Hoy, víspera de Nochebuena, a la cuadrilla 103 le tocó cazar en Margaperas, un lote de los más pequeños de la reserva del Saja y que abarca terrenos desde Pesaguero, Vendejo pasando por la Cadena hasta el lote de la Hoyona. Terreno que está a bastante altura, rozando los mil metros, lo que suponía que en la zona del puerto había algo de nieve.
José Angel Cuevas, el jefe de la cuadrilla, les fue informando en La Viñona, lugar de la concentración mañanera, de la forma que iban a batir el monte. “Al parecer no hay muchos jabalís. Estuvieron ésta semana en el monte y no se ve que esté muy andau, aunque encima de Pesaguero vieron tres en unos praos. Nosotros vamos a cubrir desde Avellanedo, subiendo por la pista hasta el altu del puertu, bajando hasta Vendejo”, les explicaba José Angel.
Una vez colocados los puestos se dio la orden de entrar a los monteros y pronto empezaron los perros a cantar. Y apenas que desafinaban ya que en la parte alta del lote se avistaron cuatro jabalís. “Atentos arriba, ahí os van una chona con tres más pequeños…...”, avisaba Mena por la emisora.
Atentos sí que estuvieron, pero los jabalís fueron más listos y pasaron entre Abelín y Jesus Caviedes sin que ninguno de los dos pudiese tirarles. “Yo no los ví, pero se pasaron con los perros de Pepe, el de Ojedo….”. Efectivamente, los perros salieron del lote, pero no por mucho tiempo, ya que a los pocos minutos estaban de vuelta con los jabalís.
A Jesus Caviedes se le presentaron dos. Eran ambos de poco tamaño, pero lo suficientemente astutos para escurrirse entre la maraña del monte. Un disparo sirvió para frenar al primero de ellos. “El segundu jabalí no supe por dónde se metió….”, comentaba luego Jesus.
Parecido fue lo que le ocurrió a Felipe que estaba por aquella zona. También se le presentaron dos pequeños y pudo rematar a uno de ellos. Los jabalís pequeños son muy difícil de matar, se meten por dónde menos lo esperas y no se ven.
El que logró escapar siguió su camino y un poco más arriba estaba Jorge que pudo disparar, pero en ésta ocasión no tuvo suerte, escapando el marrano hacia la Hoyona, pero antes de pasar la barrera tuvo que enfrentarse con José Llorente, pero hoy tampoco le acompañó el pulso y por fin el jabalí logró salvarse de la “quema” y se quedó en el monte a comer el turrón.
Encima de La Parte estaba Francisco, el de Pendes. Iba detrás de sus perros que en un abrir y cerrar de ojos levantaron de su encame a tres jabalís. Francisco se echó el arma a la cara y apuntó al primero de ellos. No fue muy lejos, pero los otros dos lograron escapar. El jabalí pesó unos 50 kilos.
Por encima de Pesaguero estaba Santi, de Camaleño, que siempre que tiene ocasión suele aprovecharla y en esta ocasión tampoco la desperdició. Dos disparos fueron suficientes para detener al cuarto de la jornada.
Eran ya las dos de la tarde y los perros ya habían dejado de cantar. Se había batido todo el lote, ya queda dicho que es muy pequeño, y los jabalís se habían “largado” a otros territorios más seguros. En los remolques ya había cuatro. José Angel, con buen criterio, mandó recoger los perros y se bajaron todos a la Viñona donde degustaron una suculenta merienda. Al final se animaron tanto que se cantaron villancicos, es que hoy es Nochebuena y mañana Navidad. Felices fiestas. |