![]() |
Behetrías | Ensenada | Madoz | Valle de honor | Tragedia | Leyendas | Sabías que ... | Ilustres | Efemérides | Hemeroteca |
Menu |
Hubo quien tuvo el arresto y la temeridad de ubicar en Liébana el Paraíso Terrenal (Jorge María Ribero en su libro "Cantabria, cuna de la humanidad"); sin querer entrar en detalles de esta sorprendente, sugestiva, y con visos de ser irreal, aseveración, lo que sí es seguro es que el paraíso tenía que parecerse en mucho a esta tierra. En referencia a Bedoya el río que atraviesa el valle, el río Santo, sería el Jordán, Toja correspondía a Troya...; en fin, vamos a remontarnos a otro período que sí parece más ajustado a la realidad: la etapa de los romanos.
Allí, donde nada sobra y nada falta, cuenta la Historia que los aferrados cántabros lucharon denodadamente ante el invasor romano y antes de sucumbir ante él, prefirieron envenenarse con los tejos, ya que éste árbol, excepto sus rojas bayas, es tóxico tanto para el hombre como para los animales, aunque los rumiantes lo toleran algo. Dejando discurrir la historia nos remontamos al siglo XIV donde el libro "el Becerro de las Behetrías" nos dice que este lugar es del Obispo de Palencia. El Marqués de la Ensenada, año 1.752, ya nos dice que este territorio pertenece al Duque del Infantado y al Obispo de Palencia, como Conde de Pernía. De esta manera los habitantes del valle tenían que contribuir con el diezmo de los frutos, percibiéndolos el Obispo de Palencia, los canónigos de San Salvador de Cantamuda y los ecónomos de las tres parroquias del valle: San Pedro, Salarzón y Cobeña.
Ellos eran los encargados de regir el Concejo, de mirar por las pertenencias públicas (la fragua, la tejera, la taberna, el libro de las Ordenanzas, fincas propias del Concejo, juego de pesas y medidas, dos cajas de vasos de plata para las grandes ocasiones, etc.), y sobremanera exigir que todos cumplieran y observaran las leyes vigentes, mirando por el orden interno y buen comportamiento vecinal, castigando a quienes quebrantaren dichas leyes, además de protegerse de los daños causados por los animales tanto del valle, como de los pueblos cercanos, nombrando un guarda que en alguna ocasión llegó a ser jurado con su arma reglamentaria. Entre los hombres ilustres sin duda hay que citar a los Condes de la Cortina, grandes benefactores del valle. Ellos fundaron la “Obra pía”, que consistía en destinar los réditos de su hacienda en Madrid, en la finca la “Esgarabita”, entre los vecinos más pobres del valle. Como visitantes egregios destaca la presencia en el valle de dos Reyes: El 21 de Agosto de 1.882 el Rey Alfonso XII estuvo en una cacería de osos, después de pasar los días anteriores por los Picos de Europa cazando rebecos. Posteriormente a principios del mes de Septiembre de 1.905 el Rey Alfonso XIII llegó al valle por el mismo motivo que su antecesor. Tenía entonces 19 años y en la referida cacería no se cobró ninguna pieza. |
Resolución recomendada:1024 x 768 |
En Internet desde: 26-01-2.004 |