Última cacería de la temporada para la cuadrilla 31. Hoy hay que cazar en el lote de Cuesta Bernizo, que se suspendió el mes pasado por culpa de la pandemia. Para situarnos un poco diré que éste lote abarca desde el pueblo de Lomeña y Pesaguero hasta la carretera de Vendejo y es un monte donde siempre suele haber jabalís.

Los pronósticos del tiempo anunciaban agua y viento, pero la realidad era que solamente el viento sur soplaba con bastante fuerza y esto los cazadores saben que no es bueno para subir al monte. Los jabalís, cuando esto sucede, cambian contínuamente de sitio. Hoy los ves en un punto y mañana están a unos kilómetros.  Cuando sopla sur, algunas cabezas no rigen bien.

“Estuvimos mirando el monte varios días y la verdad es que no sabemos dónde están los jabalís. Unos días están en un sitio y al día siguiente desaparecieron. Va a ser una cacería complicada por eso, además no tenemos muchas escopetas, así que vamos a cerrar en corto, rodeando por la riega que está sin llegar a Basieda a Jelechea, hasta la pista que sube de Lomeña a Coturrasu. El otru día vimos ahí una chona con crías”, les informaba Juan Carlos el jefe de la cuadrilla.

Una vez colocados los puestos, entran los monteros en acción y no tardaron los sabuesos en alegrar la mañana con sus cánticos. Tán bien cantaban que hubo quien se puso a bailar. El bailador era un bonito jabalí que se levantó de su encame y emprendió la marcha con la música de los sabuesos detrás suyo. Pero el baile parece ser que no era muy del agrado de los cazadores, porque enseguida le pararon los pies. El encargado de ello fue Constan que hoy se estrenaba en éste arte de hacer diana. No le tembló el pulso y un par de disparos fueron suficientes para dejar al marrano tieso. “Le maté, le maté..….”, anunciaba todo eufórico el bueno de Constan a sus compañeros.

Fue el Mellizu el que iba con sus perros y de repente en un bardal algo les llamó la atención. Después de los atronadores ladridos y las voces del montero, por fin sale a toda pasta un jabalí que El Mellizu se encargó de pararle en su huida. No era muy grande, pero la alegría del montero era enorme, ya que tuvo la suficiente puntería para matarle a pesar de la velocidad que llevaba.

Era casi mediodía y el jefe de cuadrilla mandó cambiar los puestos cubriendo desde Jelechea a Vendejo y el Collau Boya. El cambio pintó bien, porque enseguida los perros cogieron demanda.

Arriba, en el Collau, mató el montero Manuel Pando que, para despedir la temporada, no le tembló el pulso para detener a un hermoso jabalí.

 “Me cago en tal…., de aquí salieron de un bardal por lo menos siete….., ocho, nuevo, diez…..”, gritaba por la emisora el montero Javi Flores. Pero dio igual vociferar que quedarse callado. Los diez se largaron por donde no había nadie para pararlos. Si algo tienen los jabalís es que de tontos tienen muy poco.

“Atentos los que estáis en la carretera de Vendejo, ahí llevan los perros un jabalí”, les avisaba Clemente. No tardaron en oírse los disparos y a continuación la voz de Miguel Angel: “le dí, le dí...., pero se escapó. Va dejando un rastru de sangre….”, anunciaba desilusionado el cazador.

Un invitado, Ángel, quiso añadirse a la fiesta y no tuvo muchos problemas para detener un jabalí que subía por la riega de Valtorín. Un único disparo fue suficiente.

Popi, por fin, tuvo la oportunidad de tocar pelo. Este cazador todos los años suele hacer varias dianas, pero ésta temporada no se había estrenado y hoy se encargó de dejar claro que allí estaba él con su galardón.

Pasaban ya de las cuatro de la tarde y el agua empezaba a arreciar. El jefe de la cuadrilla mandó recoger los perros y retirarse todos. Cuando ya lo estaban haciendo, los monteros con sus sabuesos se dieron de bruces con un jabalí que estaba ya tieso. Era el marrano que había dejado herido Miguel Angel, así que de ésta manera se redondeó la jornada con seis piezas.

Y así se dio por finalizada la cacería y la temporada. Una temporada que hay que descubrirse ante ésta cuadrilla, ya que subió al monte en doce ocasiones y bajó con 59 jabalís, casi a una media de cinco jabalís por cacería. ¿Hay quién dé más?

Informó: Adrián