Cuadrilla 103

La cuadrilla 103 bajó cuatro jabalís de Margaperas

La cuadrilla 103 cazó el pasado día 28 de Enero en el lote de Margaperas que está por la zona de Pesaguero. Es un monte relativamente pequeño, estrecho y alargado, con bastante arbolado, preferentemente hayas. Si todo transcurre como se espera, en pocas horas se puede echar la cacería.

Mientras los cazadores iban presentando las acreditaciones ante la guardería y se sorteaban los puestos, Jorge les iba informando de las características del lote. "Estuvimos hace dos días inspeccionado el monte y está bastante revueltu. Yo creo que hay jabalís, de todos modos también os quiero decir que ya se echaron esti añu aquí cinco cacerías y solo se mataron cinco, así que no hay que hacerse muchas ilusiones...".

Con la mosca detrás de la oreja marcharon los cazadores a sus puestos, pensando en las últimas palabras de su jefe. "A ver si hoy nos desquitamos...".

Cuando los perros entraron en acción más de uno pensó que el día no iba a ser muy boyante. Vueltas y más vueltas y no cogían ninguna demanda. Por fin la cacería da un giro y el trabajo de monteros y perros se vio recompensado con el levante de un enorme jabalí que cruzó el lote de parte a parte y se le presentó de bruces a Benjamín que le soltó un disparo que el animal acusó, pero después de dar más de un traspiés e intentar huir, un segundo disparo fue suficiente para ver al jabalí "espatalear" y dar las últimas convulsiones. Ya queda dicho que era de mucho peso, alrededor de los cien kilos y con unas defensas que llamaban la atención.

Pocos minutos después y a la cabecera del lote se oye otro disparo. "¿Quién tiró?". "Acabo de ver un lobu. Pasó a tou ciscu y casi no me dio tiempu a tirarle. Estaba bastante lejos y se metió pa el otru lau del monte en dirección a Polaciones". Era Ceci el que así hablaba a sus compañeros por la emisora. Efectivamente, el lobo había salido aparentemente sin ningún tipo de levante. Ceci le vio cuando aún estaba muy lejos y en un principio creyó que era un perro, hasta que después de mirarle y requetemirarle se dio cuenta que era un lobo. Intentó cortarle el paso, pero todo se quedó en agua de borrajas. Estaba muy lejos y "le tiré más que nada para darle un sustu y la verdad que se le llevó grande porque salió a la misma velocidad que llevaba la bala", comentaba luego el cazador.

Mal presagio para la cacería porque cuando se detecta la presencia de lobos en un lote, lo más fácil y lo más lógico es que los jabalís no merodeen por allí. Huyen a lugares más seguros, pero en ocasiones también se juntan en piaras grandes. Se comportan así para poder defenderse mejor del ataque de los lobos que de otra forma, de uno en uno, tienen siempre las de perder.

Y así sucedió hoy. Los perros sacaron de su encame a un grupo de jabalís (por lo menos eran media docena) que enseguida se diseminaron por varias partes. Como resultado de ello, se produjo un gran tiroteo y cuando llegó la hora de echar cuentas, se vio que Chanchel había dado muerte a un marrano que no era muy grande, pero estaba muy gordo y tenía una buena boca.

"Yo maté a otro...", decía por la emisora Santervás que hoy cazaba con la cuadrilla como invitado.

"Yo le tiré a unu que marchó heridu..., iba dejando sangre. Teneis que traer los perros", dijo Pedrín, el del Bodegón de Potes. "No hace falta, ya le rematé yo..." avisó Moisés (Sito) el hermano de Aníbal. Efectivamente, el jabalí había recibido la metralla que le suministró Pedrín, pero pudo proseguir la marcha aunque ya muy mermado. Cuando Sito le divisó, con un único disparo le quitó de sufrir más.

De los demás jabalís no se supo, o mejor dicho, hubo varios disparos pero con nulo resultado. Allí quedaron para recriar el lote. En vista que ya se había andado todo el monte, Jorge avisó a los compañeros que recogieran los perros, cargaran los jabalís en los remolques y todos a merendar a Lerones donde Sixto y Ani les tenían preparado picadillo, boronos y huevos. Allí todos juntos y contentos pudieron comentar todas las incidencias de la jornada.