Cuadrilla 31

Buen comienzo para la cuadrilla 31: se bajaron tres jabalís

Comienzo de la temporada para la cuadrilla 31 que se estrenó en el lote de Barcenilla-Carrascal que se encuentra por la zona de Piasca, Los Cos..

Al despuntar el día ya estaban los cazadores en Vieda para hacer las correspondientes acreditaciones y a la vez Tasín, como jefe de la cuadrilla, iba haciendo las observaciones oportunas, sobre todo a los nuevos cazadores que éste año se sumaron a la cuadrilla.

Excelente la mañana, había nubes altas que impidieron al sol calentar en demasía tanto a perros como a cazadores. No tardaron mucho los sabuesos en encontrar demanda, así que todo el mundo se puso en máxima alerta. En principio todos esperaban y deseaban que el jabalí apareciese por su zona. Estamos a principio de temporada y los ánimos están intactos en todos, con ganas de probar la puntería. Pero claro, eso no puede ser, solamente van a ser unos pocos, en la mayoría de los casos, solo uno, el que tenga la oportunidad de probar el arma.

"Los perros llevan un jabalí, ahora mismo se metieron al monte, así que atentos los que esteis arriba. Es bastante grande...", se oía por la emisora.

El afortunado cazador que tuvo la suerte de cara fue Nica que se dio cuenta que el bicho se aproximaba a sus dominios. Contuvo la respiración todo lo que pudo, quitó el seguro del rifle, se echó el arma al hombro y cuando vio que le tenía a tiro, pensó para sí: "Allá voy..". Aguantó bien la sacudida del arma y aunque por unos segundos el estampido, seco y atronador, permaneció en sus oídos, se dio perfecta cuenta de que el disparo había hecho efecto. Efectivamente el jabalí cayó para no levantarse nunca más. Era una hembra que dio en báscula en peso de 70 kilos.

No muy lejos de allí tuvo también su oportunidad Elías, que como buen lugareño (es de Lomeña) conocía perfectamente el terreno y estoy convencido que eso supone una enorme ventaja para el cazador en detrimento del jabalí. Elías se situó detrás de un pequeño altozano donde podía divisar bastante terreno. Vio cómo los perros llevaban en volandas a un marrano y que posiblemente iría a pasar por donde estaba el cazador. Se parapetó detrás de un roble hasta que empezó a oir ruido. "Ahí viene., es muy grande...", pensó para sí. Con el rifle al hombro fue siguiendo con su mira el camino que seguía el marrano. Todavía estaba bastante lejos, pero la ruta que llevaba le hacía tener fundadas esperanzas de que llegara a su terreno. Encastró la culata en el hueco entre el hombro y el pecho y cuando creyó que ya le tenía, le soltó un pepinazo que solo sirvió para que el jabalí siguiera su ruta aún más deprisa de la que traía. Un segundo disparo, tampoco tuvo el éxito apetecido. Tuvo que arriesgar disparando muy rápido con el tercero y aunque el jabalí ya estaba más lejos, le metió la bala por la paleta delantera y el jabalí apenas que dio cuatro pasos para hincar las rodillas y quedar inmóvil. Ciento dos kilos dio en la báscula, que para la altura de la temporada en que estamos, son muchos kilos.

No salieron muchos jabalís durante la jornada, o por lo menos no se vieron muchos. Los jabalís se ven mal, el monte está muy espeso de maleza y los marranos se quedan en cualquier parte, donde no entran ni los perros y no salen a escena. Ya vendrán tiempos mejores...

Sin embargo aún tuvieron la oportunidad de disparar a otro marrano que llevaron los perros por terrenos donde estaba situado Álvaro, de Casillas, que le disparó en dos ocasiones para verle tumbado a la larga. Fue el más pequeño de los tres, pero no por eso menos importante para el cazador, que estaba radiante al ver al marrano a sus pies.

Y así se dio por terminada ésta primera jornada, con un balance de capturas bastante halagueño, ya que a éstas alturas de la temporada es bastante complicado capturar jabalís.

CUADRILLA 31

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