Frío, mañana muy fría la que amaneció el Domingo en Liébana. Después de soportar una noche donde hubo de todo, incluso nieve en cuotas medianamente altas, el cielo "arrasó" y una fuerte helada cubría los campos de la región.
La cuadrdrilla 141 tiene que cazar en Calejo Linares, que está por la zona que va desde Lerones hasta Pesaguero. Es un buen lote, pero habrá que ver cómo se encuentran hoy los perros después de la paliza que se llevaron ayer cazando en Barajo. Algunos anochecieron, perros y monteros que fueron en su busca, cerca de Polaciones.
Mientras los cazadores presentaban la documentación a la guardería en la Viñona, José Llorente les iba indicando cómo se iba a desarrollar. "Vamos a echar lo primero la zona que está por encima de Barreda y por la tarde ya subiremos desde Pesaguero para arriba".
Bien empezó la jornada ya que a las primeras de cambio los perros empezaron a cantar y no tardaron en oírse los primeros disparos, aunque con escaso resultado. Tuvo que ser el joven Maikel el que primero cogió la emisora para anunciar a sus compañeros que había tumbado un buen jabalí. "Es bastante buenu, le tiré dos veces y creí que se me escapaba porque siguió corriendo, aunque paró unos metros más adelante ya sin fuerzas para seguir", comentaba un exultante Maikel.
Los disparos seguían sonando, pero nadie decía nada. Ni el mismo jefe de cuadrilla les preguntaba quien los hacía, ya que sonaban por todas partes. Y cuando suenan disparos y nadie habla......, mala señal: es una premisa que todo cazador sabe. Nadie se quiere descubrir para anunciar su fallo.
"Acaban de levantar los perros cuatro jabalís, atentos arriba", anunciaba Sergio. Sonaron varios disparos y en esta ocasión fue el mismo Maikel el que volvió a hablar atreviéndose a confesarse: "Acabo disparar a dos jabalís, pero esta vez se escaparon, iban muy deprisa".
Era ya mediodía y solo se había cobrado un jabalí, escasa cosecha para una jornada en la que la materia prima, el jabalí, estaba en la sartén, pero fallaba el encargado de freirla.
A Mari le sorprendió un jabalí que salió tras unas escobas. Estaba bastante lejos, pero Mari se atrevió a disparle, además con acierto ya que el jabalí pegó dos tumbos y quedó tendido. "Este ya cayó......", pensó el cazador, pero fue pensarlo y ver levantarse al marrano y empreder una veloz carrera monte abajo. El jabalí, en su huida, se le presentó a Maikel, que hoy tuvo la oportunidad de ser el protagonista de la cacería. Maikel también le disparó, pero el marrano se presentó en pocos segundos en Pesaguero huyendo de la "quema".
El montero Sergio había sacado cuatro jabalís de un espeso bardal, pero su experiencia le hizo volver al mismo sitio y volvió a meter los perros en aquella marabunda de zarzas. "Allí tuvieron que quedar más.....". Al poco tiempo salió un jabalí al que el mismo Sergio tuvo la oportunidad de tirar, pero con poca fortuna, la misma que tuvo posteriormente Mari que solo vio el polvo que levantó la bala. Luego le llegó la oportunidad a Lucio que también le disparó, pero el jabalí siguió su camino después de caer al suelo. Llegó por fin donde Juan Antonio Mena que ya no falló. Un solo disparo fue suficiente para ver al escurridizo jabalí a merced de los perros. Venía ya con una pata rota a causa de los disparos de Lucio.
Se aproximaba ya la hora del fin de la cacería cuando Felipe les dice que "acabo de matar uno, es pequeño, pero tenéis que venir alguno a ayudarme a sacarle de una riega hasta el remolque".
Y así se dio por finalizada la jornada. Luego, todos bajaron al bar de la Viñona, donde estaban televisando el partido del Madrid. A la salida del bar se oyó una canción: "Campeones, campeones, oé, oé, oé". Pero si todavía queda mucha liga, además está el Barça muy fuerte...., ¿porqué lo cantais?. "No....., no es por eso, es que nos queda una cacería, que será el próximo Domingo en Arabedes y nos faltan ocho jabalís para superar a la cuadrilla 103. Ellos mataron este año 51 jabalís y nosotros llevamos 44; si los matamos, nos tendrían que pagar unos cabritos. Sé de alguno que está rezando para que no les matemos, pero el Domingo lo vamos a lograr". "Y yo os invito a los chupitos", les dijo Sixto el dueño del bar. "Campeones, campeones, oé, oé, oé". "No vendais la piel del jabalí antes de matarle. Hay que esperar al Domingo", les advirtió Llorente. Sí, habrá que esperar, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio. Es una buena reflexión.