Una fuerte helada recubría los alrededores de la Viñona donde se juntó la cuadrilla 103 para presentar la documentación ante la guardería. Hoy toca cazar en el lote de Cotera Oria que está por los alrededores de Caloca.
Cuando Jorge les iba indicando por dónde iban a cerrar los puestos, se incorporó el Agente de medio ambiente y les advirtió. "Quiero advertiros que en el lote hay un par de osos, así que tener cuidado a la hora de disparar, además ya advertí al jefe de la cuadrilla que los puestos no poden colocarse en la zona que está cubierta por la nieve". Después de escuchar estas advertencias, los cazadores montaron en los jeeps para llegar a sus puestos. El lote hoy se quedaba pequeño ya que la nieve estaba por encima del pueblo de Caloca. Cuando iban a colocarse, se oye por la emisora: "Aquí estuvo el osu....., están las pisás y no son pequeñas......", era Serafín el que así hablaba. "¿Están frescas?", le preguntó al instante el Guarda forestal. "No, ya son de hace unos días, pero ya os digo que debe de ser un cachu bichu......", recalcaba Serafín.
Estaba hablando aún Serafín cuando pregunta David si puedía soltar los perros. "No, todavía no llegamos al puestu....", le contestaron. "Es que tengo aquí mismu los jabalines, no soy capaz de aguantar a los perros", respondió el montero. "Espera un pocu David", le avisó Jorge,"deja que se coloquen porque si los sueltas ahora, igual llegan arriba sin estar los puestos colocados, ya te avisaré yo".
David tenía toda la razón, en cuanto le avisaron, soltó a los impacientes perros y a menos de 50 metros salió de un bardal un jabalí que emprendió una veloz carrera monte arriba. "Ya levantaron y es muy grande, va para la carretera......", les avisó David. A los pocos minutos resonaron tres disparos y enseguida la voz de Jorge anunciando que ya había caído el primero de la jornada. "Cruzó la carretera y un poco más arriba le pude tirar. Es muy grande", les dijo. Efectivamente, el jabalí llegó a los 100 kilos.
Bien empezaba el día y mejor continuaría, ya que pocos minutos después Ceci estaba apostado detrás de un matu, cuando oye un ruido extraño. Como había caído una fuerte helada, las hojas estaban tiesas y al pisarlas producían mucho ruido. Ese ruido fue el que delató al jabalí que salió entre unas escobas derecho al cazador. Un único disparo fue suficiente para verlo rodar. Y si el jabalí que había matado Jorge pesaba los 100 kilos, el de Ceci le igualaba. También era muy grande y con una bonita boca, aunque con una de las navajas un poco rota.
El tercer jabalí que salió, tuvo correr lo suyo y en esa carrera fue esquivando las balas como buenamente pudo. Este era pequeño pero debía de tener unos buenos pulmones porque corría lo indecible. Le tiraron Francisco, Primo y David. Tocar le tocaron, pero aún pudo meterse en un bardal donde los perros no le podían sacar. Tuvo que rematarle David, aunque se le apuntaron a Primo que fue quien le había herido primeramente.
Desde hace varios años José Angel, de Cobeña, es uno de los cazadores que al final de temporada más jabalís mata dentro de la cuadrilla. Pero este año aún no se había estrenado. Hoy tuvo la oportunidad y no la desaprovechó. Un par de disparos fueron suficientes para ver al jabalí caer y aunque se volvió a levantar, iba ya con muy pocas fuerzas, llegando donde Anibal que solo tuvo que rematarle para que no le cogiera los perros. Era el cuarto de la jornada.
Otro que falla en pocas ocasiones es Felipe, de Ojedo. Hoy se le presentó una jabalina que no pudo traspasar la raya. Felipe se encargó de pararla con un par de disparos. Pese a ser una hembra, se peso rondaba los 80 kilos.
A Ceci hoy le tocó la suerte de tropezarse con otro jabalí. A este le vio de bastante lejos y al ver que podía salirse del lote, le disparó y aunque no le dio, sirvió para que el marrano se diese la media vuelta y viniera derecho al cazador. Ceci le volvió a disparar y el marrano notó el impacto ya que pegó un bote pero siguió su ruta y se metió al río, que cruzó pero ya apenas que podía andar. Cuando Ceci fue detrás de él, ya habían llegado los perros a su alcance, pero el marrano se revolvía y embestía a quien se pusiese por delante. De repente un perro empieza a aullar de una forma lastimera. El jabalí le había apalancado contra un avellano y Ceci no le podía tirar. Eran varios perros los que le rodeaban y unos se ponían delante, otros detrás y no encontraba el momento de rematarle, hasta que por fin lo pudo hacer. Para no ser menos que los anteriores también rondó los 100 kilos. Y para que la dicha fuera mayor, el perro de su hermano David no sufrió lesiones graves en su lucha con el marrano.
Era ya mediodía cuando Jose, el Gordo, se encargó de detener a un alocado jabalí que intentaba huir de la quema. El marrano, ya muy tocado, pudo seguir unos metros para que Anibal hoy pudiese ejercer de rematador y acabase con su vida. Era el séptimo de la jornada.
¿Cuántos van ya?, a ver si os pasais......", preguntaba el guarda. "Yo llevo la cuenta de siete", respondía Jorge. Y para rematar la jornada, poner la guinda y completar el cupo estaba Pablo, de Colio, que este año está que se sale. Hoy solo necesitó hacer un disparo que entró a la altura de la paletilla de un enorme jabalí para acabar con su vida. La aguja de la báscula subió hasta la friolera de 110 kilos.
Eran las dos y media de la tarde cuando avisaron para recoger los perros, aunque algún montero tuvo que ir hasta el pueblo palentino de Lores a recogerlos. Los demás se bajaron a la Viñona para celebrar y comentar las incidencias de la jornada donde Sixto, porque se mataron ocho jabalís, pero salieron muchos más y la mayoría de los cazadores tuvo su oportunidad, unos de disparar y otros de verlos correr, que también es un consuelo.