Una permanente lluvia acompañaba a los componentes de la cuadrilla 31 cuando a las 8 de la mañana se disponían en Tama a hacer las presentaciones ante la guardería. "¿Qué vamos a hacer, la suspendemos?". "No, hombre no, esto no es nada, ya verás cómo para enseguida, que lo vi en la tele", le respondió Fran, el jefe de la cuadrilla. "Vamos a cubrir desde Allende hasta el Janillu y desde el río Rubejo por la Peñuca hasta la cantera de Penduso. Los monteros vamos a entrar desde Allende para arriba", continuaba Fran.
A las nueve y media se da la orden de soltar los perros y nada mas entrar ya empezó la fiesta. Fue Angel el de Ceto el que vio subir seis jabalís hacia la canal de Palombera y mató el primero de dos disparos. Los otros cince se dieron la vuelta y les entraron a Miguel Angel y a Elías que estaban en el Janillu y mataron uno cada uno. Bien empezaba el día, eran las diez de la mañana y ya iban tres jabalís.
Había tantos jabalís que los perros se volvían locos, no sabían a cual atender y los cánticos tampoco desentonaban. Popi, que estaba en la Peñuca, vio subir por la cuesta tres jabalís delante de los perros de Angel. La Peñuca es un buen puesto y más en este tiempo que están los helechos en el suelo y por tanto con una gran visión. A Popi le dio tiempo a prepararse y cuando lo creyó oportuno empezó a disparar. No sé los disparos que hizo, pero cuando terminó vio que dos jabalís habían quedado a merced de los perros de Angel.
Minutos más tarde, fueron los perros de Alvaro los que sacaron de su encame a otro jabalí que llevaron derecho hasta donde estaba Emilio Casares, que hoy estaba invitado, y éste solo necesitó un disparo para matar al siguiente.
En el Janillu se volvió a armar otro tiroteo. Cuando todo se tranquilizó, fue el jefe de la cuadrilla el que se interesó por lo que había ocurrido. "Soy Elías y acabo de matar otru jabalí. Ya me quedé sin balas, así que voy a bajar donde Celín para que me deje alguna". No había terminado de hablar Elías, cuando un trozo más abajo sonó otro disparo. Su autor fue el mismo Celín que vio cómo llegaban los perros de Berto y de Fran a morder el jabalí que acababa de matar.
Minutos más tarde le tocó el turno a Chomi que había necesitado dos disparos para matar a otro debajo del invernal de Gaspar.
Vuelven a oirse perros en el Habario y pronto también un disparo. Era Félix el de Valmeo, que también estaba invitado, y había matado un jabalí que llevaban los perros de Raul.
Desde el pueblo de Cabañes estaban viendo como salía del río un gran jabalí hacia el Collau Arenas, y claro le cayó una buena refriega de tiros hasta que Adrián fue el primero en dejarle herido, y más tarde Tino el de Frama el encargado en rematarle.
Volvían a avisar que salía otro jabalí del río y cuando Fran le tenía a menos de 20 metros, le soltó un disparo y vio que el jabalí lo había acusado, pero siguió su ruta. Con un segundo impacto fue suficiente para que los perros de Carlos y de Mente mordieran a rabiar. Era el último de la jornada.
Todavía jadeante y nervioso por lo que acaba de hacer, fue el propio Fran el que avisaba a sus compañeros: "Acabo de matar el último, ya llevamos doce, así que recoger los perros y nos vamos todos a hacer una bonita foto en el Habario y luego nos vamos a comer a Tama".
Eran apenas las doce la mañana y fue un bonito día de caza. Si hay que ponerle algún pero, es lo rápido que se desarrolló todo. El sol había hecho acto de presencia y apetecía seguir en el monte, pero ya se había conseguido el objetivo del día, que no todos lo pueden decir.
(Información facilitada por Fran. Fotografías de Pepe Redondo y de Fran)