Cuadrilla 31

La cuadrilla 31 bajó tres jabalís de Monte Cubino

Los componentes de la cuadrilla 31 se reunieron a las ocho de la mañana en La Vega para presentar las acreditaciones a la guardería y recibir las indicaciones del jefe de la cuadrilla que es Juan Carlos Gutiérrez. Hoy hay que cazar en Monte Cubino que está por la zona de Dobres. "Vamos a colocar los puestos desde Casanzo hasta Cora y los restantes por la pista que va de Dobres a Riofrío. Los monteros van a entrar por la parte baja del monte, pero vamos a ver.., Eloy, el de Toranzo, va a entrar por la majada de Barrio. Así que todos a sus puestos", les informaba Juan Carlos.

No tardaron precisamente los perros de Eloy en encontrar demanda. "Acaban de levantar..., llevan un buen jabalí, le acabo de ver y es muy buenu, atentos arriba que tiene que estar ya llegando", les avisaba por la emisora Eloy. Efectivamente, el jabalí en pocos minutos se presentó delante de José Vicente, de Valmeo, que aunque le estaba esperando, en cuanto vio al jabali, el corazón le empezó a latir a toda velocidad. El primer disparo sirvió para que el jabalí cogiera aún más velocidad, pero le volvió a tirar y en esta ocasión el marrano dio un pequeño salto, cayó de medio atrás, pero se volvió a levantar y se escondió en el monte sin que un tercer disparo le pudiese frenar en su huida. "Atentu Nica, que te va a ti...". Nica estaba colocado en un puesto más abajo y el jabalí ya muy mermado y renqueante de medio atrás no le puso a Nica en muchas dificultades para rematarle de un certero disparo.

Pummm, pummmm, sonaron dos disparos y enseguida fue Bauti el que cogió la emisora para anunciar que "le tiré a unu, pero me salió por atrás y cuando me quise dar cuenta ya era tarde, estaba bastante lejos y escapó".

Los perros de Basilio encontraron en su camada a un jabalí que por lo que parecía no tenía muchas ganas de levantarse y eso que ya era casi el mediodía. Ladridos y más ladridos pero los perros no eran capaces de sacarle de su madriguera. Hasta que el sonido de un perro empezó a sonar de otra manera, en vez cánticos eran lloros. "Me cogió a la perra...", avisó Basilio. "La teckel?", le preguntó Roberto. "Sí la teckel, tengo que marchar con ella", afirmaba de nuevo Basilio. Esta clase de perros, aunque son de pequeño tamaño, hacen cara a cualquier animal que se ponga por delante y si es un jabalí con más motivo. No son conscientes de su tamaño aunque lo suplen con su fuerte ladrido y su valentía. Esa valentía le jugó hoy una mala pasada y tuvo que pasar por el veterinario.

Pero peor le resultó a la perra de Juan Carlos, el jefe de la cuadrilla. Fue el mismo jabalí. "Tiene que ser muy grande, también me enganchó la perra y la voy a llevar ahora mismo al veterinario", avisó el montero y además jefe de la cuadrilla a los compañeros. Una operación de urgencias y a esperar a que todo se solucione.

Con estos percances la cacería seguía hasta que "acaba de salir el jabalí..., es muy grande, atentos arriba. Otru, otru.., llevan dos, atentos arriba que son muy grandes...", avisaba a los puestos el montero Oscar, el de Turieno. A los pocos minutos suena un primer disparo y a continuación el segundo..."Ya maté unu..", avisaba Luis, el de Los Cos. El otro jabalí no se supo nada más de él, ya que desapareció sin que nadie le viera.

Después de comer y descansar un poco, pues el calor ya apretaba, se cambiaron los puestos a la zona de Mazomán donde salieron varios jabalís, pero no hubo puntería. Se nota que aún no están finos a la hora de apretar el gatillo. De todos modos entre Angelín Gutierrez y Adrian dieron buena cuenta de uno. Le tiraron varias veces los dos, pero el jabalí se resistía a caer hasta que ya no pudo más y se unió a los otros dos compañeros de fatigas para bajar el remolque.

Así se dio por terminada la cacería donde se pudieron bajar más jabalís, pero siempre es bueno dejar alguno en el monte para la futuras ocasiones. No hay que ser avariciosos.