Llegó la última cacería de la temporada para la cuadrilla 31 y hay que cazar en el lote de Vallejas de San Pablo que comprende terrenos de Frama, Cabariezo..; un buen lote donde los jabalís suelen abundar.

En el puente de Vieda se juntaron los componentes de la cuadrilla para presentar las acreditaciones ante la guardería y donde Tasín, como jefe de la cuadrilla, fue el encargado de dar los últimos perfiles a la vez que se sorteaban los puestos de los tiradores. "Vamos a cerrar bien, que no nos pase como la otra vez que cazamos aquí, que se nos colaron unos cuantos", les decía Tasín.

Una vez colocados todos, se da la orden para que entren los perros y pronto dejan señales de que por allí habían pasado jabalís. Por encima de Cabariezo empezó la refriega y sacaron de su encame a dos jabalís que aún dormitaban. Ante el acoso de los perros, la emprenden monte arriba y llegaron hasta donde estaba situado Fran que no se puso nervioso y pudo tirar a uno de ellos, dejándole inmóvil después de lanzarle dos disparos. El otro marrano, asustado por el tiroteo, cambió de rumbo y fue a cruzar por donde estaba Roberto que solamente tuvo que apuntar y lanzar una sola bala para que el jabalí rodase unos metros para quedar a merced de los perros que mordieron a rabiar.

Bien había empezado la jornada, los perros trabajando de lo lindo y los cazadores entretenidos porque debido a ese trabajo, tenían que estar atentos porque por cualquier sitio podía salir un jabalí, ya que había muchos. Por la emisora se oía de todo, "Arriba, arriba.. arriba os van". "Los perros llevan a tres jabalís...". "Estar atentos..". "Por donde pasaron?"

Y tuvo que ser de nuevo Fran quien tuvo la oportunidad de disparar a un jabalí que trataba de huir de la "quema". Dos disparos fueron suficientes para que el marrano echara el freno y quedara a merced de los perros.

La cuadrilla 31, a principios de Diciembre, había cazado en el mismo lote y en aquella ocasión uno de los jabalís lo había matado Angelín Gutiérrez. Hoy había soñado que volvería a hacer lo mismo y cosas de la vida..., se le presentó la oportunidad de repetir la hazaña. Un jabalí, al que seguían los perros de Miguel, se le acerca y Angelín se echa el arma a la cara para buscarle con la mira. "Está todavía muy lejos.." piensa. Pero surge la duda; si cambia de rumbo, igual se fuga, así que Angelín se parapeta, clava bien los pies en el suelo y decide disparar. El marrano dio un pequeño bote y siguió su marcha. Angelín volvió a disparar y en ésta ocasión fue suficiente para que el jabalí quedase seco en el sitio. A veces los sueños se consuman y en ésta ocasión se cumplieron.

A todos los cazadores les gusta cazar en terrenos que conocen. Eso es lo que le pasó a Roberto que, como natural de Los Cos, pateó toda la vida dichos lugares. Por la mañana ya había matado un jabalí y al mediodía se le presentó una nueva oportunidad que no desaprovechó. Vio venir al jabalí y le dio tiempo a prepararse, pero a veces suele ocurrir que el animal cambia de giro, como así sucedió. Roberto tuvo que saltar una linte para cortarle la marcha y apenas tuvo tiempo para prepararse cuando le soltó un único disparo que fue suficiente. A otro que no conociera el terreno, se le habría escapado, pero no fue así. Allí quedó a expensas de los perros.

Pero aún hubo más, y qué mejor remate de la temporada que dejar al jefe de la cuadrilla la oportunidad de tirar a otro jabalí que venía en una loca y veloz carrera. Tasín estaba apostado detrás de un roble cuando el ladrido de los perros se iba acercando, pero otro ruido de hojarasca le advierte que algo viene por allí. No lo podía ver pero tenía que ser el jabalí. Y así fue, a menos de veinte metros intentaba cruzar el marrano pero Tasín no se lo permitió y de un certero disparo le echó a rodar. El jabalí aún tuvo agallas para levantarse y dar cuatro pasos pero la dinamita de Tasín fue suficiente para dar por finiquitada su vida.

Así se terminó la divertida cacería donde hubo de todo. Los perros corrieron tras los jabalís, mordieron los que les apeteció y tanto monteros como cazadores pudieron disfrutar ya que hubo muchos disparos y se bajaron seis jabalís en los remolques.

Así terminó la jornada y así terminó la temporada, que en principio parece que resultó muy satisfactoria ya que se mataron muchos jabalís, bastante más que la temporada anterior, aunque con menos cacerías ya que por la nieve se tuvieron que suspender dos de ellas. Otro día haremos un pequeño resumen de la temporada.

Datos aportados por Ana Gutiérrez