Cuadrilla 141

Se mataron dos jabalís en Poda-Cordancas

Después de las fuertes nevadas caídas en Liébana que obligaron a suspender varias cacerías, la cuadrilla 141 pudo cazar el miércoles en el lote de Poda-Cordancas, aunque con las lógicas limitaciones debido a que en las cotas altas del lote había aún abundante nieve.

Al amanecer empiezan a llegar los cazadores a Lebeña, donde Tino, como jefe de la cuadrilla, les va informando de los pormenores de la misma: "Hoy vamos a echar la parte baja del lote, vamos a empezar con los perros por encima del pueblo y los puestos estarán cubriendo la Peña de la Ventosa, la Fuente San Pedro y por la parte de Arcedón; dicen que no se han visto jabalís, pero habrá que inventarlos".

Colocados los puestos, empiezan los perros con su trabajo y parece que tenía razón Tino, los jabalís no dejaron ni rastros. Eran ya las doce de la mañana cuando se anima la cacería. Los perros encuentran en el encinal que hay junto a la Ventosa un hormazo donde presumiblemente había jabalís. La insistencia de los perros así lo vaticinaba, pero era tal la maleza allí presente, que les resultaba imposible adentrarse en aquella maraña. Tuvieron que llegar los monteros para ayudarles y entre los ladridos y las voces lograron que saliera de estampida un gran jabalí que cruzó por encima del depósito del agua que hay por arriba de Lebeña. Los perros le seguían a una prudente distancia que cada vez era mayor debido a la velocidad del marrano.

En éste tiempo los montes están ya completamente limpios de toda clase de maleza, como helechos que tanto abundan por la zona, así que los que estaban de puesto pudieron ver al jabalí en toda su trayectoria. "Atentos arriba, que ahí os va...".

Cuando un jabalí se va acercando al cazador y éste le puede divisar, le da tiempo a prepararse, pero a la vez también un cosquilleo y unos inevitables nervios son a veces un gran impedimento para pararle. En ésta ocasión el jabalí le fue derecho a Miguel, el de Cosío, que estaba parapetado detrás de unas rocas con el rifle en posición. Cuando estimó que estaba ya a tiro, le soltó un disparo que el jabalí acusó, porque dio un traspiés, pero siguió su camino, aunque no muy lejos porque un segundo disparo fue suficiente para que el marrano cayera y fuera una presa de los perros.

Era ya mediodía y poco después los perros empezaron de nuevo con su trabajo sacando de su encame a otro jabalí que también emprendió su intento de fuga. Pero todo se quedó en el intento ya que llegó a Tundes donde estaba Mariano Gaipo que se estrenó éste año. No resultó fácil porque el jabalí venía muy rápido y estaba a una distancia considerable, ya que hoy no había muchas escopetas y los puestos estaban bastante distantes unos de otros. Mariano pensó que "a vida o muerte, pero lo tengo que intentar..". Le soltó un disparo que para poco valió ya que el jabalí siguió su ruta, si cabe aún más veloz. Pero no pasó de ahí, ya que un segundo disparo valió para hacerle rodar unos cuantos metros por la ladera. "Le maté, le maté.....", dijo un exultante Mariano a sus compañeros por la emisora.

Y no hubo más disparos ni siquiera más levantes, así que se dio por terminada la cacería que dejó un buen sabor de boca a la cuadrilla porque solamente se levantaron dos jabalís y los dos bajaron en los remolques. Más no se puede pedir.

Aunque un pequeño malestar se extendía entre los cazadores porque la cacería que se debió celebrar el día 2 de Enero en Bedoya y que fue suspendida por la nieve, parece ser que la pierden. Era la cacería que estaban esperando todo el año, donde tenían puestas todas las esperanzas ya que era en nuestro monte y ahora ven cómo se les esfuma. Por eso las lamentaciones de los cazadores.