De nuevo la cuadrilla 31 tuvo que subie al monte. Tres veces en una semana no está nada mal. Así quedó cuando se hizo el sorteo. Hoy toca cazar en el lote de Fonfría, que parte desde Vega de Liébana, por Tollo, Bárago y sube hasta Dobres. Sin duda está considerado como un buen lote, pero siempre está pendiente la incertidumbre de si ese día los jabalís se encuentran por allí, o decidieron darse un garbeo por otras zonas.
Ésta cuadrilla normalmente dispone de 20 o 23 tiradores, pero hoy, por diversos motivos, no se llegaba a esa cifra. “Vamos a tener que coger algún montero que quiera ir de puesto, porque somos pocos”, les anunciaba Juan Carlos. "¿Hay algún voluntario?", preguntaba a los monteros. “Yo mismu…..”, contestó rápidamente Clemente Cuevas. Y así se hizo, Clemente dejó sus perros al cuidado de su yerno Jesús Carlos y se ofreció acolocarse en el puesto que le adjudicaran. Por lo menos no se iba a dar la paliza caminando detrás de los sabuesos.
“Vamos a echar de la riega de Tollo a la riega de Soberao, estuvimos viendo el monte y lo encontramos bastante revuelto, a ver si los cogemos dormidos…..”, les anunciaba el jefe de la cuadrilla.
Y creo que sí, que hay estaban algo dormidos, por lo menos alguno de ellos. Me refiero a los jabalís. Y para despertarlos estaban los sabuesos, como así hicieron porque salían jabalís hasta por debajo de las piedras. Ahora sólo faltaba tener puntería, pero eso es ya otro cantar.
Y el que tuvo esa puntería, como casi siempre que tiene ocasión, fue Clemente que quiso demostrar a sus compañeros que no sólo sabe levantar a los jabalís, también sabe sentarlos cuando se le acercan. Dos disparos fueron suficientes para dejar seco a un jabalí que precisamente traían sus perros. Ni que lo supieran…….
Otro que también gastó munición fue Popi que tuvo la fortaleza de echar a correr para cortar la marcha de un jabalí que se le metía a la riega de Tollo, pero Popi no se lo permitió.
José Portilla también se quiso apuntar a la fiesta y repitió la misión de la semana pasada donde tocó pelo. Hoy necesitó las tres balas de la recámara para detener a un hermoso jabalí que le llegó por la espalda y que, cuando se dio cuenta, casi se le escapa.
Un invitado, Tomás Toni, quiso lucirse ante los miembros de la cuadrilla y de verdad que lo logró. Un único disparo fue suficiente para abatir a un jabalí que galopaba velozmente por la ladera de enfrente. Ya lleva tres ésta temporada con esta cuadrilla. Creo que le tenían que hacer un contrato.
El que de verdad se lució hoy fue Clemente, en primer lugar ofreciéndose a ocupar el puesto de tiro y posteriormente con el atino a la hora de disparar. Cuando los ladridos de los sabuesos se le iban acercando, Clemente intuyó que la presa estaba a punto de llegar, así que se armó de valor, respiró hondo, cogió el rifle con fuerza y puso sus seis sentidos a trabajar al máximo. El resultado no se dejó esperar mucho, ya que le llegó el jabalí casi de bruces y un único disparo fue suficiente para dejar al marrano de patas arriba.
Y para rematar la jornada fue Manuel Pando el encargado de lograrlo. Para ello necesitó vaciar la recámara pero con la satisfacción de poder ver al marrano a sus pies dando los últimos espoletazos. Era ya el número seis y por tanto se había cumplido el cupo.
“Recoger los perros, cargar los remolques y nos vamos todos que hoy lo vamos a celebrar", como así hicieron en el mesón de Vega de Liébana, donde la alegría y el buen humor de los cazadores quedó de manifiesto. Que paseis todos unas felices fiestas, a éste paso vais a acabar con los jabalís....
Informó: Adrián