Cuadrilla 141

Tres jabalís para la cuadrilla 141 en Caloca

Mucho frío el que hacía en la mañana del sábado en la Viñona donde los componentes de la cuadrilla 141 se juntaron para presentar sus acreditaciones ante la guardería. Hoy toca cazar en Cotera Oria que está por la zona de Caloca.

"Me dijeron que había muchos jabalís, así que vamos a estar atentos", les iba informando José Antonio Llorente, el jefe de la cuadrilla. "Vamos a cubrir por la carretera de Vendejo a Caloca, por la Cadena, encima de Yebas y por la cabecera de la praería de Caloca".

Si en la Viñona hacía frío, se puede imaginar uno lo que haría allá arriba, a más de 1500 metros sobre el nivel del mar. Todo era poco para poder mitigarlo.

Los que no padecieron ese problema fueron los monteros, ya que en cuanto soltaron los perros tuvieron que emplearse a fondo. El primer levante que hubo resultó perfecto. Fueron los perros de Rubén los que sacaron de su encame a un jabalí. No era muy grande pero Rubén que estaba muy cerca le soltó un disparo que el marrano acusó ya que a trompicones cogió la dirección del río donde al momento llegaron los perros y el propio Rubén para rematarle.

Entre Vendejo y Caloca levantaron también las perras de Sergio y enseguida éste avisó a sus conpañeros: "Atentos arriba que llevan un jabalí muy grande..., van las perras muy juntas detrás de él". El jabalí no subió muy arriba ya que por debajo de los apartamentos del Torneru estaba Aníbal que le vio venir y solo necesitó dos disparos para verle rodar unos metros. Efectivamente, era un buen ejemplar que se aproximaba a los 80 kilos.

"Estoy muertu de fríu, no se si tengo manos....., como me salga un jabalí no soy capaz de disparar", comentaba Chico que estaba en la praería de Caloca. Creo que ese fue el motivo de que se oyeran varios disparos, pero en todas las ocasiones con poco resultado. La puntería hoy no andaba fina.

El que sí la tuvo fue Luismi que estaba situado cerca de la Peña de Vendejo donde le llevaron los perros un jabalí que habían sacado de su encame encima del pueblo de Caloca. A Luismi le dio tiempo a prepararse lo suficiente y cuando el marrano estaba relativamente cerca le soltó un disparo, pero el jabalí siguió su camino aunque no fue muy lejos, ya que un nuevo disparo fue suficiente pare verle rodar unos metros. Era también un buen ejemplar aunque algo inferior al matado por Aníbal.

Minutos más tarde fue Rubén el que de nuevo tuvo la oportunidad de disparar. En esta ocasión no necesitó nada más que un disparo para ver al jabalí rodar unos metros y quedarse inmóvil con las cuatro patas para arriba. "Caso cerrado.......", pensó el cazador, pero cuando minutos más tarde llegó donde había quedado el jabalí ya no le encontró. Se había repuesto del susto y malherido la emprendió monte abajo. Le metieron los perros, pero nada pudieron hacer ya que el marrano se adentró en terrenos del lote de Margaperas, salvándose de momento de viajar en el remolque.

Eran ya las cinco y media de la tarde cuando se terminó la cacería, pero no habían pasado ni cinco minutos cuando Mari, Chico, Juanjo y Chucho ven cruzar dos jabalís por un portillo donde minutos antes había estado Juanjo. Eran dos jabalís muy grandes. "Yo nunca vi un jabalí tan grande, uno de ellos llamaba la atención, seguro que pasaba de 120 kilos", decía luego Mari. Por cinco minutos salvaron la vida ya que Juanjo hoy se encontraba en plena forma: "Si estoy allí no se me escapan.....", comentaba.

Y así se dio por finalizada la cacería, una cacería que en principio era la asignada como última de la temporada para la cuadrilla, pero debido a las suspensiones que hubo por la presencia de osos en la zona, aún restan otras tres. Que tiemblen los jabalís.......