Buena mañana la que amaneció en Tama el Domingo, cuando los componentes de la cuadrilla 141 se preparaban para ir a cazar a Arabedes. Este es un buen lote y hay fundadas esperanzas en que la jornada salga bien. "Hay que matar por lo menos ocho.....", decían algunos refiriéndose al número de jabalís que mató la cuadrilla 103. Diré que hay una pequeña disputa entre las dos cuadrillas para que la cuadrilla que menos jabalís mate durante la temporada, tiene que pagar unos cabritos para todos.
"Vamos a echar la zona que está por encima de Colio. Me dice Primo que hay jabalís, así que estar atentos que no nos va a faltar material", les dijo José Antonio Llorente. Y tenía razón Primo porque al poco de entrar los perros ya empezaron los cánticos anunciando la presencia de jabalís. Y para que todo suene mejor, esos cánticos tienen que estar acompañados de algo de ruido producto de los disparos de los cazadores.
Así, el primero que tuvo la ocasión de disparar fue Enrique, de Arguébanes, que estaba situado por encima de La Parte y necesitó dos disparos para ver un hermoso jabalí revolcándose en su agonía.
Bastante más arriba, en Lobia estaba Aníbal tras sus perros cuando se le presentó un jabalí que venía huyendo precisamente de ellos. Anibal le truncó el plan, dejándole a merced de los sabuesos.
Un invitado fue el encargado de tumbar al tercero de la jornada. Fue Santos, de Espinama, el que tuvo ese honor. Ya le habían hecho varios disparos otros compañeros, pero el marrano los fue esquivando hasta que llegó donde estaba Santos que no perdonó.
Chucho el de Cobeña también quiso estrenarse hoy y qué mejor que hacerlo de una manera certera. Vio al jabalí que se le acercaba, jaleado por los perros. Le dio tiempo a prepararse y cuando ya le tuvo en la mira le soltó un disparo que sirvió para verle rodar y quedarse inmóvil a merced de los perros. Era un buen ejemplar.
Los monteros en esta cuadrilla están teniendo últimamente una gran presencia en las cacerías, sobre todo cuando nos referimos a la hora de disparar. Hoy tampoco se quisieron quedar atrás y Pascual lo rubricó con un par de disparos para parar los pies al quinto de la mañana.
Y Primo, que aunque nacido en Cobeña, quiso explicarnos que ahora vive en Colio y tiene aquella zona bien vigilada. Para que no hubiera ninguna duda de que conoce todos los rincones y dónde duermen los jabalís, fue con sus perros a despertar a uno. El marrano salió de muy mal humor de su encame y emprendió una veloz carrera, pero la experiencia de Primo sirvió para dejarle inmóvil de dos disparos.
Otro que también se estrenó en esta temporada a la hora de matar fue Francis que remató un jabalí al que ya le habían disparado momentos antes otros compañeros, pero con poco acierto. Francis necesitó dos disparos para verle dar unas vueltas antes que quedar completamente inmóvil.
"Como buenos hermanos, vamos a dejarlo así....., estamos empataos, así nadie se va a reir de nadie", comentaba Chico. "Ni empate, ni leches. Vamos a dejarnos de tonterías y a ver si hacemos el cupu", le recriminó amigablemente Llorente.
Era ya mediodía y en vista que ya habían pateado ya toda aquella zona, Llorente les informó: "Vamos a echar la zona del Habario. Vamos a cubrir desde Colio, por la Peñuca hasta Penduso". La verdad que no se perdió mucho tiempo en el cambio, pero los jabalís no estaban por allí. Solamente salieron dos, el uno se fugó por la zona de Penduso y el otro le paró los pies Manolín, el de Bejes, que estaba situado por debajo de la Peñuca de Colio.
Eran ya más de las cuatro y el jefe de cuadrilla, viendo el poco provecho que había en aquella zona, les volvió a cambiar. "A ver si nos damos un poco prisa y vamos a echar la Mata de Otero".
Y así se hizo, además con buen criterio ya que allí sí que había jabalís. Lo que pasa es que con las prisas no se cubrió bien y muchos lograron huir hacia la parte de Viñón. Sonaron muchos disparos, pero la mayoría hechos a bastante distancia de las dianas y eso dificulta el acierto. El que sí acertó fue Santi, de Camaleño, que cerca de Olaya tumbó un jabalí que trataba de huir a toda prisa. Era ya su última oportunidad que quedar en el monte hasta el año próximo. No le iba a molestar nadie, pero la puntería de Santi le chafó la idea. Mala suerte que tuvo.
Mala estrella tuvo también otro que, debajo del Collau la Huerta, se tropezó con Sergio que sólo necesitó un disparo para verle panza arriba. Era el número diez de la jornada. Pero eran también las cinco y media de la tarde, hora que recoger los perros y bajarse todos a Tama. Una pena, porque era cunado mejor se estaba presentando la tarde por la abundancia de jabalís que había en la zona.
Todos contentos en Tama para hacerse la foto de rigor. Se mataron diez jabalís y todos de buen porte. Pasaban todos de los 50 kilos. "Ahora sí que podeis cantar......", les insinuaba Llorente. Y no hizo falta decirlo dos veces......"¡Campeones, oé, oé, oé.....!".
Y con ese buen sabor de boca se fueron a Ojedo, donde los Guardo, que les preparó una generosa cena. Se la habían ganado a pulso. Allí salió de nuevo a relucir el tema de los cabritos. "Este año no se dónde habrá que ir a comprarlos, ya nos lo dirán los que tienen que pagar. En Cobeña no los tienen y a los Guardo se les mataron las cabras en la peña de las Segás y tampoco los tiene". "En Bejes los hay de sobra, así que ya saben.....", les informó Manolín. Pues que vayan a Bejes..., que se entere bien Jorge.
Fotografía de J.A.Cuevas