Cuadrilla 141

La cuadrilla 141 sacó seis jabalís de la Hoyona

A la cuadrilla 141 le llegó la hora del adiós, hoy es ya la última cacería de la temporada y toca cazar en el lote de la Hoyona, que está por la zona de Avellanedo. Bien es verdad que queda pendiente otra jornada que en su día se aplazó por culpa de un incendio en la zona donde se iba a celebrar.

A las 8 de la mañana ya estaban los cazadores en la Viñona, donde Tino, a la vez que presentaban la documentación ante la guardería, se encargó de distribuir los puestos. "No estuvimos en el monte, pero me dijeron que hay jabalís, así que estar atentos a ver si terminamos prontu que para la tarde dan muy mal tiempu", les informaba.

A esas tempranas horas no hacía mucho frío, el cielo estaba nublado y por tanto no había helado. No tardaron mucho los perros en levantar de sus encames a los jabalís. "Atentos arriba, que ahí van los perros detrás de unu. Atentos lo que estais en la peña". Allí, pegado a la Peña estaba Pablo, el de Colio, que vio venir al marrano y le tuvo que soltar tres disparos para verle tieso. "Con el primeru no le di, pero los otros dos se los metí por el costillar", comentaba el cazador posteriormente.

Pocos minutos después se vuelve a oir por la emisora: "Ahí te van Chico, son unos cuantos y van derechos a ti". Cuando Chico los vio asomar les soltó un disparo pero con poca fortuna ya que, aparte de no darles, los jabalís se volvieron a meter al monte para desaparecer. "Teneis que traer los perros para meterlos por el rastru..", avisaba Chico a los monteros. No tardaron en llegar hasta allí David, Milio y Sergio con los perros, con la sorpresa que el rebaño se había dispersado y cada perro tomó un camino diferente. Uno de ellos le llegó a Juan Antonio Mena que le disparó, pero también con poca fortuna, lo mismo que hizo Santi con otro, pero los jabalís siguieron su ruta.

"Ahí te van, Mari, son varios, por lo menos tres...", avisaban por la emisora. Mari no se puso nervioso y de un único disparo tumbó al primero que asomó. Era el segundo de la jornada. Los otros marranos que le acompañaban, el cazador no llegó a verlos, seguramente que también cambiaron de rumbo al oir el disparo. Allí llegó el perro de David a morder. "Es el primer jabalí que veo esti añu, no tuve otra oportunidad en las cacerías celebradas, así que el únicu que veo y con una sola bala le maté. No todos pueden decir eso", comentaba luego el cazador.

Un trozo más arriba de Mari se encontraba Pablo, al que hoy le tocó ser el virtuoso de la jornada. Gastó toda la munición que traía, pero con acierto. En esta ocasión se le presentaron dos jabalís, uno detrás del otro. Los vio venir y Pablo empezó con el primero hasta que le soltó los tres tiros reglamentarios para verle tumbado. Volvió a cargar el arma y siguió con el segundo y también con éxito, pero el marrano tardó en rendirse, metiéndose en una canal. Le metieron los perros y ya vieron que el jabalí no estaba para muchas florituras. Las sabuesos mordían y el jabalí se revolvía, incluso todavía tenía agallas para dar pequeñas carreras detrás de los perros, hasta que por fin se rindió y quedó a merced de ellos. Era el cuarto de la jornada y el tercero de la cuenta particular de Pablo.

El quinto le mató Pepe, el de Ojedo, que esta temporada ya lleva unos cuantos. No necesitó mucho trabajo pues el jabalí le vino de frente acosado por los perros del montero.

Cerca del pueblo de Cueva estaban hoy José Llorente y Felipe, que vieron un jabalí que intentaba traspasar la barrera del lote entre ambos cazadores. Uno por arriba y otro por abajo empezaron a disparar y el marrano seguía su marcha, dando tumbos, pero no se rendía hasta que por fin quedó a merced de los perros. Entre ambos cazadores le tiraron en seis ocasiones y luego se pudo comprobar que los seis habían hecho diana, pero en sitios que no eran vitales. Se le adjudicó a Felipe, pero ambos tuvieron su día de gloria.

Por la tarde se echó la zona del pantano de Cueva y salieron tres jabalís a los que disparó por tres veces Pascualín, pero con poca fortuna ya que lograron adentrarse en el lote de Pámanes y presumiblemente librarse de "males mayores" durante esta temporada que está apunto de finalizar.

Eran ya las cinco de la tarde cuando empezó a ponerse oscuro y a llover. Tino se encargó de mandar recoger los perros y retirarse hasta la Viñona. "Vamos a cenar todos donde Sixto a la Viñona, ya le avisé esta mañana que nos preparara unos huevos fritos con chorizu y boronu". Alrededor de la mesa se juntaron luego todos para comentar las incidencias de la jornada. Una jornada que resultó gratificante y donde se mataron seis jabalís, que aunque no eran muy grandes, "para chorizos son los mejores".