Mañana fresca la que amaneció el pasado Domingo en Liébana con los campos blancos a causa de la fuerte helada que había caído. En Vieda se juntaron los componentes de la cuadrilla 31 para cazar en Dobra el Mazo, que está entre Cambarco, Torices y Aniezo. El jefe de cuadrilla, Juan Carlos Gutiérrez, fue el encargado de señalar por dónde iban a echar la cacería, la colocación de los puestos y por dónde iban a entrar los monteros con sus perros: "Vamos a cortar desde Aniezo a Perejita, por Lebanes y por la riega de Valtorín y también vamos a colocar dos puestos cerca de la carretera de Aniezo. Los monteros van a entrar por Cambarco y por Aniezo".
Al poco de soltar los perros empieza también a funcionar la emisora. Es Angel Gutiérrez que había entrado por Cambarco: "Atentos los que estáis en la pista que va a Aniezo; acaban de levantar un jabalí y van para esa zona......". Pero no les dio tiempo a llegar, ni al jabalí, ni a los perros ya que en su camino se tropezaron con Clemente que de un par de disparos acabó con la carrera del jabalí dejándole a merced de los perros. Era un buen ejemplar, con un peso de 95 kilos.
En Vallorín sonaron varios disparos seguidos de un eterno silencio. "¿quién tiró", se oye por la emisora. "Fui yo, Adrián, me vinieron dos jabalís y solo pude tirar a uno, pero se escapó. Estuve mirando y va herido, va soltando sangre. A ver si podéis traer algún perro ....".
"Atentos los que estáis en la carretera de Aniezo, ahí llevan los perros a un jabalí.....". Pero no era un único jabalí, era una jabalina con tres rayones y los cazadores con buen criterio los dejaron cruzar la carretera y largarse del lote. Hay que dejar semilla para años venideros.
Después de comer, Juan Carlos manda cambiar los puestos de Aniezo a las Argayas para cazar desde allí hasta Valtorin. Y..... "tú, Oscar, vete con los perros donde Adrián a ver si podéis cobrar al jabalí que hirió por la mañana". Tarea vana, porque después de dar muchas vueltas por el monte de encima de Cabezón, no hubo forma de que el jabalí saliera a los puestos.
Los perros de Clemente Cuevas y Carlos, el de Viñón, también levantaron pero se salieron del lote tras la presa por la zona del argayo de Torices y volvieron a entrar por la zona de Valtorin cuando la cacería tocaba a su fin, pero los puestos no vieron el jabalí.
Se daban ya por resignados los cazadores con un único jabalí abatido, cuando en la zona de las Argayás estaba Juan Carlos (Popi) aburrido y recogiendo su arma. De repente un ruido extraño le llama la atención. El mencionado ruido procedía de un jabalí que venía derecho hacia él. No traía perros y Popi, lo más sigiloso que pudo, rápidamente vuelve a poner su rifle en disposición de disparo y de un único zambombazo vió cómo rodaba el marrano unos metros hasta quedar inmóvil. Era el segundo y último de la jornada. Una jornada donde los perros pudieron trabajar bien y donde también salieron jabalís. Otra cosa es que la puntería no estuviera muy afinada. Otro día será.