IGLESIAS

La Iglesia de San Juan Bautista es sin duda alguna la joya arquitectónica del valle. Levantada en época neoclásica (año 1.812). Sus muros son de mampostería y sillería, destacando en el exterior su pórtico con cuatro columnas toscanas. Espadaña con tres troneras. Una inscripción en la entrada dice: "Al Dios óptimo máximo y a San Juan, patrono de esta parroquia, erigida por el Excmo. Sr. Conde de la Cortina, Caballero de la Orden de Santiago y Gran Cruz de Isabel y por su hermano el Sr. D. Pedro, dignidad Chantre de México y Consejero de Ordenes. Año de 1.812". En el presbiterio destaca la imagen de San Juan Bautista, en bronce. Tiene dos capillas laterales con retablos del siglo XVIII con imágenes de San José, San Antonio y una Virgen con ángeles. Al lado del evangelio, entre el altar mayor y la capilla, se encuentra un panteón donde reposan los restos, embalsamados y ya muy deteriorados, de Joaquín Gómez de la Cortina, primer Marqués de Morante y de sus padres los Condes Joaquín Gómez de la Cortina y Mariana Gómez de la Cortina, primos entre sí. Alrededor de la Iglesia se encuentra el cementerio.

Iglesia de una sola nave, con muros de mampostería a excepción de la fachada que es de sillería. Puerta principal con arco de medio punto. Espadaña, al lado Este, con dos troneras. La cubierta es de madera tallada. El retablo del presbiterio es de lo más destacado con la imagen de la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de la O. En la parte alta del dicho retablo hay un bajo relieve en madera con la figura de San Pedro en prisión. Se remató su construcción en el año 1.896.

Ante el deterioro y abandono de la iglesia parroquial de Cobeña, un indiano del pueblo D. Primo de las Cuevas Alles sufragó los costes de esta nueva iglesia, edificada en el año de 1.980. El templo fue construido con cemento armado y ladrillo; de estilo vanguardista, con torre y dos troneras. Cinco pórticos en la zona sur. Se venera a la Inmaculada Concepción.

Iglesia de una sola nave y seis tramos, separados dichos tramos por arcos de medio punto. Cubierta de madera. La capilla mayor está cubierta con bóveda de crucería. El coro está situado a los pies, igual que la torre con sus tres troneras. Dispone de dos capillas laterales con las imágenes de la Inmaculada al lado del evangelio y San Antonio Abad en la de la epístola. El retablo del presbiterio, coronado con la imagen de San Pedro, es del siglo XIX. Adosado al edificio hay una nave que bien pudiera ser parte de la antigua iglesia; la cual se divide en tres tramos: uno se usa para almacenar útiles de la iglesia, en otro se encuentra la sacristía y en el tercero el baptisterio. El cerco de la Iglesia fue el cementerio parroquial hasta finales del siglo XIX.

Ermita de Nuestra Señora de los Angeles. Siglo XV. Edificio de una sola nave, con cubierta de madera. La puerta principal parece la parte más antigua de la ermita. Espadaña a los pies con una sola tronera. En el presbiterio retablo del siglo XVIII, con la imagen en la hornacina central de Nuestra Señora de los Angeles. Alrededor de la ermita hay un cerco donde se realizaban enterramientos. (Todavía en el año 1.823 hay documentos que lo avalan)

Ermita de una sola nave, con cubierta de madera y una pequeña espadaña con una tronera. La mandó construir en el año 1.898 el indiano del valle D. Nicolás de las Cuevas y Cabiedes, (Esanos,1.850-1.908) que viendo peligrar su vida ante sus secuestradores en Tarimoro (México) prometió a la Virgen de Guadalupe que si salía de aquel atolladero la iba a erigir una ermita en Bedoya, como así sucedió. En el retablo un cuadro pintado de la Virgen de Guadalupe.

Pequeña capilla de propiedad particular, de principios del siglo XVIII, bajo la advocación de San Sebastián. Una sola nave, con bóveda de piedra. Muros de mampostería y sillería. No tiene coro, torre, ni espadaña. Puerta de entrada de medio punto, flanqueada con pilastras adosadas a la pared. En el presbiterio pintura sobre madera de un Belén.