A la cuadrilla 31 le tocó, ayer  Domingo, cazar en el lote de Mataseñas, un monte bastante bueno, donde suelen  acampar bastantes jabalís. A las 8 de la mañana ya estaban los componentes de  la cuadrilla en La Vega para acreditarse ante la guardería y recibir las  instrucciones del jefe de la Cuadrilla.  
      “Estuvimos viendo el monte y se  ve bastante revueltu. Andan varios grupos, se ven pisadas de alguna chona  parida, pero con chonucos  ya grandejos y  algunu sueltu también”, les anunciaba Juan Carlos. “Vamos a echar lo primero  desde La Vega hasta Barrio y por la tarde iremos a la otra zona, cerrando por  la carretera que sube a Dobres hasta la Central del Agua”. 
              El día se presentaba algo  incierto, soplaba el viento sur y por San Glorio estaba lloviendo, pero luego salió  el sol y quedó un espléndido día, aunque el viento continuó arreciando.  
              Una vez colocados los puestos,  entran los monteros a escena, y lo que parecía que iba a ser un buen día de  caza, se complicaba, pues los jabalís no aparecían por ningún sitio. “Yo creo  que el vientu sur los vuelva locos…..”, comentaba Adrián, y tenía razón,  por experiencia se sabe que los jabalís son  reacios a  esa clase se viento y se  refugian en lugares donde sople menos.  
              Por fin los perros de Jesús  Carlos y Berto, el de San Miguel que hoy venía de invitado, lograron sacar un  jabalí que dormitaba en su guarida. “Atentos arriba que los perros llevan un  jabalí, es bastante buenu…...”, avisaban los monteros. Arriba estaba de puesto  Borja Iglesias, que no tiene  nada que  ver con el futbolista del Español. Bueno, algo tienen en común, que los dos  tienen buena puntería, ya que Borja le soltó un pepinazo que le impactó en toda  la boca, dejándole a merced de los perros. Tenía una hermosa boca.  
               Poco después salió otro jabalí  que intentaba esquivar a las escopetas y, aunque le mandaron bastante pólvora,  el marrano se salió con la suya y pudo huir en dirección a Ledantes, quedando  en el monte para comer allí el turrón.   
              La mañana se alargaba y había  poco movimiento. Tuvieron que ser los perros de Clemente los que levantaron un  jabalí que pasearon por todo el monte, ya que el marrano se resistía a salir a  los tiros. Pero llegó el momento de decidirse y tropezó con José Salceda, el de  Campollo, que quiso quedar bien ante sus compañeros y consigo mismo. Dos  disparos fueron suficientes para ver al marrano rodar por la pendiente y quedar  inmóvil.  
              En vista del poco balance  cosechado por la mañana, Juan Carlos dio la orden de cambiar los puestos para  echar la zona de Bárago, pero si por la mañana salieron pocos, por la tarde no  salió ninguno, así que poco después de las cuatro de la tarde se dio la orden  de recoger los perros y bajarse todos hasta La Vega, lugar del reencuentro de  la cuadrilla.  Ahora a esperar a la  próxima semana que toca cazar en el monte de Dobra el Mazo, un lote pequeño,  pero  siempre con jabalís.   
      Informó: Adrián        |