El jueves día 19 de Noviembre tuvo lugar la cacería de la cuadrilla 103 en la Hoyona, cacería que fue suspendida el pasado Domingo por una extensa y cerrada niebla que cubría todo el lote y que hacía impracticable la caza.
En la Viñona se juntaron los cazadores para acreditarse ante la guardería y recibir las instrucciones de Jorge que, como jefe de la cuadrilla, les informó de todos los pormenores previstos para el día, teniendo en cuenta las características del tereno a cubrir. El lote es conocido por todos los cazadores ya que en ésta misma temporada se cazó en él. Entonces se bajó del monte un único jabalí. Hoy las previsiones eran más optimistas, ya que ahora ya están las bellotas en el suelo, lo que aprovechan los jabalís para frecuentar la zona. Pero del dicho al hecho.. va un trecho, dice el refrán. Decía don Marcial que de los jabalís que se cazan en el bar, a los que se cazan en el monte, hay grandes diferencias. Y vaya si hubo diferencias, porque hay cazadores que tratan de la piel del oso antes de matarle y eso no debe ser.
Una vez sorteados los puestos, los tiradores emprendieron ruta, carretera arriba, hasta llegar a sus lugares preestablecidos, para dar a continuación la orden de entrada en escena de los monteros con sus perros.
En principio llevaban los perros atados, pero éstos no daban señales de ningún rastro. Deciden soltarles y el panorama no cambió. Monte arriba y monte abajo, pero ni los olieron. Por la emisora se oye de todo, risas, broncas, partes, menudo lío. Los que están en los puestos recriminan jocosamente a los monteros y a sus perros, porque no cogen demanda. Los monteros echan improperios porque se hinchan a andar tras los perros y éstos no encuentran las presas.
"¿Vistis algunu al mi perru? hace ya mucho rato que no le veo", se escucha por la emisora. "No lo sé, pero por donde yo estoy acaba de pasar ahora mismu unu blancu con pintas negras, pero está muy recelosu, no se dejó coger". "Sí, ese es el míu, es tan recelosu como el amu", contestó Chanchel, "llámale "Palomo", ya verás cómo se deja". Efectivamente, "Palomo" no puso ninguna resistencia para dejarse coger a la llamada del cazador.
Resumiendo, ni los perros cogieron rastro, ni nadie vio jabalí por ninguna parte. Por lo tanto no se escuchó ningún disparo en todo el día. Por la tarde, viendo el panorama, Jorge dio orden de retirada y los cazadores bajaron todos hasta Dos Amantes donde Sixto les preparó una merienda-cena a base de huevos fritos con chorizo y patatas fritas, además de unos ricos boronos. Allí pudieron charlar sobre lo poco que dio de sí el día y haciendo preparativos para la cacería del próximo sábado en Cotera Oria, lote muy cercano a la Hoyona y por tanto las perspectivas no son muy halagueñas. Esperemos que el sábado cambien las circustancias.