Estaba así predeterminado, hoy no era el día apropiado para ir de caza. Cuando a las ocho de la mañana se iban reuniendo los componentes de la cuadrilla 31 para hacer las presentaciones de rigor, enseguida Tasín, el jefe de la cuadrilla, se percató que hoy iba a faltar mucha gente. Es día de trabajo y no está el horno para bollos, lo primero es lo primero. En total fueron trece los cazadores que no se presentaron para batir en el lote de Monte Cubino, que está por la zona de Dobres. Como la cacería se había suspendido el pasado sábado, hoy se permitía cazar sin que se llegue el cupo de cazadores reglamentario.
Pero daba igual, habían desaparecido los jabalís del lote. Y no se le puede echar la culpa a la climatología. Hoy amaneció en Liébana con pocas nubes, aunque por la noche había caído una fina capa de nieve en los lugares altos del monte. Monte Cubino es un lote que está a muchos metros de altura y por tanto en estas alturas del calendario resulta un monte particularmente difícil.
Cuando los cazadores iban a ocupar sus puestos, José, de los Cos, informó por la emisora a sus compañeros que "aquí estoy viendo las pisás de dos lobos. Están muy recientes, son de esta misma noche". En el Prau Toru, ya muy cerca de Riofrío, Miguel corroboraba lo que acababa de decir su compañero, "tienes razón, ahora mismu estoy viendo también pisás de un lobu, por aquí solo pasó unu".
Mal asunto. Por todos es conocido que jabalís y lobos hacen mal matrimonio, y donde hay lobos no suelen acampar los marranos. Así que los cazadores se temían lo peor en cuanto a la presencia de jabalís en el lote. No tiene otra explicación porque en el monte había suficiente comida para los jabalís con mucho hayuco debajo de las hayas.
Y tenían toda la razón los que pensaban así. Los perros trabajaron, pero sin ningún resultado positivo, tanto que los monteros se llegaron a cansar. Y solamente muy a última hora los perros de Roberto tuvieron el coraje de levantar a un jabalí, pero ya era la hora del cierre y hubo que dejarle en el monte para otra ocasión.
Resumiendo, no se oyó en todo el día ni un solo disparo y con eso queda dicho todo. Ni siquiera se llegaron a ver los lobos que, según las pisadas, y ante el bullicio de perros y cazadores, cruzaron para la zona de Pineda. Por tanto, la poca asistencia de cazadores no influyó para nada.
Otra cacería en blanco para la cuadrilla. Pero cuando no hay jabalís, tampoco se pueden inventar. Ahora toca descansar un mes para rematar con la última cacería de la temporada que se echará en Sobrebodia. Mientras tanto quiero enviar desde aquí mis deseos para que pasen todos unas felices fiestas y que el próximo año no falten los jabalís de los montes lebaniegos. Hoy se dio un paso para ello.
(Información facilitada por Miguel González)