Cuadrilla 141

La cuadrilla 141 cerró la temporada con cuatro jabalís

Por fin se terminó la temporada de caza para la cuadrilla 141 con una cacería que sustituía a la que se debió de celebrar el día 16 de Setiembre en Raíz Acebal y se suspendió por motivo de un incendio. Hoy se echó en el lote de Bicobres Norte, aquí en Bedoya.

Malos augurios por la mañana con la duda de si se celebraría la cacería, ya que los pronósticos anunciaban mucho frío y sobre todo mucha nieve."Tenemos que echarla, porque dan más días de nieve y el miércoles igual está peor, así que nieve o truene hay que ir al monte", les anunciaba Tino, el jefe de la cuadrilla, mientras los cazadores hacían las presentaciones ante la guardería en San Pedro. "Vamos a empezar por aquí. Los perros van a entrar por la Dobra y el Ojeu. Los puestos van a ir a la Sieta, Armiceu, Prautoru, Sardanes y la Calleja de Sária", les seguía comentando Tino.

Una vez colocados los puestos se dio la orden de entrar los perros y cuando los monteros ascendían por el monte pudieron advertir que una ligera capa de nieve tapaba el monte. "Los perros no pueden hacer nada, no son capaces de coger demanda, los rastros están tapaos por la nieve". Tenían que ser los propios monteros los que con sus voces ahuyentaban los jabalís.

Por fin, los primeros disparos se oyeron en la Sieta, pero con nulo resultado, ya que los tiradores estaban congelados y no atinaron. "No siento los deos....", decía Santi. Tuvo que ser Sergio el que con sus perros los que levantaron en la Dobra a un buen jabalí al que persiguieron cruzando el Ojeu y al llegar a la Solana el jabalí se paró y les hizo frente. Y aquí se desarrolló una gran pelotera entre jabalí, perros y montero, con el resultado de dos perros que tuvieron que viajar contra su voluntad a San Vicente para que los arreglase el veterinario. Uno de David y el otro de Sergio. Y menos mal que llegó pronto éste último para rematar al jabalí, que si no acaba con la media docena de perros que tenía a su alrededor. Era un buen ejemplar, de unos 90 kilos y con unas defensas respetables.

No tardaron en escucharse de nuevo lamentaciones. Pepe, el de Ojedo, circulaba tras sus perros por Sarrullá, cuando levantaron un jabalí que estaba tan a gusto que no le gustó mucho incorporarse. Por fin se decidió a salir de su escondite pero dejó el sello de sus colmillos en un perro de Pepe, que logró dispararle, pero el jabalí siguió su ruta hasta que Chico le remató.

En Sierra la Cal fue Primo el que disparó a otro y el jabalí dio unos revolcones pero siguió su camino, dejando una ligera hilera de sangre en la nieve que allí había. Canchel y Aníbal también le tiraron hasta que el jabalí ya no pudo resistir más y quedó a merced de los perros, pero antes también dejó su sello en otros dos perros, uno de Aníbal y la perra de Abel, que también tuvieron que pasar por la consulta veterinaria.

En Nozalín estaba Tino, el jefe de la cuadrilla, que vio acercarse por el prado un jabalí. Cuando le tenía a unos diez metros le soltó dos disparos que para lo único que sirvieron fue para que el marrano arrancara con más velocidad. Tino volvió a tirar el que le quedaba, pero tampoco acertó. Más arriba estaba Mari Gaipo que también le disparó y cuando apretó el gatillo para hacer el segundo disparo, pudo comprobar que se le había encasquillado el arma, para el alivio y consuelo del jabalí.

Por la tarde se echó la zona por encima de Trillayo y las viñas y también salieron jabalís. Desde Grillero disparó Roque a un jabalí que correteaba por la Viñona. Con los disparos cambió de rumbo, sin saber a dónde dirigirse. Chico también le disparó desde Sierratama pero con poca fortuna. Después de dar vueltas y revueltas por las viñas se escapó por el Gallardo y no se supo más de él.

Ya quedaba poco para dar terminada la cacería cuando en la Sieta empezó una traca. Fueron varios cazadores los que dispararon a un jabalí que bailaba por los prados al son de la orquesta hasta que al final fue Santi el que le paró definitivamente los pies, pero se le apuntó al joven Maikel que fue el primero que le disparó y el primero que le dejó ya con pocas fuerzas.

La nieve arreciaba y fue Tino el que cogió la emisora y "...... coger los perros y vámonos todos para casa que esto se pone muy feu". Y así se hizo con la particularidad que cinco perros ya habían tanido que abandonar la cacería antes de tiempo.

Así se dio por finalizada la cacería y a la vez la temporada. Una temporada donde la cuadrilla 141 mató muchos jabalís, concretamente 47, a más de cinco jabalís por batida, que no está nada mal. Además desde hace ya varios años hay cierta piquilla entre las cuadrilla 141 y la 103, también de Bedoya, por ver quien mata más jabalís. El que pierde tiene que pagar unos cabritos para comerlos entre todos. Hasta ahora la 141 había sido siempre la pagana, pero este año cambiaron las tornas y tendrá que ser la cuadrilla 103 la que invite. "Estar tranquilos, que oí que José Angel y el Gordo ya tienen encargaos los cabritos, así que solo hay que concretar la fecha..", comentaba Chanchel. Pues que os aproveche.

(Fotos de pepe redondo y Emlio Gómez)