El pasado día 26 de Diciembre la cuadrilla 31 cazó en el lote de Bicobres Norte, aquí en Bedoya. Un buen lote, sin duda, lo que levantó el ánimo a la cuadrilla que a primera hora del día se juntó en la parrilla de Mieses para preparar la batida.
“Estuvieron mirando el monte y yo creo que vamos a tener trabajo porque se ve bastante andau. Vamos a echar la cacería desde San Pedro por la Calleja de Sária hasta la Burdia y Retorturas. Arriba hay bastante nieve y no vamos a subir”, les indicaba Juan Carlos el jefe de la cuadrilla.

Una vez colocados los puestos, entraron los monteros por San Pedro y Salarzón. Hoy no tardaron los perros en encontrar trabajo. Estaba la mañana fresca y había que entrar en calor.

La brega de los sabuesos tuvo feliz recompensa cuando Diego, el guardia, tuvo la oportunidad de coger el rifle con fuerza para hacer un par de disparos y dejar a un jabalí con las patas para arriba. Bien empezaba el día.

En la Calleja de Sária, estaba José Luis Gómez, de Pesaguero, que no se quiso quedar atrás y también tumbó otro marrano que pretendía cruzar por Lobá en dirección a Cahecho.

El siguiente jabalí le paró los pies Adrián en el Chozu. El jabalí le vino de frente perseguido por los perros y Adrián se lo tuvo que pensar a la hora de disparar, ya que podía herir a los perros. Esperó un momento y en un santiamén apretó el gatillo para dejarle a merced de los sabuesos.

Un trozo más abajo, en Armiceu, le salió un jabalí a otro montero, a Clemente Cuevas, que le pudo tirar, pero era tan grande la velocidad que traía el marrano, que solo lo pudo hacer en una ocasión y el jabalí quedó en el monte.

Ahora le tocaba el turno a la zona de la Calleja de Sária donde tuvieron la ocasión de tirar tanto José Luis, como Chuchi, pero en ésta ocasión no hubo fortuna y el jabalí se metió por el monte de Lobá con más vida que la que traía.

El que se llevó una gran sorpresa fue Berto, el de San Miguel, que hoy estaba de invitado y oía a sus perros muy apurados por la riega de Jaltrabe. Cuando llegó donde ellos, pudo comprobar cómo tenían entre los tres enganchado un jabalí que ya no podía moverse. Y no era pequeño, pasaba de los 30 kilos. Berto no le podía disparar por miedo a herir a los perros, hasta que por fin el jabalí ya agotado no pudo hacer más fuerza. No siempre los perros logran reducir de esa manera a un jabalí, además sin ellos sufrir daño alguno.

Los sabuesos sacaron muchos jabalís a escena, pero fueron pocos los que se presentaron a los puestos y los que así lo hicieron la mayoría logró escabullirse, como los que se presentaron ante Javi Flores y Andrés Pando, que salieron ilesos del envite.

Y como los puestos no respondieron como les debían, tuvieron que ser los monteros los que echaron mano a las armas para salvar el día. No sé la razón, pero hoy se lucieron. Jesús Carlos fue uno de ellos: al hondón del Ojeu, muy cerca de su colmenar, le salió un jabalí que con un disparo le dejó seco. Seguro que las abejas también se revolvieron en las colmenas con el zumbido.

El siguiente montero que logró diana, además por segunda vez, fue Adrián, que suele fallar pocas veces y hoy tampoco quiso quedar mal ante nadie, logrando un par de piezas.

Héctor no es montero y ya demostró en otras ocasiones que cuando coge el rifle, los jabalís pueden temblar.  Con un par de disparos logró detener a un jabalí que venía delante de los perros de Clemente.

Así se dio por finalizada la cacería. Una cacería entretenida, salieron muchos jabalís pero salieron pocos a los tiros y los pocos que lo hicieron, en su mayoría, lograron escabullirse y quedaron comiendo el abundante hayu que hay éste año.

Informó: Adrián