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Leonor Cantero Lamadrid "Cuando iba de pastora llevaba el huso y la rueca para hilar la lana" Estoy en Esanos en casa de mis tíos Abilio y Leonor en una lluviosa y fría tarde del mes de Noviembre. Abilio Díez es la persona más vieja del valle de Bedoya, con sus 96 años a cuestas lleva ya varios imposibilitado de las piernas. Me hubiera gustado hacerle a él ésta entrevista, pero sus facultades tampoco lo permiten. Es una pena, seguro que nos habría contado interesantes vivencias. Así que, arrimados a la chimenea de su casa, empiezo la entrevista con mi tía Leonor, con la presencia de Abilio sentado en su silla de ruedas. ¿Dónde naciste, tía? En Pumareña el día 3 de Marzo de 1.922. Fui la sexta de los ocho hermanos. ¿Cuál es el primer recuerdo de tu niñez? Me acuerdo de un eclipse de sol que hubo. Tendría yo 2 ó 3 años, y estábamos jugando en la calleja de Pumareña a pleno día, cuando de repente se empezó a oscurecer y no veíamos nada. Las gallinas se "esclucaban" en el suelo y nosotros llorábamos a grito perdido porque no acertábamos a ir para casa. La tía Angela Gómez, la madre de Sabina Soberón, nos recogió en su casa. Eramos varios niños y pasamos mucho miedo. ¿Fuíste a la escuela? Sí, sí, fui con un maestro que se llamaba Don Fermín Pando. Mira, éste maestro tenía mucha amistad con mis padres porque le daban comida, patatas, alubias, pan y otras cosas. En mi casa no tenían con quién dejarme cuando marchaban a sus labores y a cambio de los alimentos que daban al señor maestro, con dos años me mandaron a la escuela. Fíjate si sería pequeña que mi madre algunas veces iba a trabajar a la tierra cerca de la escuela para poder darme la teta en un momento. Estuve mamando más de dos años. D. Fermin era un buen maestro, pero repartía bastante tralla; lo hacía con una regla. De aquí marchó a Pechón y creo que allí le pararon los pies por las palizas que daba a los críos. ¿Faltabas mucho a la escuela? No, nada más que alguna vez, pero no muchas. Cuando ya era algo mayor iba algunas veces de pastora con las ovejas; mis hermanos habían marchado a trabajar a la sierra y me tocaba a mi a veces ir de pastora, pero ya te digo que no dejé de ir mucho a la escuela. Me acuerdo que, cuando iba con la vecería, mi madre me mandaba costura; bueno, eso lo hacíamos casi todas las muchachas; en ocasiones también llevaba el huso y la rueca para hilar la lana. Lo cardaba en casa y luego lo hilábamos para hacer calcetines y jerseys. ¿Algún maestro más? Otro maestro que tuve fue Don Arcadio que se quedaba en casa de los de la "Torre" y también repartía leña, era un bruto. Y alguna maestra? Ninguna, las niñas siempre íbamos con los muchachos, todos juntos, y siempre eran maestros los que tuvimos. A las niñas en la escuela no nos enseñaban ni a coser ni nada parecido. Había alguno que destacase en la escuela? Destacaban casi todos los Cuevas, los de tu casa, quiero decir los hijos del tíu Nemesio. También los de la "Torre": Severino, Heliodoro y Rosario Cuevas ¿A qué jugabais? Como estábamos juntos con los chavales en la escuela, también jugábamos con ellos al "calvu", a los "guardias y pasiegos", al "escondeverite"...... ¿Cómo es el juego del escondeverite? Pues uno quedaba en un sitio con los ojos tapados mientras los demás se escondían. Para ver quién se quedaba, se ponían todos en corru y uno de ellos señalando con cada palabra a cada uno, decía: "Al escondeverite, verite, caravitón, cien gallinas y un capón. El capón estaba tuerto, las gallinas en el huerto, vino un perro con un cencerro, sabe herrar, retejar, dar la vuelta la redonda, periquito que tu te escondas". Así se iban eliminando hasta que quedaba uno que se tenía que encargar de buscar a los demás. Era un juego muy parecido a los "guardias y pasiegos". Al "escondeverite" se jugaba en sitios más reducidos y los "guardias y pasiegos" por todo el pueblo. También jugábamos a la "comba", a las "tabas"..... Es la primera vez que oigo eso de las tabas.... Yo no me acuerdo tampoco mucho cómo era, pero te diré que se jugaba con unos huesos que tienen los corderos en el juego de la rodilla de las patas traseras; dichos huesos son cuadrados y cuando se comían los patos de un cordero o de una oveja los guardábamos para luego jugar con ellos. Todos teníamos una pequeña colección de husecillos de esos. Ya dije que eran cuadrados y por tanto tenían cuatro caras. Se echaban al aire y según como cayeran, nosotros las llamábamos "carne, culo, güitos y correas". Luego había que tirar al aire una canica y sin que cayera al suelo había que coger una taba del suelo y la canica del aire. No me acuerdo mucho más. Era un juego que lo jugábamos solamente las niñas. Me acuerdo también de otro juego que era el "corru". Se ponía una en medio del corru y se cantaba: "Carta del rey ha venido para las niñas de ahora, de ahora, que se vayan a la guerra a defender su corona. Dame la mano paloma, quédate con Dios pichona, pichona". Otras veces se cantaba: "En Cadiz hay una niña que Catalina se llamaba, todos los días de fiesta su padre la castigaba. La mandó hacer una rueda, un cuchillo y sin navaja. La rueda ya estaba hecha, Catalina arrodillada" (y se arrodillaba en medio del corro). Algún juego más? Sí, sí, cuando íbamos de pastores jugábamos a la "chona", había que meter un taco de madera en un hoyo. Había también otro juego que lo jugaban mucho los chavales, se llamaba la "mula". ¿Cómo era? Se agachaba uno y los demás saltaban encima de él. Cada uno que iba saltando tenía que decir una frase. A ver si me acuerdo..., creo que el primero mientras saltaba decía: "A la una anda la mula", el segundo: "a las dos el coscós"; el tercero: "a las tres María y Andrés". Y sucesivamente, "a las cuatro, el mayor salto". "A las cinco, el mayor brinco". "A las seis: aquí me las teneis". "A las siete: el cosquete". "A las ocho: el bizcocho". "A las nueve, toma la bota y bebe" y "a las diez, hecha a correr". El que estaba debajo salía corriendo detrás del que había saltado y si le cogía se tenían que cambiar de posición, haciendo de "mula" el atrapado. ¿Se pasaba hambre en los años veinte? Nosotros no pasábamos hambre pero no comías lo que querías. En mi casa trabajábamos mucho y se sembraba de todo. Me acuerdo que mi madre daba muchos pedazos de pan a los muchachos de Cobeña que venían a la escuela a Esanos y al pasar delante de nuestra casa, en Pumareña, se lo daba. ¿Qué me puedes decir de la guerra Civil? Pues calamidades. Mira, mis dos hermanos mayores, Sebio y Lipe, tuvieron que ir al frente y uno de ellos, Lipe, dejó allá su vida. Estaba en el Frente del Ebro y en Teruel le mataron en el año 1.938. Con solo 23 años, allí tuvo que dejar sus huesos, así que solo puedo hablar de calamidades. ¿Qué diversiones teníais en la juventud? Los Domingos por la tarde del otoño nos juntábamos las mozas y hacíamos magostas, también iban los chavales. Algunas veces había baile. Yo era muy bailarina, bailábamos la jota y a lo "agarrau", también pasodobles. El baile se hacía junto a la ermita de San Miguel. En Esanos, el día de Nuestra Señora, que es la romería, se hacía en el Pumar. ¿Qué música teníais? El tambor y la pandereta. El primero lo tocaban Angel Pérez o su hermano Martín y la pandereta la tocaban muchas mujeres. Las que mejor la tocaban eran Evangelina Soberón y Sinda García, ambas de Esanos, que tocaban y cantaban muy bien; yo tocaba en alguna ocasión, pero no lo hacía tan bien como ellas. Díme los nombres de personas que tu creas que merecen el reconocimiento por su generosidad? La tía Felisa Soberón y su hermana Sabina eran muy bondadosas, la tía Rosa Mayo lo mismo. De aquella nos ayudábamos mucho unos a otros. No quiero tampoco olvidarme de Don Luis Cuevas; dio muchos jornales y quitó mucha hambre a la gente de Bedoya; yo también fui en alguna ocasión a trabajar para él a coger cerezas y otras frutas. Y gente espabilada?, quiero decir gente que destacara por su sapiencia? Los de tu casa los primeros: tu abuelo el tíu Nemesio era muy listo. Tampoco era torpe el tíu Manuel Soberón, ni Pedro Soberón, Vicente Vega, Gerardo Cantero, el tíu Quico Cuevas, Mariano el de la "Torre", Angel Soberón (padre), los Ceballos.... No me dices ninguna mujer..... Si, si, también las había listas. Te puedo decir a Sinda García y a María Cuevas, la del tíu Mino; menos yo, muchas. ¿Y gente trabajadora? De aquella todos eran trabajadores; el que no trabajaba, no comía. Por destacar a alguien, pon al tíu Laureano Gómez, al tíu Colás Cuevas, el tíu Quico Cuevas, Perico Cuevas, el tíu Mariano Gómez, Jesús Gómez... Alguno destacó por su fuerza? (En ese momento quiso intervenir mi tío Abilio y con palabras casi imperceptibles, pero lo suficiente para que lo entendiésemos, exclamó: "el tíu Juanón"). Sí, remachó Leonor, el tíu Juanón Narezo y su hermano Serafín creo que eran muy fuertes. Yo oí que el tíu Juanón llevó desde Bedoya hasta Quintanilla (Lamasón) un costal de trigo a cuestas y de aquella los sacos pesaban cerca de los cien kilos. También puedes poner a Angel Soberón (padre) y al tíu Quico García, el carpintero. ¿Qué opinas de la despoblación de los pueblos? Mira, aquí en Bedoya había muchísima miseria y la gente se tuvo que marchar, aquí no había para vivir todos. Ante esto no se puede hacer nada. Aquí nos quedamos los más tontos...... ¿Qué opinas de los móviles? Que están muy bien, yo le uso y le encuentro de maravilla. Antiguamente se escribían cartas, ahora ya no hace falta, se arregla todo con una simple llamada. ¿Y de Internet? Nunca lo vi, pero me da la impresión que es algo parecido a la televisión. A mi la televisión me entretiene bastante. Y así terminamos esta conversación donde Leonor nos contó sus vivencias para que los demás las podamos conocer. Muchas gracias, tía. José Angel Cantero |
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