Cuadrilla 103

La cuadrilla 103 inauguró la temporada con dos jabalís en Calejo

Por fin llegó el día tan ansiado para empezar las cacerías, pero siempre hay algo que lo empaña. "Parece que no pega ir a cazar, con esti calor que hace.....". Efectivamente, cuando minutos antes de las 8 de la mañana, los cazadores iban llegando a la Viñona, los termómetros de los vehículos marcaban 20 grados que gradualmente fueron subiendo hasta originar un día insoportable. Hoy hay que cazar en Calejo-Linares que está por la zona de Lerones.

Mientras los cazadores iban presentando las acreditaciones, Jorge, el jefe de la cuadrilla, iba dando las últimas instrucciones. "Vamos a amarrar en cortu, los perros van a entrar por Barreda y Lerones para cortar con las escopetas por la zona de Pesaguero. Creo que es lo mejor porque, según está el día, no se puede meter una paliza a los perros".

¿Quién está por la zona de las antenas?. ¿Pues atento, que en cuanto manden soltar, los perros de Sergio seguro que llevan algo por ahí. En esa zona hay jabalís....", vaticinaba Aníbal. Eran las nueve y media de la mañana cuando se dió a orden de entrada en acción de los monteros con los ya impacientes perros. Y no se equivocó Aníbal porque a los pocos minutos....., "ya levantaron....". El jabalí estaba casi a la orilla de la carretera y los perros de Sergio le sacaron de su escondite. Después de dar unas vueltas, en vez de tirar hacia arriba donde estaban las escopetas, el jabalí cruzó la carretera general y se pasó para el lote de Margaperas. "En vez de pasar por el río, pasó por el mismo puente del molino, lo van marcando los perros que también marcharon detrás de él para ese lote. Hay que pararlos....".

Después hubo que esperar bastante tiempo para que sonara el primer disparo de la jornada y en este caso también de la temporada. Buen presagio, pues el primer disparo sirvió para ver rodar un jabalí que no pudo evadir la pericia de José Angel que, una vez más, demostró que tiene buen pulso. No era un jabalí de medalla, pero pasaba de los cuarenta kilos.

"Parece que tienes imán....," le decían a José Angel. "Te pongas donde te pongas, es rara la cacería que no tires. Yo el año pasado solo vi un jabalí en toda la temporada y encima no fui capaz de matarle".

Algo de razón debe de tener el cazador, porque minutos más tarde los perros de Pepe llevaban otro jabalí que pasó entre José Angel y Manuel y en esta ocasión ni siquiera le vieron. La llegada de los perros marcaban perfectamente por donde se había escabullido el marrano que pasó entre ambos cazadores.

Al que no se le escabulló fue a Jorge que disparó a un jabalí y......., "no estaba muy lejos, pero no tuve la suerte de hacer diana. Tampoco me da mucha rabia porque era bastante pequeño, allí quedó para otra ocasión....".

Era ya casi mediodía cuando volvió a sonar otro disparo. Silencio. Hasta que alguien rompió el hielo y ..., "¿Quién tiró?". "Fui yo", respondió un exultante Raúl Santervás, de Lerones, y que hoy estaba de invitado. Luego ya más calmado, narraba cómo había sido el encuentro: "Estaba tan tranquilu cuando oi un ruidu detrás de mi. Me dí la media vuelta y ahí que veo a menos de 20 metros al jabalí. Venía solu, sin perros y tuve suerte que de un solo disparu quedó secu".

El calor apretaba y los perros lo acusaban, con el agravante de que Calejo no es un lote donde abunde el agua y menos este año que hay mucha seca. "En cuantu ven un charcu, se esllagunan como los chones...".

"Vamos a descansar algo y en cuanto comamos el bocadillo, vamos a echar la zona que está por debajo de la carretera que va a Lerones", les indicaba Jorge. Y así lo hicieron.

"David, tu entras con los perros por.....". "No", le cortó rápido David. "Tengo a los perros que son incapaces de dar cuatro pasos seguidos, están agotados". "Bueno, entonces te metes por allí, debajo de la carretera y allí hay un urcial, a ver si hay algo. Metes el perru solo para ver si hay algo, de esa manera no tiene que correr". Y así lo hizo con la suerte que el jabalí estaba allí descansando. Después de un forcejeo entre jabalí y perro, el marrano la emprende monte abajo. Mal lo iba a pasar porque estaba rodeado de tiradores por todas partes ya que el terreno a batir era pequeño. Cuando llegó a la carretera que sube a Piedraluengas, sonaron tres disparos. El que los lanzó fue de nuevo Jorge, que estaba situado a la otra parte del río. Pero lo único que sirvió fue para que el jabalí se diera la media vuelta. "Esi vuelve a la cama....., atentos los que estais arriba que para allá vuelve", pregonaban por la emisora. Pero el marrano no tenía sueño, y en realidad volvió a pasar muy cerca de su habitación pero en esta ocasión no se paró y puso la marcha larga para cruzar la barrera de tiradores que en esta ocasión eran los hoy invitados Jesús Celada y Roque, de Potes, sin que le vieran. "Qué listos son....., parece mentira por dónde logró pasar. Estábamos que casi nos pisábamos y ni siquiera le vimos".

Entre truenos y una fuerte tormenta se dio por terminada la cacería cuando eran las cuatro y media. "Para ser el primer día, estuvo bien. Entre el calor, el pocu entrenamientu de los perros y la maleza del monte, no estuvo mal", este era el sentir general.

En total se lanzaron seis disparos en todo el día con un balance de dos jabalís. El peor día lo tuvo Jorge, el jefe de la cuadrilla, que disparó en cuatro ocasiones y no fue capaz de hacer diana. Otro día será, pues puntería ya demostró en muchas ocasiones que tiene.

(Fotografía de Pepe Redondo)