Un día más la cuadrilla 31 subió al monte a ejercer lo que más les gusta: la caza. Hoy toca batir el lote de Sobreiglesias que está por la zona de Campollo, Toranzo y Enterrías. Un buen lote donde siempre aparecen jabalís.
“Vamos a echar en principio la zona que va desde Tolina por encima de Campollo a Sierrabora hasta Enterrías. Por la tarde echaremos la zona que va de Valmeo a Maredes y Campollo”, les indicaba Juan Carlos el jefe de la cuadrilla. “Estuvimos mirando el monte ésta semana y parece que hay jabalís, está bastante andau”, les seguía informando.
La mañana estaba preciosa, no hacía frío y solamente el viento sur podría frustrar los objetivos que la cuadrilla pretendía. Una vez colocados los puestos, entran los monteros en acción y bien pronto los perros también quieren armonizar la mañana con sus cánticos. Y para que el concierto fuera más solidario también empezaron a sonar los disparos.
“Se me escaparon dos que venían a toa leche; les tiré, pero se escaparon”, se oía por la emisora. “A mí no se me escapó, aquí tengo un jabalí con los perros de Jesús Carlos mordiéndole”, avisaba Diego.
“Acabo de matar otru, creí que se me escapaba, pero aquí le tengo dando los últimos lamentos. Le tuve que vaciar el cargador después de echar una buena carrera para cortarle el camino”, avisaba Bauti.
Por encima de Campollo estaba Andrés Pando siguiendo a sus perros que estaban muy agobiados. Tan apurados estaban que sacaron de su encame a un precioso jabalí, que Andrés se encargó de pararle los pies.
Dicen que la envidia mueve montañas, pues algo parecido le ocurrió al también montero Manuel Pando, el hermano de Andrés, que no quiso quedarse atrás y de un par de disparos dejó seco a un jabalí que cruzaba en dirección a Sierrabora.
Era ya mediodía y el jefe de la cuadrilla mandó cambiar para echar la zona de Maredes. No fue mala idea porque salieron jabalís por todas partes. Los disparos sonaban cada poco, pero nadie decía nada. Señal que los jabalís no querían rendirse y esquivaban la pólvora.
Así pasaba el tiempo hasta que fue Bauti el que rompió la mala racha y detuvo a un jabalí que le vino de frente, logrando de ésta manera el doblete.
Clemente Cuevas fue ahora el que tuvo la oportunidad de disparar y como casi siempre que se le presenta la ocasión, suele fallar pocas veces. “Aquí tengo a los perros mordiendo; no es muy grande".
Es muy común que los invitados de las cacerías logren tocar pelo, y así le sucedió hoy a Basilio, que quiso quedar bien ante la cuadrilla y tumbó al siguiente marrano.
Se aproximaba ya la hora de finalizar la cacería y quedaba uno para lograr el cupo. Fue David, el de Pembes, el que tuvo ese honor. No le resultó fácil ya que el marrano marchó herido y David le siguió con cautela, sabiendo que no podía ir muy lejos. A los pocos metros le encontró ya más muerto que otra cosa.
Y así terminó la cacería. Hoy los cazadores disfrutaron de lo lindo, salieron muchos jabalís, los perros trabajaron mucho, se gastó bastante munición y, aunque la puntería no fue la deseada, se logró el cupo y todos contentos para casa.
Informó: Adrián |