Cuadrilla 141

La cuadrilla 141 bajó tres jabalís de Bicobres Sur

La cuadrilla 141 se reunió en Ojedo, donde los Guardo, para presentar las acreditaciones a la guardería y recibir las indicaciones de José Antonio Llorente que este año ejerce como jefe de la cuadrilla. Hoy toca cazar en Bicobres Sur, que abarca la zona por encima de Ojedo hasta Cahecho. "Vamos a cortar desde Llayo por toda la riega arriba, el Jilgueru y la ermita de San Tirso. Los perros van a entrar por el cementeriu", les informaba.

Aunque la mañana estaba bastante fresca, se presentaba prometedora, no había nubes y había ganas en la cuadrilla por estrenarse ya que unas veces por pitos y otras por flautas aún no se mató ningún jabalí y eso duele un poco.

Una vez que los monteros entraron en el lote, se pudo observar que los perros tardaban en encontrar "material". Y cuando por fin lo encontraron, los jabalís lograron evadirse del cerco que estaba montado. Nadie los vio. Solamente lo pudieron observar al ver a los perros traspasar la raya de los puestos. "Parece mentira por donde se colaron, además sin ser vistos, parece imposible", decía luego Tasio. Pero para los jabalís no hay nada imposible.

"Coger los perros, que se escapan...", avisaba Primo. Pero ya era tarde. Los perros siguieron el rastro en dura ascensión a la caseta de los bomberos que está en la cima del monte. "Voy a ver si los puedo cortar yo ....", dijo Chanchel, que emprendió la marcha en esa dirección. Pero sin llegar a la cumbre cual sería su sorpresa cuando le sale un jabalí en el cortafuegos. Estaba bastante cerca y a Chanchel le dio tiempo a echarse rápidamente el rifle al hombro y disparar una sola vez. El jabalí no fue muy lejos, quedando a merced de los perros que mordieron a rabiar. Era un buen ejemplar, de unos 70 kilos, y el primero de la cuadrilla en esta campaña.

Era ya mediodía y Llorente mandó cambiarse los puestos. "Vamos a cubrir desde el Collau Taba, Peñalaju y la nave de los Guardo...". Y aquí hubo más suerte. Pronto levantaron los perros y en Cantu Pinau estaba Nisio, de Ojedo, que hoy estaba de invitado, el que tuvo que hacer un par de disparos para ver al jabalí en posición de relax. Este no era muy grande pero Nisio estaba orgulloso de haber acertado y aunque es poco dado a sonreir, hoy lo hizo con ganas.

Muy cerca de los cubiles de Peñalaju estaba Felipe, también de Ojedo, que tuvo la oportunidad de disparar a otro jabalí y, cosa poco habitual en él, esta vez falló y el marrano huyó en dirección a Lobá.

"Ahí llevan los perros unu bastante buenu.., atentos en Peñalaju", avisaban por la emisora. El jabalí le salió a Nisio que tuvo de nuevo la oportunidad de hacer varios disparos. Y Nisio tampoco falló, ya que el jabalí bajó rodando por el monte un trozo hasta que quedó parado contra una sufra que allí abundan. "Ya maté otru...", avisaba todo contento Nisio. "Es bastante grande y muy blancu, tiene el pelu gris ...". "A ver si es un chon de los Guardo...", le respondieron. "No, no, no es un chon, es un jabalí y además esti le voy a llevar yo para casa..", contestó ufano y seguro el cazador.

Y no dio más de sí la cacería. Eran ya las cinco de la tarde cuando Llorente les avisó que recogieran los perros y todos a Ojedo a tomar unas cervezas que el calor a esas horas de la tarde ya apretaba.