La cuadrilla 31 cazó el sábado día 7 en Bicobres Sur, un lote que siempre suele tener jabalís y que se ubica desde Ojedo, Frama, Cambarco y sube hasta más arriba del Collau Taba, lindando ya con terrenos de Bedoya. “Vamos a empezar desde Ampudia hasta Cahecho, cubriendo también toda la riega que baja a Cambarco. Estuvimos viendo el monte y creo que es lo mejor del lote porque está bastante revuelto”, les anunciaba Juan Carlos el jefe de la cuadrilla.
Y no estaba muy equivocado, ya que apenas soltados los perros empezaron a animar con sus ladridos la bonita y soleada mañana que hacía. Era la clara señal de que por allí había jabalís. Y no hubo que esperar mucho para que los marranos salieran a corretear por el monte, pero otra cosa muy diferente es detenerles ya que la intuición, el conocimiento del monte, y por supuesto el poco acierto de los tiradores, los jabalís iban eludiendo el zafarrancho y se iban escapando.
Pero no todos lo lograron ya que por debajo de Cahecho estaba Tomás, un invitado de Los Cos, que quiso quedar bien ante sus compañeros. Y vaya si lo logró ya que de un par de disparos detuvo a un buen ejemplar que no pudo eludir el acierto del cazador.
Los sabuesos eran los que mejor lo estaban pasando, ya que tenían trabajo y eso es precisamente lo que ellos quieren. Carreras monte arriba y monte abajo y cuando encuentran la presa se animan de tal manera que levantan los ánimos de los cazadores y de los monteros.
Como muestra reseñamos el trabajo de los perros de Clemente Cuevas que levantaron un jabalí de su encame y le pasearon por el monte un buen rato para llevarle a los puestos. El marrano no encontraba el sitio por donde escapar y los perros viendo que el jabalí no quería llegar a la línea de tiros, se lo ofrecieron a su dueño que los seguía de lejos. Clemente no dudó en echarse el rifle a la cara, meter el jabalí en la mira y soltar un disparo. El jabalí rodó unos metros, se levantó como pudo e intentó seguir, pero no podía ir muy lejos. Un segundo disparo fue suficiente para que dejara de sufrir.
Era ya casi mediodía y….. “vamos a echar por encima de la nave de los Guardo”, les anunciaba Juan Carlos. Allí estuvieron un buen rato y en vista de que no se movió nada, decidieron subir a echar la zona del Collau Taba y tampoco hubo éxito. Estaba claro que hoy los jabalís estaban debajo de Cahecho, donde habían estado a primera hora, pero la hora de finalizar la batida su cumplía y el jefe de la cuadrilla mandó recoger los perros y dar por finalizada la cacería. Una cacería entretenida por la mañana y luego un tanto deslucida por la falta de “material”, pero con los ánimos enteros ya que al día siguiente había que volver al monte y eso siempre motiva.
Informó: Adrián