Volver al menú | Otras cacerías
La cuadrilla 103 mató cuatro jabalís en Arabedes Aníbal mató uno que dio en la báscula 105 kilos |
Estupenda mañana la que amaneció el sábado día 15 en Liébana. Aunque el cielo estaba cubierto de nubes altas, no hacía frío, ni se presagiaba lluvia. A las 8 de la mañana ya estaban los componentes de la cuadrilla 103 en el aparcamiento de Tama para presentar las acreditaciones ante la guardería y recibir las últimas consignas de Jorge que como jefe de la cuadrilla, les iba indicando por dónde iban a cerrar la zona de tiros. Hoy toca cazar en Arabedes y el optimismo es grande entre los cazadores, ya que es un lote donde, en principio, abundan los jabalís. Hubo hasta quien se atrevió a decir que había que volver a comer a casa con el cupo hecho. Pero una cosa es el pensamiento y otra la realidad. "Vamos a cerrar todo el terreno entre los tres ríos, el Deva, el río de Colio y el de Cabañes", les decía Jorge. Eran las nueve y cuarto de la mañana cuando se da el aviso para que entren los perros en escena. Lo hicieron por la depuradora de Castro y por el encinal que está próximo a la entrada al desfiladero. Empezó bien, pues a las 9 y media ya levantaron los perros de Pascual y pocos minutos después se oyó el primer disparo de la jornada. Fue Gabriel el que tiró a un jabalí que emprendió una veloz huida, sin recibir un rasguño. Fue el inicio de la fiesta y las emisoras ya echaban fuego. "¿Era grande?", preguntaban por la emisora. "Sí, es bastante grande...", respondió el cazador. "Ya le veo, ya le veo, va derechu al cruce de la carretera que va pa Colio. Atentos los que estais en Colio. Sube riu arriba y es muy grande. Atentos todos, ya no os lo digo más veces..". Pero debido a la emoción del momento, les volvió a repetir: "Callaros los tiros de Colio y estar atentos, quitar el cerroju y estar preparaos que es muy grande y lleva el rabu bien empinau...". Quien así hablaba era Pepe el de Ojedo. El jabalí superó la carretera de Colio y la emprendió cuesta arriba. "Es el Francés, es el Francés .. (perro de Aníbal) el que le va siguiendo los pasos, ahora mismu está pasando por encima de esi pinar..". Dicho esto y suena el estruendo de un disparo. El autor del estampido fue Aníbal que enseguida cogió la emisora para avisar a los demás: "Le tiré de bastante lejos y no sé si le daría, yo creo que sí, de todos modos voy a meter los perros detrás de él por si le llegué a tocar...". Unos minutos más tarde se volvió a escuchar un nuevo disparo. Su autor fue Primo que vio una gran mole atravesar por la ladera y antes que se escapara le soltó un único disparo que le hizo rodar unos metros. "Ya cayó, ya cayó..", avisaba por la emisora. Cuando fueron a inspeccionarle vieron que el animal tenía dos disparos, uno que le rompió casi de cuajo una pata delantera y el otro en los cuartos traseros. Como le habían tirado dos cazadores un tiro cada uno, se deduce que Aníbal fue el que le rompió la pata y Primo el que le remató. En éstos casos se lo adjudica el que le hirió (Anibal). Y la verdad es que merecía la pena, el marrano pesó 105 kilos y tenía unas afiladas y desafiantes navajas. Pero la fiesta seguía. Entre Castro y Pendes hay una extensa pradería con suficiente arbolado y matorral para resguardarse los jabalís. Los perros se volvían locos porque los sacaban de un sitio y se volvían donde habían estado anteriormente. "En el encinal estuvieron anoche, está llenu de hozaduras, pero ahora no sé dónde están metíos..", hasta que.., "atentos arriba, atentos en el Collau Arenas que para allá va unu y es muy grande". Pero al Collau no llegó nadie, "se debió de parar por algún bardal, algo raru pasa; igual se metió otra vez por el encinal abajo, atentos los que estais en Castro". La espera fue inútil ya que el animal no apareció por allí y si así sucedió, nadie le vió. Todo el mundo opinaba o daba su versión de la cacería por la emisora, hasta que por fin tomó el emisor el jefe de la cuadrilla (Jorge) y les soltó: "Callaos un pocu, que no haceis na más que hablar para ná. Se nos va la mañana dando al picu y no tiramos un tiru...". Estas palabras hicieron mella en los compañeros pues nadie quiso comentar nada, pero solo fueron unos minutos ya que de nuevo se oye: "Atentu Pedrín que baja una cosa negra y no se si es un perru o un jabalí. Es un jabalí, seguru, le acabo de ver bien. Te va a salir por encima de la viña, ahí te sale...". Pedrín miraba y miraba y no veía nada, hasta que lo divisó por el lado opuesto de donde creía que le indicaban. Se echó el arma al hombro y le soltó un pepinazo. Lo único que hizo fue asustar al jabalí, que la emprendió aún con más velocidad. Mientras tanto, en la zona de la Peñuca se estaba librando otra batalla. A Mena le salió un jabalí y le soltó dos tiros, pero el marrano se escapó para la zona de Penduso. Los helechos y las argomas aún están muy altos y apenas se puede ver a los marranos. Los monteros son los que peor lo llevan ya que tienen que esforzarse lo indecible para adentrarse en esos territorios. "Aquí sin perros, los jabalís hacen burla de unu., igual pasas al lau de ellos y ni se mueven", comentaba uno de ellos. "Atentos Manuel y Gordo..., ahí os va unu, es pequeñu y baja ríu abajo.., le llevan los dos perros de Sito". Se refería al río de Cabañes. Manuel y Gordo estaban atentos, pero nada vieron, únicamente pudieron ver los perros que más tarde les señalaban el camino por donde se había escapado el jabalí en dirección a la Allende. Era ya mediodía y mucho más arriba, por encima de Colio, se vivía otra guerra. Allí estaba un expectante Jesús Angel al que los perros avisaron de la llegada de un jabalí por aquella zona. Venían con el jabalí cuatro o cinco perros y los ladridos le anunciaban de la cercanía, hasta que le pudo divisar. Se preparó y le soltó un disparo; el marrano se revolvió y siguió su marcha. Le tiró otro y más de lo mismo, aunque notó que le había hecho daño. Un tercer disparo fue suficiente para dejar al jabalí inmóvil a la suerte de los perros. Era una hembra de 40 kilos que tenía marcados los tres disparos: uno en una pata, otro en la parte trasera y el tercero en el costillar. Media hora más tarde y por el mismo camino que el anterior ve cómo el perro de Francisco va siguiendo a otro jabalí. "Atentu Jesus que va el perru encima de él, es pequeñu, del tamañu del perru..". A Jesus Angel le bastó un único disparo para verle rodar por la ladera. Efectivamente, fue el más pequeño de la jornada, apenas 30 kilos. Pero Jesús Angel, para sus adentros, estaba feliz porque hizo cuatro disparos y los cuatro quedaron marcados en los marranos, vamos que hizo pleno de dianas. A última hora de la tarde, se echó la zona del matorral de Otero, entre Viñón y Colio. Salieron varios jabalís, pero únicamente se mató uno. Nuevamente Aníbal tuvo esa oportunidad y de dos disparos echó por tierra las lógicas pretensiones de huida del marrano. Pesó 50 kilos. Así se dio por concluida la cacería. La verdad no resultó muy brillante en cuanto a capturas. Se esperaba alcanzar el cupo, pero el pulso no siempre está en su punto. Salieron jabalís suficientes para lograrlo, pero hay que comprender que éstos siempre tienen la maleta preparada para huir por donde menos se piense. Una merienda - cena en Tama puso el remate a la cacería, donde los cazadores contaron las incidencias y donde quedó patente que no todo el mundo puede quedar contento de la jornada, pero por lo menos una gran mayoría la vivió intensamente. |
CUADRILLA 103 |
|||
Fecha |
Monte |
Jabalíes |
Cazadores |
12-09-2010 |
1 |
LLorente | |
19-09-2010 |
8 |
Seles, Serafín, Teyín, Sergio, Manuel, Aníbal, Tino y Benjamín | |
09-10-2010 |
2 |
Abelín y Lucio | |
16-10-2010 |
Arabedes |
4 |
Aníbal (2) y Jesus Angel Cabiedes (2) |
27-11-2010 |
8 |
Abelín (2), Jesús Soberón (2), José Angel, Benjamín, Pedro y Jorge | |
05-12-2010 |
1 |
Nel | |
09-01-2011 |
8 |
José Angel, Jesús Cabiedes, David, Angel Cuevas, Miguel, Pablo, Lucio y Santos | |
23-01-2011 |
3 |
José Angel (2) y Abelín |
©Página creada por José Angel Cantero Cuevas |