Cuadrilla 103

La cuadrilla 103 mató cuatro jabalís en Pámanes

 

No se veía una nube en el amanecer del sábado en Liébana, pero la mañana estaba fresca cuando se juntaron los componentes de la cuadrilla 103 en la Viñona. Hoy hay que ir a cazar a Pámanes que está por la zona de Valdeprado y la Venta Pepin. Después de presentar la documentación ante la guardería, los cazadores la emprenden carretera arriba para empezar desde la Venta Pepín y el cruce de Cueva. Por la parte alta del lote se cubrió hasta la Cruz de Cabezuela.

Había buen ambiente entre la cuadrilla, todavía se seguía hablando de los 15 jabalís de la semana anterior en Bedoya. "Hoy jugamos fuera de casa. Nosotros somos como los futbolistas, necesitamos el calor de nuestra gente y cuando cazamos fuera, la ilusión ya no es la misma. No nos va eso de jugar a la defensiva...", comentaba alguno.

Una vez que entraron los perros en el lote, se dieron cuenta que había pocos jabalís. Tardaron en coger demanda y cuando por fin dieron con el rastro, el jabalí tardó en salir de su escondite. Después de muchos forcejeos entre monteros, perros y jabalí, este se decidió a salir y la emprendió monte arriba. "Ahora va..., es un jabalí bastante buenu.. y va en dirección al invernal de Pepita. Atentos los que estáis por ahí", sonaba por la emisora. Uno de los que estaban por aquella zona era José Antonio Llorente que se dio perfecta cuenta de la presencia del jabalí. Se preparó y esperó a que se acercase algo. La experiencia le dictaba que estaba aún muy lejos para disparar con el lógico riesgo de no acertar. Pero tenía que ser muy cuidadoso en no meter ruido ni moverse para no cambiar la trayectoria del marrano. Así que no dudó en esperar y cuando le tuvo a tiro le soltó un disparo que impactó en el jabalí, que acusó el balazo cayendo de medio atrás, pero a continuación se volvió a levantar para proseguir su marcha. No fue muy lejos porque Llorente le acertó de nuevo lo suficiente para que el jabalí desistiese de su empeño. Era un buen jabalí, pasaba de los 70 kilos.

Tuvo que pasar un buen rato para que los perros volvieran a levantar otro jabalí que llevaron derecho donde estaba Jesús Celada que hoy estaba de invitado. Jesús se parapetó detrás de un árbol y esperó a que el jabalí se acercara. Y ¡cómo se acercó!!, venía a toda velocidad en dirección al cazador. "Venía ciego hacia mí, si no le paro me lleva por delante ..., " comentaba luego Jesús. Tan ciego venía que un solo disparo en todo el morro bastó para que quedara pataleando a sus pies. Dio un peso de 60 kilos, pero los colmillos para poco sirvieron.

Era ya mediodía y la cacería estaba resultando bastante sosa. Los perros trabajaban bien, pero con escaso éxito. Más de uno se acordó de los montes de Bedoya, pero esto no es Bedoya. Un montero fue el que acabó con el tercero de la jornada. El afortunado fue Pepe, el de Ojedo. No le resultó muy difícil porque tampoco le pasó muy lejos el jabalí. Dos disparos fueron suficientes para que los perros saciaran su instinto de morder, además lo hicieron con ganas.

Entre la carretera que va a Polaciones y la que sube a Piedrasluengas siempre suele haber jabalís y hoy, para no ser menos, también había alguno. Los perros, después de mucho trabajar y cuando ya calentaba el sol con ganas, cogieron demanda y sacaron al descubierto a un jabalí que Chanchel se encargó de dos disparos de pararle en su huida.

Como el calor ya hacía mella en los perros y dado que no había muchos jabalís en la zona, a las cuatro de la tarde se decidió recoger "la mercancía" y retirarse. Mañana hay que volver a cazar y siempre está bien mirar por los perros.

Hoy resultó una cacería sosa donde apenas se oyeron disparos. Si digo que una docena, igual me paso. Mañana hay que cazar en Dobres, también fuera de casa, pero a la semana siguiente se vuelve a Bicobres, a Bedoya. Ahí va a ser donde hay que volver a dar el callo.