Yo voy todas las mañanas a abrir el negocio y a supervisarlo todo. Volviendo a hablar algo del valle de Bedoya, ¿te acuerdas de alguien que destacara por el trabajo? Creo que en Bedoya todo el mundo era muy trabajador, pero por poner a alguno, pon a Fidel Bustamante y a Petra; trabajaron mucho, "como animales", creo que no hubo otro como Fidel. Y también quiero que pongas a los Prellezo de San Pedro, eran ocho en casa. ¿Y gente caritativa? Eduardo García fue un "hombrón". Y pon también a Luis Vega y a su hermano Juanito. ¿Y gente lista? De aquella no había gente con estudios, pero había personas muy listas, claro está. Celso Soberón fue uno de ellos y otro fue Lucinio Blanco, éste era un "listo natural". ¿Cómo ves en la actualidad el valle de Bedoya? Bedoya es una maravilla, todo el mundo vive bien, con aseos en casa, con agua. Me acuerdo de cuando no había nada de eso y había que ir al río para bañarse. Entonces había muchas necesidades que ahora no hay. Todo el mundo come bien, si no come es porque la salud no se lo permite. En España, en general, creo que se vive como en pocas partes del mundo. Se me olvidaba una pregunta, creo que en México fuiste campeón de bolos ..... Cuando llegué a México, mis tíos me hicieron socio del club España. Allí había una bolera preciosa e íbamos todos los domingos a jugar a los bolos en las mañanas. Entre semana no se podía porque había que trabajar. Había un pique muy grande entre asturianos y montañeses; entonces se hizo un campeonato y jugamos todos, nos fuimos eliminando en quinielas y llegamos a la final por una parte Ángel Soberón y yo y por la otra Manolo Noriega y uno que se llamaba Blas que era del concejo de Llanes. Ganamos la final Ángel Soberón y yo. No se me olvidará que en la última tirada íbamos a 32 bolos y Ángel tiraba de adelante y yo atrás. Ángel, que jugaba muy bien, se le cerraron 2 bolas y solo subió 4 bolos, entonces me dice "Ico, tira al emboque porque si no ya perdimos". Tiro la primera y subo 3 bolos, con la segunda se fue un conejo y tiro la tercera y le pegué tan bien que ..... emboqué con tres bolos más, total 13. Los montañeses que estaban allí en la bolera, que estaba todo lleno, ya no sabían que hacer porque ya sumábamos 20. Nos faltaban 13 bolos para ganar y me dice Angel "birla tu esa de adelante". A mí me temblaban las piernas como si fuera un helecho. Me salió muy bien y birlé cinco con ella, ya teníamos 25 y con 5 bolas por birlar ya nos sobraba. Total hicimos 40 y quedamos campeones. Nos dieron un centenario de oro a cada uno y luego una comilona que para qué te platico. Después seguí jugando en otras boleras; pero ya no hubo más campeonatos. Jugábamos por jugar. Había quinielas y el que ganaba a lo mejor ganaba 500 ó 1.000 pesetas y yo tuve la suerte de ganar muchas que ayudaban para comprar mis camisas. Así terminamos ésta agradable charla, cuando nos dimos cuenta era ya la hora de comer. Muchas gracias por todo lo que nos contaste, campeón....... José Angel Cantero |
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