Cuadrilla 141

Comienzo de una nueva temporada en el lote de "Monte Cubino"

Se mató un buen jabalí en un día donde se sucedieron algunos altercados en Vieda

Después de dos años sin cacerías se iniciaba hoy, 14 de Septiembre de 2.008, una nueva temporada de caza. Cualquiera puede pensar que ya estaba todo solucionado, pero no es así. Los problemas y los altercados volvieron a salir a relucir y hubo cuadrillas que no pudieron cazar.

En la comarca cazaban hoy varias cuadrillas, unas locales y otras de fuera de Liébana. Estas últimas fueron las que tuvieron enfrentamientos con personas que llegaron a la región con ánimo de que no se pudieran celebrar las batidas. En la localidad de Vieda hubo enfrentamientos entre unos y otros, llegando a intervenir las fuerzas del orden que se desplazaron desde Potes, ya que hasta los mismos medios de comunicación se vieron agredidos por los salvajes.

Cuadrilla 141

La cuadrilla 141 le tocaba hoy batir en Monte Cubino, por la zona de Dobres. A las 8 de la mañana estaban sus componentes citados en La Vega y no tuvieron ningún problema para dar comienzo la cacería. Menos mal.

Tino, como jefe de la cuadrilla, fue el encargado de dar las correspondientes instrucciones y a la vez aleccionar a los novatos que hoy se presentaban en la formación. En los corrillos no pudo faltar un sentido recuerdo para algunos compañeros que durante muchos años fueron componentes de la cuadrilla y que ya no están en este mundo, como es el caso de Lucinio y de Fonso.

La mañana estaba despejada de nubes, aunque bastante fría pero según iba avanzando, el sol hizo que sobraran las chaquetas. Una vez colocados los tiradores empiezan los monteros con unos impacientes perros que ya tienen ganas de patear los montes.

"No se ven hozaduras..." cantaba la emisora. "Mientras subíamos a los tiros, nos fijamos y no vimos ni una hozadura; es mala señal, debe de haber pocos jabalíes".

Y tenían razón. Los perros corrían y corrían pero ni rastro de jabalíes. De pronto de oyó un tiro. ¿Qué pasó por ahí?. Silencio ..., hasta que Jorge (padre) coge la emisora y dice: "Acabo de dar un tiru a un lobu y yo creo que se escapó". Efectivamente, más abajo de donde se encontraba Jorge estaba un solitario lobo dando buena cuenta de una oveja. Un solo tiro no fue bastante, el lobo malherido emprendió su marcha monte abajo y aunque luego fueron en su busca no le pudieron divisar, pero el rastro de sangre que fue dejando dejaba claro que Jorge le había hecho cosquillas.

Pero la cacería seguía. Los perros por fin cogieron rastro y a la vez animaron a los cazadores en la anodina jornada. A las doce de la mañana la emisora alertaba a los cazadores: "Algo llevan los perros .....", pero el monte hacía imposible ver la pieza ya que la espesa vegetación estaba formada por grandes escobas y brezos. Con este tipo de arbustos no puede haber muchos jabalíes ya que no les facilitan ningún tipo de comida. Sin embargo era un buen ejemplar de jabalí el que corría por delante de los perros hasta que Aquilino de dos certeros tiros acabó con su vida. El jabalí pesó 70 kilos y tenía unas buenas navajas.

Por la tarde los perros siguieron trabajando hasta que se llegó a la conclusión que en todo el lote no había más marranos. O por lo menos no salieron. Así que se dio por concluida ésta cacería en espera de que la próxima se desarrolle en un lote más poblado de jabaliés, porque "habeilos hailos".