Por fin se pudo echar la cacería que se había aplazado el pasado sábado por culpa del mal tiempo. Es ya la última de la temporada para la cuadrilla 103 y hay que cazar en el lote de Poda-Cordancas, que abarca terrenos desde Lebeña, Cicera, hasta el Collau de Taruey. Un lote muy grande, pero hoy se vio reducido a menos de la mitad debido a la presencia de nieve en las cotas más altas. El lote no es de los mejores, ni de los más valorados por la cuadrilla, ya que se da la circunstancia que pocas veces se le dio bien.
La mañana se presentaba ideal para cazar, un poco de niebla junto al río Deva, y una pequeña helada, pero enseguida el sol fue caldeando el día.
“Vamos a echar la parte baja del lote, desde el ríu Deva hasta el collau de Arceón y la Fuente de San Pedro y toda la ladera de la Ventosa hasta el Caminu Vieju que va a Castro. HoyTenemos menos escopetas que otros días, pero vamos a cubrir lo mejor que podamos. La semana pasada, antes que nevara, estuvimos viendo el monte y la verdad es que no se ven muchos rastros, pero igual los pillamos durmiendo a los pocos que quedan….. Ya podéis estar atentos lo que vais al ríu, yo creo que siempre que cazamos aquí, siempre se escapó algún jabalí por esa parte. En el riu pondremos tres puestos y otru en el Caminu Vieju. Los monteros van a entrar por encima del pueblu…..”, les comentaba José Angel, el jefe de la cuadrilla.
Una vez colocados los puestos se da la orden a los monteros para que entren con los perros y ......, pronto se escuchan los inequívocos ladridos de los perros en el encinal que está junto a la Ventosa. Sin duda un buen y tranquilo sitio para pasar el día los jabalís….., pero hoy no les dio tiempo ni a echar la primera cabezada, ya que ante el bullicio de los sabuesos, tuvieron que levantarse y echar pies en polvorosa.
“Atentos los que estáis en el ríu, que van en esa dirección…...”, avisaban los monteros. En el río estaba Santi y, como buen cazador que es, allí estaba preparado para parar a todo bicho que se presentara. Dos disparos fueron suficientes para avisar que ya tenía a sus pies al primero de la jornada.
Más abajo, cerca de la cantera de Lebeña, estaba Rubén, un invitado de Cosgaya, que también se le presentó la opción de disparar a otro jabalí y también con éxito. Hoy nadie cruzaba el río……..
En el Cantu de las Huertas estaba colocado Jorge Cuevas. Sin duda un buen puesto, ya que desde allí se puede divisar casi todo el lote y más en ésta época en que los helechos ya están por los suelos. Desde allí pudo divisar a dos jabalís que llevaban los perros de David. Con un poco de suerte le venían derechos a él. Le dio tiempo a respirar fuerte, a prepararse y a concentrarse lo suficiente para que, llegado el momento, pudiera sacar provecho del lance. Tres disparos fueron suficientes para que los dos jabalís quedaran a merced de los perros.
Muy cerca de las casas de Lebeña, en un espeso urcial, al lado de una viña, estaba descansando un jabalí y se vio sorprendido por los ladridos de los perros. Se levantó y en vista de que allí había peligro, emprendió una veloz carrera que llegó, incluso, a cruzar las casas del pueblo, hasta que primeramente Sergio, el de Cóbreces, y luego Juan Antonio Mena, le pararan los pies.
Del oscuro encinal fueron saliendo jabalís en todas las direcciones, unos hacia la Cueva Mora, otros para el pantano, otros para el río….., y dos la emprendieron por el Camino Viejo, en dirección a Castro. Allí estaba el Jefe de la cuadrilla, José Angel, que tenía que dar una lección a sus compañeros. Y se la dio, ya que uno de los dos jabalís no tuvo más remedio que detenerse ante los disparos de José Angel. Su compañero, asustado por las detonaciónes, cambió su giro y sin ningún miramiento ni cautela cruzó la carretera general para vadear las frías y abundantes aguas del río Deva y adentrarse en el lote de Arabedes.
Pero la cacería seguía y los perros de Raúl levantaron en Tundes, cerca de la Cueva Mora, un jabalí que emprendió una veloz carrera, encinal abajo, también en dirección al desfiladero. Pero éste no llegó a mojarse, ya que antes de llegar a la carretera general tomó el rumbo del “Caminu Vieju”. Allí ya dijimos que estaba de puesto José Angel, el de Cobeña, que de un único disparo le paró los pies. Y es que era su estreno en ésta temporada y lo hizo de forma doble, como lo suele hacer en otras ocasiones.
Más arriba, cerca del pantano de Lebeña, hubo otro levante. El jabalí, después de dar unas cuantas vueltas, llegó hasta el Cantu las Huertas y allí estaba Jorge para hacer un hack trick. No solo los hace Messi, a Jorge también se le da bien ésa práctica.
Y cuando ya parecía que se habían acabado los jabalís, apareció uno cerca de la iglesia de Lebeña que levantaron los perros de Chanchel y no muy lejos estaba el montero. Dos disparos pusieron el epílogo a la cacería y a la temporada.
Una temporada bastante buena, sin incidentes dignos de mención y donde se consiguieron en las nueve cacerías que se echaron, 51 jabalís, que no está nada mal. Yo diría que muy bien.
Y para celebrarlo, en el Mesón de los Guardo, en Ojedo, se festejó por todo lo alto.
Informó Abelín