Fresca mañana la que amaneció en San Pedro, aunque apenas se veían nubes, lo que luego se tradujo en un flamante sol. Hoy toca cazar a la cuadrilla 103 aquí en Bedoya y, cuando esto ocurre, el interés, la expectación y el estímulo aumenta entre los cazadores.
Mientras se sorteaban los puestos y se presentaban las documentaciones a la guardería, Jorge, como jefe de la cuadrilla, les iba informando: "Estuvimos varios días pateando el monte y apenas se ven jabalís. Estuvimos por la parte de Llayo, por la Molinera, por Lobá, incluso subimos hasta Canal Mayor y no se ven rastros. Algo se ve por el Robleu y por la parte de Cobeña, pero ya os digo que no hay jabalís. Yo creo que si hoy bajamos con cuatro o cinco, va a ser una buena jornada. Vamos a cubrir desde la Calleja de Sária, por Sardanes, la Burdia, Retorturas, Los Llaos hasta la Sieta. Los perros van a entrar por el Ojeu y por Salarzón", les seguía indicando Jorge.
Una vez colocados los puestos se inicia la cacería y pronto los perros levantan a un jabalí en la Mata de Salarzón. El marrano cogió rumbo de la Sieta, lugar que hoy estaba bien cubierto. Salió muy abajo, casi por los praos de Pumarín y en la Cepea estaba Marcos, de Brez, que le vio atravesar los praos y le soltó tres disparos. El jabalí se dio la media vuelta pero ya muy disminuido, pues le había roto una pata delantera. A Marcos le dio tiempo a volver a cargar y descargar los misiles para ver al jabalí complemente inmóvil. Dio un peso de unos 40 kilos.
Un trozo más arriba, en Dobromayor estaba de puesto José Angel que de un único disparo vio como rodaba el jabalí que también intentaba huir de la quema. Fue el más pequeño de la jornada.
Parecía que Jorge se había equivocado, por lo menos había jabalís en el lote, como los que salieron en la Calleja de Sária donde sonaron varios disparos, pero la puntería en esta ocasión no fue buena, escabulléndose los marranos en dirección a Lobá.
En la cabecera de la Burdia estaba Benjamín que hoy tuvo oportunidad de entrenarse a fondo y limpiar su rifle. Primeramente disparó a un jabalí que le pasó un poco lejos, pero el marrano quedó en el monte para otra ocasión. Más tarde, se le presentó una segunda oportunidad y en esta ocasión acertó pero no fue suficiente para que el jabalí dejara de correr ya que, aunque dejando sangre, también pudo escapar. Dicen que a la tercera va la vencida y así fue. En esta ocasión Benjamín solo necesitó hacer un disparo para ver al jabalí rodar por los empinados praos de la Burdia. Dio un peso de 35 kilos.
Un poco más abajo, en el prao de Lipe Prellezo, estaba Manuel Relea que vio cruzar un jabalí por la Patatera y una vez rebasada la riega, le disparó por tres veces para que quedara a merced de los perros. Era un buen ejemplar, de unos 80 kilos.
Debajo del prao de Retorturas estaba de puesto Pablo, de Colio, y como suele suceder casi siempre que tiene oportunidad, hoy tampoco quiso fallar y tumbó al siguiente jabalí, que ya hacía el número cinco. Su peso 50 kilos.
El siguiente le tocó en suerte a Sergio, que estaba de montero y en la canal de Rucabrejo solo necesitó realizar dos disparos para matar a un jabalí que no pasaba de los 30 kilos.
En los Llanos de Enebro estaba Primo, también montero, donde sus perros levantaron un jabalí que pasó cerca de Primo que disparó en varias ocasiones, pero corría tanto el marrano que no le pudo dar. El jabalí la emprendió monte abajo delante de los perros llegando hasta el Ojeu donde estaba Sergio que le paró los pies de un único disparo.
En Sardanes se volvieron a oir disparos y a continuación fue Juanjo, de Potes, el que avisó que había matado un jabalí. "Le vi venir y estaba bien preparado, hoy no se me escapaba", decía luego Juanjo.
Era ya mediodía y un poco más abajo, en las Bárcenas, estaba Abelín que alertado por los perros pudo distinguir entre los robles la silueta de un jabalí y cuando salió al descubierto le pudo lanzar dos tiros quedando allí a merced de los perros.
"Vamos a echar la zona de Cobeña, los de la Sieta quedaros ahí, nosotros vamos a cubrir la zona de Sierratama y las viñas", les informaba Jorge. Parecía que iba a ser en balde porque los perros apenas que cogieron demanda, hasta que: "Por Palmín acaban de pasar dos jabalís juntos, atentos en la Sieta que para allá van", informaban por la emisora. Pocos minutos después asoma un jabalí que se dispone a atravesar la praería con el peligro que ello supone. "Ahí os va, solo salió unu...". Pum, pum, pum, disparos de arriba y de abajo, pero el jabalí seguía a toda velocidad en su intento. Le iba derecho a Jesus que estaba situado en el Espinu. Cuando el marrano llegó a la riega, fue cuando Jesus le soltó un único zambombazo para verle tumbado. Su peso rondaba los 70 kilos y era el primero que mataba Jesus en esta temporada, además el primero también que mataba con su flamante rifle. Se nota que ya le afinó.
Eran ya las cinco de la tarde y Jorge mandó recoger los perros, cargar los remolques y bajarse hasta San Pedro, donde todos quedaron satisfechos de la jornada. "Se escaparon algunos, pero creo que fue la cacería donde mejor puntería tuvimos. Además las perspectivas no eran muy buenas, pero diez jabalís creo que está muy bien", resumía el jefe de la cuadrilla. Pues que la Nochevieja no estropee esa racha y que siga así el próximo año. Feliz año para todos.