Cuadrilla 31

La cuadrilla 31 remató la temporada con un jabalí

Pues sí, se acabó la temporada de caza para la cuadrilla 31. Hoy toca cazar en el lote de Dobra el Mazo que abarca terrenos que van desde Vieda y Cabezón hasta Torices y límites de Aniezo.

Mientras se tomaban unos cafés en el Mesón de Vieda y se presentaba la documentación a la guardería, Juan Carlos, el jefe de la cuadrilla les iba advirtiendo de cómo se iba a desarrollar: "Estuvimos en el lote y la verdad es que hay pocos jabalís, apenas se ven rastros. Aprovechando que el lote es relativamente pequeño, hoy vamos a echarle entero de una vez, así que los perros van entrar por Cabezón, Vieda, Cambarco y Aniezo".

Pero surgió que en cuanto los monteros entraron en el monte, enseguida encontraron demanda. Fueron los perros de Angel Gutiérrez, que habían entrado por las casas de Cabezón, los que levantaron. "Atentos que van en dirección a los puestos de las Argayás", avisaba Angel. A los pocos minutos suena un disparo seguido de un silencio sepulcral. "A ver..... ¿quién tiró"?, preguntaban por la emisora. "Fui yo, aquí tengo delante de mí a una jabalina con los perros mordiendo", contestó un eufórico y radiante Tasín. Y es que la jabalina tuvo mala suerte, ya que fue sorteando y eludiendo varios puestos pero no contaba con Tasín que solo necesitó un disparo para verla rodar.

Buen comienzo de la cacería que pronto se vio truncada por la falta de "material". Vueltas y más vueltas de los perros y nada de nada. Los jabalís no salían al descubierto, eso en el hipotético caso de que los hubiera.

Eran las cuatro y ya se daba la cacería por terminada, cuando avisa Angel de nuevo: "Van los perros con un jabalí, estar atentos". Pero nadie fue capaz de ver al marrano que desapareció por arte de magia.

En vista que ya se había andado todo el lote, algunos monteros decidieron retirarse hacia los coches. Este fue el caso de Carlos Posada y Mente que cuando abandonaban el monte notaron un desmesurado nerviosismo en los perros, así que los soltaron y rápidamente la emprendieron hacia el Pico Los Robles. "Estar atentos que llevan un jabalí..", avisaron a los compañeros. Después de dar varias vueltas por el monte de Cabezón, el jabalí salió a los primeros puestos de las Argayás (cerca del quemadero de Torices) y allí estaba Celin, que solo le dio tiempo a verle pasar entre los árboles escabulléndose monte arriba. El jabalí pasó también no muy lejos de donde estaba Tasin, que solo pudo oír el ruido que metía, ya que debido a la vegetación de la zona no llegó a verle.

Y así se daba por terminada la cacería y la temporada, ya que eran las 5 y media y tocaba recoger. "Este año matamos pocos jabalís, pero no ha estado del todo mal, si nos atenemos a los lotes que nos tocaron en suerte", comentaba Miguel. Efectivamente, no fueron lotes buenos y eso, unido a los lógicos fallos de los tiradores, resultó una temporada tranquila y floja en cuanto a capturas, pero a veces no es más importante matar, sino pasarlo bien y cebar los perros. Y eso se cumplió con creces.